Investigadores instalarán base científica en el Ártico para estudiar cambio climático

La expedición, que durará un año, estará a cargo de más de 600 científicos de 17 países y zarpará el viernes 20 de septiembre. Su objetivo es estudiar las consecuencias del cambio climático en el Polo Norte, la pérdida de hielo marino y encontrar cómo mejorar las predicciones climáticas a nivel global.

- Redacción Ciencia
02 de septiembre de 2019 - 12:43 p. m.
La misión zarpará el próximo viernes 20 de septiembre.  / Sebastian Menze - del instituto Alfred Wegener
La misión zarpará el próximo viernes 20 de septiembre. / Sebastian Menze - del instituto Alfred Wegener

Durante un año, 600 científicos de 17 países se desplazarán en el buque alemán RV Polarstern hasta el hielo del Polo Norte y el estrecho de Fram para observar y estudiar los procesos atmosféricos y oceánicos en el Ártico. El objetivo es analizar las consecuencias regionales y globales del cambio climático, la pérdida del hielo marino y encontrar una manera más precisa de mejorar las predicciones climáticas a nivel global. (Lea: Zarpó rumbo al ártico la primera central nuclear flotante del mundo)

La misión del Observatorio Multidisciplinario a la Deriva para el Estudio del Clima Ártico (MOSAiC) zarpará el próximo viernes 20 de septiembre desde Tromso (Noruega) y tiene un costo de 158 millones de dólares. La idea es anclar el barco en el sector siberiano del Ártico y permitir que el agua se congele alrededor del casco.

A pesar de que, el plan inicial es abastecer cada tres meses el buque y rotar la tripulación, cuando la misión avance y las horas de luz reduzcan el Polarstern será uno de los puntos más inaccesibles del planeta. El MOSAiC asegura que, cuando soplen las tormentas polares, será casi imposible tener contacto con el grupo de investigadores. Sin embargo, en caso de que se llegue a presentar una emergencia sanitaria se construirá una pista de hielo y utilizarán los suministros de combustible de aviación que serán guardados en las islas rusas más cercanas.

Markus Rex, profesor del Instituto Alfred Wegener (Alemania) y jefe del proyecto MOSAiC, le contó a la AP que "estarán más lejos de la civilización que la Estación Espacial [Internacional], porque está en una órbita de solo entre 400 y 500 kilómetros de altura".  (Puede leer: El calentamiento del Ártico no deja que el “hielo joven” se forme completamente)

Durante el año que dura la investigación, los expertos de varias disciplinas instalarán un campamento temporal fuera del barco para estudiar los procesos más de cerca. "Podemos hacer mucho con la robótica y la tecnología, pero al final la observación directa, manual y sin medición es la clave", indicó a esta misma agencia Marcel Nicolaus, físico del instituto Alfred Wegener.

En la superficie, se instalarán sensores, aviones y globos para sondear la atmósfera del Ártico. Además, en motos de nieve y helicópteros establecerán una red de estaciones autónomas que cubrirá un radio de hasta 50 kilómetros del barco.  Aunque el riesgo de encontrar osos polares es latente, para protegerse de ellos la expedición realizará constantemente un escaneo con cámaras térmicas. Contará con un cable trampa y una patrulla armada con rifles. 

El barco tiene 120 metros de longitud y contará con sauna, piscinas climatizadas y los dos bares para favorecer la convivencia entre los científicos y evitar que el aislamiento juegue una mala pasada. Así será la misión: 

Esta es una de las zonas claves para el cambio climático. Recientemente se han registrado tasas de calentamiento que exceden el doble del promedio mundial. El hielo marino de verano hoy solo cubre la mitad del área que alcanzaba en 1985, durante las últimas cuatro décadas perdió el 75% de su volumen. (Le puede interesar: Cambio climático costará 70 billones de dólares a largo plazo)

Este año el verano causó grandes estragos en Groenlandia, con un calor sin precedente que ha derretido áreas de superficie helada. Los científicos calculan que cerca de 440.000 millones de toneladas de hielo se evaporen o se desplomen en el mar, el agua suficiente para inundar a Grecia. En sólo cinco días, del 31 de julio al 3 de agosto, se derritieron más de 58.000 millones de toneladas. 

Al descongelamiento de los glaciares se suman los incontrolables incendios. Durante este verano, más de 600 incendios han arrasado con casi un millón de hectáreas en Alaska, alcanzando, algunas zonas del norte de Canadá. Y en Siberia, hay un humo que sofoca 5,2 millones de hectáreas.  (Puede leer: Incendios forestales en el Ártico, otra alerta mundial)

“Los incendios de este verano en Alaska se vieron impulsados por una intensa ola de calor al principio de la temporada. La relación entre el tiempo cálido y seco y el fuego está clara. El cambio climático está provocando una tendencia igual de clara hacia primaveras más tempranas y veranos más largos y cálidos”, explicó a El País Nancy Fresco, coordinadora de la Red de Escenarios para la planificación de Alaska y del Ártico (SNAP).

Por - Redacción Ciencia

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