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La evolución de los mamíferos es tan compleja que hace apenas 20 años se logró secuenciar el genoma humano. Sin embargo, aún desconocemos muchos secretos sobre la forma en la que funciona nuestro cuerpo y cómo vivimos. (Le puede interesar: Los secretos que revelaron los huesos del escritor Tomás Carrasquilla)
Una situación similar ocurre con los animales silvestres, cuyas adaptaciones evolutivas varían de especie en especie, haciendo difícil secuenciar sus árboles genéticos.
La ciencia ha avanzado tanto en este aspecto que ya conocemos algunas historias de hace millones de años. Como la de los leones marinos, las focas o las morsas, que son mamíferos marinos semi-acuáticos que desarrollan sus procesos de reproducción en tierra. Otro es el caso de los mamíferos completamente acuáticos, como las orcas o los delfines.
Estos animales compartes una característica común: hace millones de años, eran animales terrestres. Aunque no se sabe qué desencadenó el proceso, la evolución los llevó a desarrollar extremidades palmeadas que les permitieron adaptarse al agua, haciendo una transición entre la vida terrestre y la marina (acuática o semi). (Le recomendamos: El telescopio James Webb detectó lo que podrían ser “estrellas oscuras”)
Un estudio publicado recientemente en The Royal Society analizó el árbol genealógico de diferentes especies de mamíferos que hicieron esta transición para conocer algunos secretos sobre su evolución.
Con la información que analizaron encontraron que durante la historia de estas especies han sido más usuales las transiciones entre mamíferos terrestres y mamíferos semi-acuáticos (en ambas direcciones), y mucho más raras entre terrestres y acuáticos.
Estas diferencias, según los investigadores, podrían deberse a que los mamíferos acuáticos sufrieron un proceso de adaptación más completo a los ecosistemas acuáticos. Por ejemplo, la mayoría de estos presentaban tamaños corporales relativos más grandes en comparación con otros mamíferos. (También puede leer: La increíble historia del astrónomo aficionado que ha descubierto 172 supernovas)
Dietas más ricas, gracias a la presencia de una mayor diversidad de presas en su ecosistema, tendrían responsabilidad en esta adaptación.
Esto implicaría que los mamíferos completamente acuáticos habrían alcanzado un punto evolutivo que haría irreversible su transición hacia esos ecosistemas. En cambio, animales semi-acuáticos como el grupo de leones marinos, morsas y focas, que son semi-acuáticos, podrían tener una nueva transición hacia la vida terrestre.
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