A lo largo de las últimas décadas, estudios científicos han ido encontrando que habilidades o características que creíamos exclusivamente humanas, también se encuentran en otras especies animales. Por mucho tiempo, por ejemplo, se creyó que solo los humanos cooperaban entre sí. Hace dos años, un grupo de investigadores demostró que los delfines nariz de botella también lo hacen.
Lo mismo ha sucedido con una táctica bélica que se creía única de los seres humanos, pero que hace unos años se encontró que los chimpancés también la aplicaban. Incluso, recientemente se identificó que los chimpancés y los abejorros también tienen comportamientos aprendidos socialmente.
Ahora, un reciente trabajo adelantado por dos investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, acaban de demostrar que los simios también tienen dos capacidades que, hasta ahora, creíamos exclusivas de los seres humanos.
El experimento que Luke Townrow y Christopher Krupenye diseñaron para poner a prueba a los simios consistía en sentarse frente a frente en una mesa con uno de estos animales y ocultar una golosina bajo una de tres tazas. En algunas ocasiones, los humanos podían ver la golosina, pero en otras no. Si los científicos eran capaces de encontrar el dulce, el bonobo podía quedársela.
En ambos escenarios, los científicos decían en voz alta “¿dónde está la uva?”, y esperaban por 10 segundos. Cuando los investigadores lograban encontrar la golosina, el simio la esperaba tranquilamente. Pero cuándo no eran capaces de identificar la taza que ocultaba el dulce, el simio señalaba rápidamente la taza correcta.
“Sus dedos señalaban a través de la malla; estaba claro lo que intentaban comunicar. Uno de ellos, Kanzi, muy motivado por la comida, señalaba repetidamente en ciertas fases del experimento: daba varios golpecitos para llamar nuestra atención y era bastante insistente”, explicó Krupenye.
En el estudio en el que dieron a conocer los resultados de su experimento, publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores señalaron que “la capacidad de percibir las lagunas en el conocimiento de los demás está en el corazón de nuestros comportamientos sociales más sofisticados, en el centro de las formas en que cooperamos, nos comunicamos y trabajamos juntos estratégicamente”.
Ahora que se comprobó que los simios también la tienen, se demuestran “los ricos fundamentos mentales que comparten los humanos y otros simios, y sugiere que estas capacidades evolucionaron hace millones de años en nuestros antepasados comunes”.
Tras comprobar que los simios se comunicarán con un compañero para cambiar su comportamiento, los científicos están listos para investigar si los bonobos también se comunican para cambiar el estado mental o las creencias de un compañero.
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