Cada vez que se conoce de un nuevo descubrimiento de momias, el mundo se fascina por haber encontrado, casi intactas, momias que fueron enterradas hace miles de años. ¿Cómo habrán hecho en el antiguo Egipto para que las momias embalsamadas se preservaran durante periodos tan extensos?, es una de las preguntas que acompaña a los científicos tras los descubrimientos. (Puede leer: El tamaño, sexo y raza podrían influir en el diagnóstico de cáncer en los perros)
Ahora, un grupo de científicos de distintas universidades de Alemania y de la Red de Laboratorios Centrales del Centro Nacional de Investigación de El Cairo (Egipto), acaban de realizar un descubrimiento que acerca a la ciencia a tener una respuesta para la pregunta que los ha “trasnochado” desde hace por los menos 100 años, cuando descubrieron la tumba de Tutankamón, uno de los faraones más reconocidos del Antiguo Egipto.
El equipo de investigadores lleva varios años trabajando en un taller subterráneo de embalsamiento que fue descubierto en la necrópolis de Saqqara, al sur de El Cairo, y que se caracteriza por ser un lugar conocido por la famosa pirámide escalonada del faraón Djeser. Se cree que este antiguo cementerio egipcio, descubierto en 2016, fue usado desde al menos el año 2.900 a. C., es decir, hace casi 5000 años. (Le puede interesar: Así se vio el paso del cometa verde en el mundo)
Allí los arqueólogos han ido encontrando docenas de recipientes de cerámica que habrían sido empleados en el proceso del embalsamamiento y que estarían marcados con los ingredientes que contienen y con los usos que tenían.
Susanne Beck, de la Universidad de Tubinga (Alemania) y quien ha dirigido la expedición, explicó que “conocíamos los nombres de muchos de estos ingredientes para embalsamar desde que se descifraron los escritos del antiguo Egipto. Pero hasta ahora solo podíamos adivinar qué sustancias había detrás de cada nombre”. (También puede leer: Luna llena de nieve y otros eventos astronómicos que podrá ver en febrero)
Gracias a este sorpresivo descubrimiento, los egiptólogos ahora tienen mayor claridad sobre las sustancias que se utilizaban en el Antiguo Egipto. Por ejemplo, Maxime Rageot, arqueólogo de la Universidad de Tubinga, explica que la sustancia etiquetada como antiu se había traducido, hasta el momento, como mirra o incienso.
Sin embargo, gracias al análisis de los residuos químicos que se encontraban en las vasijas, los científicos lograron determinar que el antiu era, en realidad, una mezcla de diferentes ingredientes, como el aceite de cedro, el aceite de enebro, ciprés y grasas animales.
Estos nuevos datos le permitirán a los egiptólogos conocer detalles inéditos de este proceso. Ahora saben, además, que la resina de pistacho y el aceite de ricino solo se usaban para la cabeza. Pero, el haber identificado los ingredientes y sus usos, también les ha servido para un nuevo descubrimiento que ha asombrado al equipo de investigadores. (Puede interesarle: Encuentran en un pez fosilizado el cerebro más antiguo de un vertebrado)
“Lo que realmente nos sorprendió fue que la mayor parte de las sustancias utilizadas para embalsamar no procedían del propio Egipto. Algunas de ellas se importaban de la región mediterránea e incluso del África tropical y el sudeste asiático”, dijo Philipp Stockhammer, del Instituto de Arqueología Prehistórica y Protohistórica y de Arqueología de las Provincias Romanas de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich (Alemania).
“Gracias a todas las inscripciones de las vasijas, en el futuro podremos descifrar mejor el vocabulario de la química del antiguo Egipto que hasta la fecha no conocíamos suficientemente”, concluyó Stockhammer.