En los próximos días, el cometa 3I/ATLAS, que es el tercer objeto interestelar detectado hasta ahora en nuestro sistema solar, llegará a su punto más cercano al sol, un evento que provocará la expulsión de grandes volúmenes de gas y polvo desde su superficie helada.
Para este 29 de octubre, el cometa estará a unos 203 millones de kilómetros del Sol y, según un nuevo estudio aún en proceso de revisión por pares, podría liberar cerca de 180 kilogramos de polvo por segundo.
En contexto: ¿Qué nos dice el nuevo objeto interestelar, 3I/ATLAS, sobre otros sistemas solares?
Esta posición por su paso por nuestro sistema solar, también conocida como el el perihelio ha permitido la captura de nuevas imágenes que brindan nuevas pistas sobre su composición y su actividad.
Unas de las nuevas imágenes fueron tomadas por astrónomos usando el Telescopio Gemelo de Dos Metros del Observatorio del Teide (España). Esta nueva imagen del objeto interestelar es el resultado de 159 fotografías de 50 segundos cada una, combinadas para analizar con mayor detalle su zona central y el polvo que rodea su núcleo.
Uno de los elementos detectados por los científicos es un chorro tenue de material que emerge del cometa en dirección al Sol, una actividad habitual en este tipo de cuerpos celestes.
Otros análisis recientes han revelado algunas características nuevas en el comportamiento del cometa, en particular a lo que respecta con su luminosidad.
Según indican nuevos estudios, en comparación a otros visitantes interestelares, como el cometa 2I/Borisov, que mostraba granos de polvo de tamaño similar, 3I/ATLAS ha mostrado un aumento en su actividad mucho más rápido a medida que se acerca al Sol.
Es de señalar que cuando este tipo objetos celestes se acercan el Sol, su luminosidad aumenta debido a la liberación de polvo con el aumento de las temperaturas en su entorno. En el caso de estar compuesto por materiales muy volátiles, como el especialmente dióxido de carbono (CO₂), el aumento de la luminosidad es más rápido, como ocurriría en este cometa.
Como su posición lo hace difícil de observar desde la Tierra, el cometa aún guarda varios misterios. La principal es que no se ha podido determinar su edad ni establecer si se trata de un objeto que ya ha pasado cerca del Sol, o de otra estrella, o si, por el contrario, es completamente nuevo.
Lo cierto es que este objeto ha batido varios récords: es el cometa de mayor velocidad detectado en nuestro sistema solar, y algunos estudios sugieren que podría ser más antiguo que el propio Sol.
Por el momento, el cometa se encuentra en el lado más lejano de nuestra estrella, por lo que no será visible desde la Tierra hasta mediados de noviembre. Cuando llegue a este punto, se tienen preparados varios estudios y observaciones para seguir despejando dudas sobre este visitante interestelar.
Así ha avanzado la investigación del cometa 3I/ATLAS
Desde que a inicios de julio un telescopio en Chile identificará un nuevo objeto interestelar, el 3I/ATLAS, los científicos y la población en general no han dejado de hacerse preguntas y lanzar hipótesis sobre el reciente visitante de nuestro sistema solar.
La situación no da para menos. “Es apenas la tercera vez que los astrónomos detectan algo que atraviesa nuestro sistema solar, y que proviene de un lugar lejos de sus fronteras”, recordaba en un artículo hace algunas semanas la reportera de ciencia de The New York Times, Kenneth Chang.
En esas semanas, la NASA le salió al paso a la hipótesis que planteó el astrónomo de Harvard Avi Loeb, quien aseguró que 3I/ATLAS, que viaja a más de 200.000 kilómetros por hora, podría ser una nave alienígena encubierta.
“Parece un cometa, actúa como un cometa y se comporta como tal en prácticamente todos los sentidos”, dijo Tom Statler, científico principal de cuerpos pequeños del sistema solar en la NASA, al diario británico The Guardian.
Mientras las preguntas y las hipótesis siguen surgiendo, un grupo de astrónomos de la Universidad Estatal de Michigan (MSU, por sus siglas en inglés), publicaron un estudio en el que abordaron cómo evolucionó este objeto interestelar a medida que viajaba por nuestro sistema solar, al tiempo que explicaron cómo otros sistemas solares lejanos podrían ser diferentes al nuestro.
Lo primero que descubrieron los científicos de la universidad estadounidense, quienes publicaron su artículo en la revista académica Astrophysical Journal Letters, es que el 3I/ATLAS era perceptible desde mayo, dos meses antes de que se anunciara su descubrimiento. Lo hallaron en imágenes del Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS) de la NASA.
Lo segundo que identificaron los astrónomos es que el objeto puede haber estado activo durante más tiempo del que esperaban los científicos, al tiempo que ocultaría pistas en su cola, que es similar a la de un cometa, como han sostenido desde la NASA.
Para Adina Feinstein, profesora de la MSU y autora principal del estudio, 3I/ATLAS también “nos brinda la oportunidad de estudiar otros sistemas solares de cerca y de forma personal, sin necesidad de visitarlos”.
Por ejemplo, el comportamiento que estaría teniendo el objeto interestelar contaría una historia de un sistema solar muy diferente al nuestro. Mientras en nuestro sistema solar los cometas que se acercan al sol liberan polvo y gas, las fotos que muestran la actividad de 3I/ATLAS indican que estaría liberando otras moléculas, como monóxido de carbono y dióxido de carbono.
"Eso nos da una idea de cómo podrían estar compuestos los cometas y los asteroides en sistemas más allá de nuestro sol. Siempre se ha supuesto que otros sistemas son diferentes al nuestro, pero ahora tenemos pruebas de lo diferentes que podrían ser”, precisó Feinstein.
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