Sassy Science, la primera ‘drag queen’ del mundo que divulga ciencia

Se trata del español Mario Peláez, un estudiante de doctorado que se viste con atuendos de reina para explicar investigaciones y denunciar la discriminación de las mujeres, las personas racializadas y el colectivo LGTB+ en los laboratorios. Esta es su historia.

Núria Jar / Agencia Sinc
22 de enero de 2019 - 09:00 p. m.
Sassy Science en la puerta de la facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza. / Víctor Serrano - SINC
Sassy Science en la puerta de la facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza. / Víctor Serrano - SINC

Mantiene el equilibrio subida a unos tacones de más de diez centímetros. Su maquillaje es impoluto y lleva unas lentillas de color que le dan una mirada felina. Su melena contrasta con su barba oscura. Las reminiscencias con la cantante eurovisiva Conchita Wurst son inevitables. Más de uno se lo dice. Viste de riguroso negro y no deja un centímetro de piel al descubierto: camiseta de manga larga, minifalda estampada, medias y unos guantes que no le impiden lucir de manicura fluorescente. (Lea Analizan 765 millones de canciones de Spotify para entender los gustos musicales de los humanos)

“Soy muy peluda”, decía, presumida, mientras se abanicaba en un atardecer muy caluroso de julio de 2018 en la Ciudad del Espacio de Toulouse (Francia). (Lea Infelicidad, otro problema asociado a la contaminación del aire)

La estructura atómica del grafeno, el material del futuro por sus prometedoras propiedades, envolvía su pelo y su cuello. No pasaba desapercibida entre los científicos y los periodistas que comían y bebían champán en la recepción del congreso bienal Euroscience Open Forum (ESOF). (Lea El primer país de América Latina en quitar toda la publicidad a las cajetillas de cigarrillos)

Ella es Sassy Science, la primera divulgadora de la ciencia drag queen de todo el mundo. “No he visto nada igual. Que quizá lo haya… pero me temo que no”, cuenta Javier Armentia, creador de la web Ciencia LGTBIQ, que se declara “superfan” del personaje.

Sassy Science es el alter ego de Mario Peláez (Langreo, 1992), un estudiante de doctorado en el Instituto de Nanociencia de Aragón enamorado del grafeno. Su proyecto de divulgación drag queen surgió del taller de comunicación que recibió en Enabling Excellence, una red internacional de formación que reciben 13 doctorandos en nanociencias y nanotecnología, financiados por la Unión Europea.

“El proyecto de Mario me maravilló”, comenta Chris Ewels, coordinador del proyecto europeo, que subraya: “He estado involucrado en muchos proyectos de divulgación, pero en mi carrera no he visto nada igual a Sassy Science”. Ewels cuenta que al principio no acabó de entender demasiado bien la idea de Mario y recuerda mirar con escepticismo los vídeos de drag queens que le mandaba. Ahora no puede evitar sentirse como “un padre orgulloso”.

Pero Peláez siempre lo ha tenido claro: “La comunicación es un pilar para hacer ciencia, ya sea escribir un buen artículo, hacer una buena conferencia o presentar un buen póster”.

En Toulouse, suyo póster era el único que contaba con una tableta donde mostraba sus vídeos de YouTube: “Soy Dr. Sass, activista LGTB abiertamente bisexual, drag queenamateur y estudiante de física”, se presentaba a sí misma con un inglés perfecto en el primer vídeo que colgó el pasado julio.

La divulgación millennial

Como buen millennial, Mario Peláez apuesta por las redes sociales para divulgar la ciencia y denunciar la discriminación de la investigación hacia las mujeres jóvenes, personas racializadas y el colectivo LGTB+ en las disciplinas STEM, que comprenden ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. “El drag me parece una buena herramienta para empoderar a estos colectivos”, cuenta. A continuación, invoca el plan B para cambiar la situación: ¡purpurina!

Por ahora, cuenta con un perfil en Instagram y un canal en YouTube donde ya ha empezado a colgar algunos vídeos sobre “reinas”, tal y como se refiere a las investigadoras actuales e históricas, que son y fueron invisibilizadas. “Mario utiliza los medios que su comunidad usa para llegar a la audiencia que quiere”, señala Ewels.

En su canal de YouTube ya se pueden encontrar vídeos sobre la química Rosalind Frankin y la física Lise Metiner. Dice que también quiere grabar más sobre Ada Lovelace y Marie Curie, aunque admite con humor que la científica polaca “da para un especial”. Consciente de sus privilegios, asegura: “Quiero buscar una mujer racializada porque me está quedando todo muy de feminismo blanco”.

Por ahora, las reacciones de su personaje han sido positivas. Mario cuenta que se siente “muy acogido” por parte del proyecto europeo que lo vio nacer y el laboratorio donde trabaja. Por su parte, Ewels valora el esfuerzo del joven: “Mario se apasiona con lo que hace y Sassy Science lo ha sacado de su zona de confort. Tiene mucho mérito asistir a un congreso [ESOF] con miles de participantes vestido de drag”.

El resurgimiento del drag

La definición de drag queen no es una sola. Muchos coinciden en señalar que el concepto hace referencia a un hombre que se viste de mujer y actúa siguiendo los estereotipos que se le atribuyen socialmente. Su expresión es exagerada y acostumbran a reservar sus apariciones en bares y espectáculos.

Pero hay otros que tienen una mirada más amplia. “Todos nacemos desnudos y el resto es drag”, canta el drag queen estadounidense RuPaul en uno de sus temas. El artista acaba de estrenar la cuarta y última temporada del realityRuPaul’s Drag Race All Stars en la plataforma Netflix, en el que distintas drags compiten por un premio de 100.000 dólares y su puesto en el salón de la fama, donde ya figuran estrellas como Anita Mann.

Para Mario Peláez, el drag es un arte con el que entró en contacto hace un par de años a través de la asociación Somos LGTB+ de Aragón, donde ya hacía activismo y hay mucha cultura drag. “La creación de la identidad drag queen raramente se lleva a cabo de manera individual. La familia drag es una gran comunidad a la que recurrir para obtener apoyo creativo y emocional”, describe Steven J. Hopkins, del Instituto Politécnico de Virginia y la Universidad de Radford.

Ahora, a Peláez el drag le sirve como medio para divulgar ciencia sin complejos. “Lo hago desde un respeto enorme por la cultura drag, que ha sido motor del activismo y la lucha LGTB+”, recuerda. “El drag me ha hecho reflexionar mucho sobre cuestiones de género y mis privilegios de hombre blanco cis. Hay pequeños micromachismos que la gente no tiene en cuenta”, subraya.

Mario no tiene miedo de que el personaje eclipse a la propia ciencia: “La comunicación científica es para que la gente se interese por ella, no para que adquiera un conocimiento de máster en Física. Y, sobre todo, es para que entienda que la ciencia es importante y que todo el mundo puede hacerla”.

El próximo mes de julio, Mario presentará su tesis doctoral. “Para mí la ciencia es lo más grande. Aunque es muy sacrificado y no voy a pintarlo de color rosa, no me imagino mi vida sin hacer ciencia”. Su investigación se centra en la microscopía de electrones de nanomateriales de dos dimensiones, como el grafeno, que le rodea el cuello cuando viste de drag.

Este es uno de sus videos:

Por Núria Jar / Agencia Sinc

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