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Una prestigiosa revista médica reconoce que ignoró las atrocidades nazis

El New England Journal of Medicine, reconocida revista médica, pasó por alto durante años las prácticas médicas atroces del régimen nazi en Alemania, enfocándose más en aspectos superficiales y económicos, mientras otras publicaciones como JAMA informaban sobre el impacto negativo del nazismo en la medicina.

07 de abril de 2024 - 08:28 p. m.
Campos de concentración
Campos de concentración
Foto: Campos de concentración - Pixaba

El New England Journal of Medicine es una revista médica revisada por pares y de renombre mundial. Es considerada una de las publicaciones médicas más prestigiosas y de mayor impacto en el campo de la medicina. La revista es reconocida a nivel global por su rigor científico y calidad editorial. Tanto, que cualquier científico o médico la lee para saber de primera mano qué está sucediendo en el mundo de la ciencia médica. Durante años, sin embargo, la revista brindó “atención superficial e idiosincrásica” a las atrocidades perpetradas por los nazis en nombre de la ciencia médica en Alemania.

Así lo reconoce la propia revista en un artículo publicado y firmado por los historiadores médicos de Harvard, Allan Brandt y Joelle Abi-Rached. El Journal (como es conocida) “permaneció prácticamente en silencio respecto de los motivos profundamente antisemitas y racistas de la ciencia y la medicina nazis y la amenaza a los “ideales” de la civilización, como lo expresó Albert Einstein en una carta abierta a la Academia de Ciencias de Prusia”, se puede leer en la investigación. Los nazis, continúan, “desarrollaron una ideología elaborada basada en suposiciones profundamente racistas sobre los judíos y otros pueblos no “arios”, a quienes consideraban “defectuosos” e “indeseables””. Pese a eso, durante la década de 1930, el ascenso del nazismo y las políticas persecutorias sancionadas por el Estado no fueron un tema en el Journal.

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En lugar de eso, escriben Brandt y Abi-Rached, “los artículos sobre Alemania o los nazis en las décadas de 1930 y 1940 tratan abrumadoramente del sistema de seguro de enfermedad obligatorio y con exceso de solicitudes, de la “medicina socializada” y de la “charlatanería”, no de la persecución y el exterminio masivo de judíos”. De hecho, dicen, cuando el Journal abordó las prácticas “médicas” nazis, “elogió con entusiasmo la esterilización forzada alemana y las políticas restrictivas sobre el alcohol de las Juventudes Hitlerianas”.

Los historiadores señalan que hubo que esperar hasta 1949 para que la revista publicara un artículo que condenaba “explícitamente las atrocidades médicas nazis”. Se trata de un texto escrito por Leo Alexander, un neuropsiquiatra estadounidense nacido en Viena que “reunió pruebas para el juicio de los médicos nazis en Nuremberg”. Durante los siguientes diez años se publicarían más artículos, “cuando los académicos comenzaron a documentar las atrocidades cometidas por los médicos, y especialmente después de la Declaración de Helsinki de 1964, que estableció una serie de principios éticos con respecto a la experimentación humana”, se puede leer en la investigación. Pero antes de eso, hubo muy poco.

¿Por qué la revista ignoró durante tanto tiempo las prácticas médicas de los nazis en Alemania? Los autores creen que el argumento de que no se sabía mucho sobre la naturaleza persecutoria y asesina del nazismo como ideología de Estado se queda corta como explicación. De hecho, recuerdan ambos historiadores, la actitud del Journal fue un “caso atípico” pues, dicen, desde el decreto de 1933 que legalizó e institucionalizó el nazismo como ideología estatal, la discriminación y el antisemitismo comenzaron a ser ampliamente reportados en la prensa estadounidense. Ese decreto “purgó a los “no arios” y otros opositores políticos del régimen nazi de todos los puestos de la administración pública y les prohibió ocupar cargos universitarios o estatales”. Fue redactado por Wilhelm Frick, un hombre que sería declarado culpable de crímenes de guerra.

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Otras revistas igual de importantes y reconocidas como The Journal of the Medical Association ( JAMA) informaba con frecuencia a sus lectores sobre el impacto perjudicial del régimen nazi en la práctica médica, mientras el Journal mantenía silencia. “En 1933, bajo el nuevo título “Noticias médicas extranjeras”, JAMA publicó un informe titulado “Nueva regulación de la práctica médica alemana”, que detallaba la persecución de los médicos judíos, incluida la restricción de su práctica y acceso a la educación médica.

El informe también describió la reestructuración de la profesión médica alemana según líneas racializadas y la forma en que las organizaciones de seguros (que eran los principales empleadores de médicos) se vieron afectadas por el decreto racista que ordenaba el despido de todos los consultores judíos y de tendencia marxista”, recuerdan los historiadores. Fueron muchos más los artículos que publicó JAMA.

En contraste, el único artículo explícitamente crítico publicado en 1933 en el Journal fue un breve comunicado sobre “El abuso de los médicos judíos”. Pero, según los historiadores, es un artículo que ni siquiera era bueno.

Basado sobre todo en informes del periódico The New York Times, el artículo dijo que las “restricciones cada vez más estrictas contra los médicos judíos” afectaban a un “gran número de médicos no “arios” que estaban “amenazados con la pérdida de ingresos para vivir”. Sin datos o cifras claras sobre el tema. “Sorprendentemente, el Journal consideró la discriminación contra los médicos judíos en términos puramente económicos”, escriben los historiadores. Por eso, y por muchos otros artículos cuyo cubrimiento de la política nazi fue vago, ambos expertos consideran que la revista “prestó una atención superficial e idiosincrásica al ascenso del Estado nazi hasta la liberación de los campos en 1944-1945″.

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La investigación hace parte de una serie que inició el año pasado la revista para abordar y reconocer “las injusticias históricas en la medicina” y en la propia revista. “Aprender de nuestros errores pasados puede ayudarnos a seguir adelante”, afirmó a The New York Times el editor del Journal, el Dr. Eric Rubin, experto en enfermedades infecciosas de Harvard. “¿Qué podemos hacer para asegurarnos de no caer en el mismo tipo de ideas objetables en el futuro?”

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