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Haciendo País

El presidente Petro y la paz con el ELN

Luis Eduardo Celis
15 de mayo de 2023 - 05:17 p. m.

Hay en curso un proceso de diálogos y negociación entre el gobierno del presidente Gustavo Petro y el ELN. Se cuenta con un diseño del funcionamiento de la mesa, una agenda suscrita en México en marzo pasado y un amplio involucramiento de la comunidad internacional y de la Conferencia Episcopal colombiana, que actúan como garantes y acompañantes.

En este momento se desarrolla el tercer ciclo en La Habana, donde la delegación de gobierno y el ELN trabajan sobre tres puntos: participación de la sociedad; cese bilateral de fuego y “hostilidades”; y acciones humanitarias.

Este proceso es el sexto en el que ha participado el ELN. El primero fue en 1991, en el marco de una disminuida Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, durante el gobierno del presidente Cesar Gaviria. Luego lo ha intentado con los gobiernos de Ernesto Samper, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. El único gobierno con el cual no ha hubo una mesa, fue con el de Iván Duque.

Tenemos un gobierno que responde a una maduración democrática de la sociedad colombiana, hemos superado el viejo bipartidismo que monopolizó el poder hasta finales del siglo pasado, por primera vez en nuestra vida republicana hay un presidente que no está ligado al poder tradicional ni a los grupos económicos que han utilizado el Estado para hacer crecer sus negocios y sus capitales. Petro ganó criticándolos abiertamente y ofertando una agenda de transformaciones pendientes.

La rebelión armada tiene sus raíces en un orden político autoritario y de exclusiones, y en un orden rural profundamente desigual. Estas son las dos raíces históricas de la violencia política, que poco a poco hemos ido superando, siendo la paz por construir con el ELN la última de este viejo alzamiento armado, que ya ha pasado por varias etapas y que bien fueron descritas en el informe de la Comisión de la Verdad.

El conflicto armado es un proceso político donde una parte de la sociedad política optó por la acción violenta, debido a que no creía en el sistema político para lograr una verdadera transformación. Esto tuvo una ruptura cuando el M-19 decidió que era hora de cerrar la rebelión armada, que las posibilidades de triunfo eran nulas y que las armas no eran instrumento de cambio.

Dicho proceso lo lideró Carlos Pizarro Leongómez, quien jalonó una especie de reflexión autocrítica al interior de una organización duramente golpeada, que pudo haber optado por permanecer en la acción armada o involucrarse con el narcotráfico. Pero tomó el camino del acuerdo político a cambio de nada, solo garantías para seguir compitiendo desde la acción política para tratar hacer realidad sus planteamientos de democracia real y transformaciones sociales. Ese modelo fue “hacemos la paz para seguir buscando el cambio”, y fue emulado por el EPL, el PRT y el Movimiento Armado Quintín Lame, que concurrieron al proceso constituyente de 1991. Ah, y por una facción del ELN, la Corriente de Renovación Socialista, en 1994.

Las FARC y el ELN no creyeron en el modelo de paz política para seguir trabajando por las transformaciones. Descreían -y el ELN se mantiene ahí- de un sistema político plagado de autoritarismos, mafias y corrupción, por eso persistieron en la acción armada y porque creían que primero transformaciones y luego paz política.

El conflicto armado tuvo en la década de los 90 su fase más álgida e intensa, de mayores afectaciones humanitarias. La guerra creció y se volvió territorial, era la lucha intensa por permanecer en las regiones conquistadas o donde ejercían influencia, para desde allí mostrar fuerza. Estando en esas disputas entraron los paramilitares, que crecieron de la mano de muchos mandos militares y de poderosos intereses económicos, mediante alianzas con políticos regionales. De todo eso nos ha vuelto a hablar Salvatore Mancuso en estos días.

El ELN se debilitó de manera impresionante entre 1992 y 2002, y de allí surgió el convencimiento de que no podían imponerse por la vía militar. Así que tomaron una decisión, la cual se mantiene hasta el día de hoy: resistencia armada. Si no pueden derrotar a su enemigo y este no los puede vencer, la resistencia armada les calzó con su profunda desconfianza en el sistema político y su frustrado anhelo de ver cambios.

El ELN tiene su eje de poder en los territorios donde permanece ejerciendo como un Estado paralelo. Es el caso de Arauca, donde constituyen una especie de “Estado en solitario”, en la partes rurales de la Serranía de San Lucas. Allí las comunidades se relacionan todos los días con los combatientes del ELN y nunca ven una presencia efectiva de ningún gobierno.

Siempre las guerrillas han requerido de una economía para agenciar su acción social y política. Así fue durante su surgimiento, desarrollo, crisis y recomposiciones. En ese largo trasegar de seis décadas en el caso del ELN, una de sus características más notorias es que siempre ha sido plenamente autónomo para llevar su vida, nunca ha dependido de nadie. En un país rico en recursos y con economías regionales más o menos prósperas, ha encontrado la forma para sostener su organización, por supuesto recurriendo siempre a las acciones ilegales que lo caracterizan.

Hoy el ELN como guerrilla podría estar integrado por uno dos mil hombres y mujeres armados, que se mueven en una compleja red de milicias y colaboradores. Con estos últimos fácilmente pueden juntar diez mil personas, que dependen para su sustento de la economía que como organización gestionan. Esto los ha mantenido involucrados en muchas dinámicas, con una presencia territorial incuestionable. De allí derivan sus finanzas, bajo un principio elemental: todas las economías pagan, no solo los poderosos. También los estratos bajos son sometidos en muchas zonas a la recaudación ilegal de “impuestos”.

Muchas personas se preguntan por la naturaleza actual del ELN, si mantienen una esencia de lucha por ideales y cambios, o si por el contrario lo que los motiva es solo acumular recursos para sí mismos, como organización o para sus dirigentes. Es una pregunta pertinente y hay pistas para su respuesta.

El ELN como organización sigue castigando con la pena de muerte a quienes usufructúan de manera personal los recursos de la organización. En los últimos años, importantes mandos del Frente de Guerra Oriental con epicentro en Arauca han pagado con su vida actos de corrupción. Así las cosas, es posible evidenciar que mantienen una línea de uso de los recursos para agenciar su proyecto de resistencia armada, lo cual no niega que pueda haber actos de corrupción o malos manejos económicos, por tratarse de una organización compleja, con amplia presencia territorial.

Hay preguntas sobre la naturaleza de la acción del ELN, en torno a si todavía sostienen su eje de poder en la presencia territorial, donde actúan como Estado paralelo o exclusivo. O si estamos ante una organización que mantiene en lo esencial una acción política, con un discurso de cambio y transformaciones.

La paz con el ELN tiene como epicentro la construcción de un nuevo Estado social y de derecho donde hoy no existe, o sea en los territorios donde permanecen o ejercen influencia: cómo lograr que allí se haga vigente la Constitución del 91, es parte del profundo contenido político que desde esta óptica pueden llevar el diálogo y las negociaciones a resultados promisorios.

El presidente Gustavo Petro ha formulado incisivas preguntas sobre lo que es el ELN hoy y su cohesión interna. Son preguntas importantes, de las cuales podemos tener respuestas en las próximas semanas y meses, en la medida que el proceso no se detenga y continúa con buen ritmo su decurso.

*Luis Eduardo Celis es integrante de la Fundación Paz y Reconciliación (PARES).

Por Luis Eduardo Celis

 

Atenas(06773)15 de mayo de 2023 - 11:31 p. m.
Otro burdo y amañado relato de un miliciano sobre el violento accionar del ELN pero sin hacerlo resaltar, y si más bien dejando un mensaje como si fuesen esos desalmados guerrillos otra banda de forajidos al estilo de R. Hood. Y léase este texto como cabal prueba de cómo crece y se extiende la polarización, pues ante está serie de bulos y camelos es apenas obvio q' de este lado repliquemos y los hagamos quedar como son: un completo embuste.
Win(76151)15 de mayo de 2023 - 06:32 p. m.
Gs por su artículo. Me ayuda a tener una mejor idea del asunto.
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