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El cultivo y la comercialización de la hoja de coca se ha convertido en una salida económica viable para las mujeres que viven en territorios con poca presencia estatal. En lugares como el Putumayo, que a 2018 tenía 26.407 hectáreas de coca según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la economía cocalera ha sido el medio más eficaz para que las mujeres accedan a servicios básicos y logren cierta independencia económica, al tiempo que continúan con todas las cargas del cuidado del hogar.
Sin embargo, este escenario violento y tradicionalmente manejado por hombres, las enfrenta a muchos riesgos. Desde la esclavitud laboral y la violencia sexual, hasta la estigmatización de las autoridades y la pérdida de sus saberes ancestrales.
Una economía ilícita que significa para muchas mujeres violencia y muerte y las ha llevado a construir en sus comunidades nuevas alternativas agrícolas que sean rentables. De acuerdo con la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana (Coccam), de las 21.300 familias inscritas al Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (Pnis) en Putumayo, el 40% son mujeres cabezas de hogar.
“En medio del conflicto, las mujeres empezaron a trabajar en sus territorios, a organizarse y buscar alternativas que les permitieran a ellas y sus familias superar la crisis humanitaria de los años violentos”, explica Nancy Sánchez, de la Alianza de Mujeres Tejedoras de Vida. Y agrega que, “después del Acuerdo de Paz con las Farc las mujeres del departamento se volvieron lideresas y empezaron a movilizarse para llevar el Estado a territorios donde nunca ha estado”.
Nancy Sánchez cuenta que las mujeres de municipios como Puerto Asís, Valle de Guamuez, Orito o Puerto Caicedo están trabajando en iniciativas productivas sostenibles para salirse de la economía cocalera. “Algunas empezaron con la crianza de pollos y ahora tienen varios galpones, otras se han enfocado en la agricultura orgánica y en la piscicultura, y también conozco casos de mujeres cacaoteras que han sacado semillas de muy alta calidad”.
Los impactos de la economía cocalera, sus riesgos, pero también este tipo de alternativas agrícolas sustentables serán el eje de discusión del evento: “Las mujeres de Putumayo transforman el territorio”, que realizará Colombia2020 de El Espectador en asocio con la Unión Europea, y el apoyo del PNUD y ACNUR.
La cita será el próximo 27 de febrero de 8:00 a.m. a 12:15 p.m. en el Hotel Suma Wasi, en el barrio Diviso, vía Pasto – Mocoa. El evento será transmitido en vivo por El Espectador y el canal de YouTube de Colombia2020. La entrada será libre y aquí podrá hacer la inscripción.
Esta será la agenda de este evento.
7:30 – 8:00 a.m. Registro
8:20 – 9:00 a.m. Instalación y apertura
• Rocco Busco, jefe de cooperación de la Unión Europea.
• Fátima Muriel, presidenta de la Alianza Mujeres Tejedoras de Vida del Putumayo.
Panel: El impacto de los cultivos de uso ilícito en las mujeres
9:00 – 10:30 a.m.
• Luz Piedad Caicedo, subdirectora de la Corporación Humanas
• Fanny López, representante de Con Paz Prosperamos Mas de Orito
• Irina Cuesta, investigadora del Área de Dinámicas del Conflicto de la Fundación Ideas para la Paz
• Yorly Margot Lasso Queta, lideresa indígena del pueblo Cofan
• Buanerges Rosero Peña, gobernador de Putumayo (por confirmar).
10:30 – 10:45 a.m. Pausa para café
Panel: Alternativas productivas de las mujeres del Putumayo
10:45 – 12:15
• Tatiana Delgado, representante de Asochón.
• Ana Lucía Ruales, representa de Asociación de productores de cacao de la vereda La Florida – Asoprocaf
• Ana Virginia Mujica, directora de Mujer Rural del Ministerio de Agricultura
• Flor Zenaida Pantoja Cadena, ASMURAL
• Alba Milena Mambuscay, representante de la Cooperativa Multiactiva Comunitaria del Común de Farc.