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Caso Rabelo: la versión del fiscal condenado por desaparición que habló ante JEP

William Pacheco fue fiscal antiterrorismo cuando la justicia ordinaria condenó hace más de una década al defensor de DD. HH. David Rabelo Crespo por un asesinato en el Magdalena Medio. El prontuario del exfiscal va desde un caso de desaparición forzada, vínculos con parapolíticos, hasta la violación de inhabilidades por parte de la Procuraduría. ¿Qué dijo ante la justicia transicional?

Camilo Pardo Quintero
18 de abril de 2023 - 09:50 p. m.
William Pacheco está envuelto en un caso de desaparición forzada de un civil en Armenia, hecho que lo inhabilitó de sus funciones como fiscal y lo vincularon en un proceso judicial inconcluso desde 1991.
William Pacheco está envuelto en un caso de desaparición forzada de un civil en Armenia, hecho que lo inhabilitó de sus funciones como fiscal y lo vincularon en un proceso judicial inconcluso desde 1991.
Foto: JEP - Captura de pantalla

Los estrados de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) recibieron esta semana a una de las fichas claves del caso de David Rabelo Crespo, un reconocido defensor de derechos humanos del Magdalena Medio que fue incriminado en un homicidio y resultó 7 años en prisión por cuenta de los falsos testimonios de dos paramilitares.

Se trata del otrora fiscal William Gildardo Pacheco, quien en su momento llevó el proceso y trabajó de forma vehemente para que Rabelo y el excongresista José Aristides Andrade fueran condenados por el asesinato del político santandereano David Núñez Cala, perpetrado en 1991. Pacheco fue escuchado en calidad de testigo por la JEP, que desde septiembre de 2021 admitió para revisión el proceso de Rabelo.

En contexto: El caso Rabelo: rompecabezas de un crimen en el Magdalena Medio que llegó a la JEP

La historia del fiscal, al igual que varias tras escenas jurídicas en el proceso contra David Rabelo, tiene un pasado turbio que la justicia ordinaria no pudo descifrar con total claridad y a la que le faltarán audiencias en el futuro ante la JEP para que se esclarezcan.

Han pasado más de 10 años desde que Pacheco, siendo fiscal, hizo todo lo posible para que enviaran a prisión a David Rabelo. Casi el mismo tiempo transcurrido desde que el periodista Daniel Coronell publicó una investigación en la que posteriormente se demostró que contrario a su cargo, Pacheco debió estar lejos de los estrados judiciales por un caso de desaparición forzada que lo ha perseguido desde hace 32 años, cuando era teniente de la Policía en el Eje Cafetero.

William Gildardo Pacheco llegó a ser el presidente de la Asociación Nacional de Fiscales de Colombia, teniendo a sus espaldas una sanción e inhabilidad por un caso de desaparición forzada que protagonizó en 1991. El 6 de marzo de ese año, el joven Guillermo Hurtado fue visto por última vez en una subestación de Policía del barrio Santander, en Armenia (Quindío). Por ese entonces, Pacheco era teniente y el uniformado doliente de la retención de Hurtado, quien era sindicado de haber cometido un asesinato.

De acuerdo con Coronell, no había ninguna orden judicial contra el muchacho y según testigos cercanos a esa subestación se escuchó una voz que decía: “Mi teniente Pacheco, no me haga nada, prometo contarle todo”. Algunas pesquisas de la Fiscalía arrojaron que la última vez que vieron a Hurtado fue en Calarcá -en el mismo departamento-. Nunca más se volvió a saber de él y cuando las autoridades interrogaron a William Pacheco por ese suceso, el expolicía no supo dar una respuesta concreta, como se lee en un auto de la Sección de Apelación de la JEP.

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Pacheco es abogado y en ese oficio encontró su actividad laboral cuando fue destituido disciplinalmente de la Policía. Tal vez, sin saberlo, en ese oficio encontraría un laberinto sin salida que lo pondría de cara con su pasado.

Algunos pormenores del caso Rabelo, sumados a decisiones de la magistrada de la JEP Caterina Heyck Puyana, han sido documentados por este diario desde el 29 de enero de 2023. En esa fecha, la jurisdicción especial comenzó las diligencias del proceso, para esclarecer patrones criminales en el Magdalena Medio que sirvan como insumos para el macrocaso 08 (crímenes cometidos por la fuerza pública, agentes del Estado en asociación con grupos paramilitares o terceros civiles en el conflicto armado). Además, los avances de esta investigación servirán cuando se abra el subcaso Magdalena, dedicado a los hechos criminales en los que guerrillas, paramilitares y órganos del Estado tuvieron grados de responsabilidad.

¿Qué aportó Pacheco a la JEP?

La magistrada Heyck Puyana interrogó a William Pacheco y fue insistente frente a un tema en particular: la relación entre este exfiscal y José Domingo Dávila, exgobernador del Magdalena condenado por parapolítica en 2011 tras comprobarse su participación en el “Pacto de Chivolo” (un amaño judicial para que capos paramilitares como Rodrigo Tovar Pupo -Jorge 40- se apopiaran de forma ilícita de miles de hectáreas campesinas en el suroccidente de Magdalena).

“Cuando salí de la Policía a cumplir otras funciones me vincularon con pertenecer a algunas Unidades de Trabajo Legislativo (UTL) de las que nunca hice parte y me quisieron hacer creer que mi inhabilidad era vitalicia, cuando la sentencia constitucional decía que la inhabilidad no era de por vida… motivo por el cual entro a la Fiscalía años después. Me quisieron relacionar con Mario Jaimes Mejía, Panadero, y jamás se comprobó nada porque no tuve relación ni pública ni privada con él. Tampoco trabajé con José Domingo Dávila, dicen que él me llevó a la Fiscalía cuando no fue así y ahora estoy con el viacrucis de ser una maña persona”, narró Pacheco.

La magistrada Heyck hizo referencia a un certificado firmado por la funcionaria judicial Diana Rojas Núñez, documento que sería constancia de la participación de Pacheco en una oficina de UTL dirigida por el condenado José Domingo Dávila. Frente a eso, Pacheco dijo que seguramente se trataba de un montaje en su contra y que no conocía dicho papel que no ataban laboralmente a una persona que ha negado por años.

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En 2019, después de una novela judicial extensa (casi de tres décadas), Pacheco fue capturado y condenado por el delito de desaparición forzada de Guillermo Hurtado. Pagó cárcel y en febrero de 2021, por un habeas corpus, fue dejado en libertad, luego de que un juez decidiera eso en segunda instancia; situación que fue rebatida por la Fiscalía -ente que alegó que en esa decisión había equivocaciones en la interpretación de normas y tiempos-.

“Señora magistrada, mi vida cambió 180 grados, pasé a tener una mala imagen por el tema con David Rabelo. Quise limpiar mi nombre, agoté todos los recursos, entutelé la inhabilidad que me puso la Procuraduría y nada sirvió. Estando en prisión viví dos episodios en los que fui apuñalado por internos ante los ojos de los guardias y padecí condiciones de reclusión lamentables”, contó Pacheco ante la JEP.

Una posible “fábrica nacional de testigos”

Pacheco escuchó a Rabelo en la diligencia ante la JEP. Era notoria la rencilla entre ambos, quienes no hablaban desde 2013, cuando el exfiscal fue parte del juicio contra el defensor de derechos humanos.

“Este hombre trabajó influenciado bajo quién sabe quién y solo puso su poder como fiscal en función de perjudicarme sin causa alguna. Amañó el proceso, trabajó estando inhabilitado, es una muestra de que no es una persona ética y quién sabe qué otras actuaciones reprochables tenga, que la justicia aún no conozca. Favoreció paramilitares y fue perpetrador de una gran injusticia”, le dijo Rabelo a Colombia+20.

Por un decreto de inhabilidad especial, citado por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo -defensa de Rabelo-, quedó claro que una persona como William Pacheco no podría por ley “ser nombrado ni desempeñar cargo en la Fiscalía General de la Nación”. Al exfiscal le faltó contar los pormenores que lo hicieron llegar al ente acusador y las razones por las cuales ante ningún proceso manejado por él mencionó sobre su inhabilidad.

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A su turno, tampoco hizo mención sobre los testimonios de Wilder Joelquin Parejo Segura, otro compareciente ante la JEP que en su misma diligencia habló de los nexos que unían a Pacheco con unas llamadas telefónicas que recibía el paramilitar Mario Jaimes Mejía para hacer un complot en contra de Rabelo por medio de falsos testigos (caso que tiene a Jaimes condenado con un proceso abierto de la Corte Suprema de Justicia).

Tanto Mario Jaimes como Fremio Sánchez han vinculado a Pacheco con un entramado de testigos a los que no se les ha comprobado identidad en más de 15 años. “Nos quieren hacer parte de una fábrica nacional de testigos, no todos han dicho verdades y ya el tiempo las dirá”, dijo Fremio Sánchez ante justicia ordinaria en 2018.

Esta no será la última vez que se vea a Pacheco ante la JEP. La defensa de David Rabelo lo espera en próximas audiencias, entre las cuales se encuentra una en Barrancabermeja que tendrá lugar a finales de abril.

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