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En sesión extraordinaria de la Cámara de Representantes se aprobó este 21 de junio la ponencia propuesta por la representante Juanita Goebertus que pretende asignar los cupos en las comisiones constitucionales del Congreso para los recién electos a las curules de paz. La votación fue mayoritaria, 101 votos a favor, 14 en contra.
Las curules de víctimas son una de las medidas contempladas en el Acuerdo de Paz y sus 16 representantes fueron elegidos el pasado 13 de marzo. Su presencia en el Congreso pretende darle voz a las víctimas y territorios más golpeados por el conflicto armado, cuyos representantes estarán en el Congreso por dos períodos legislativos: 2022-2026 y 2026-2030.
En la discusión se modifica la ley 3 de 1992 que define cómo se integran las comisiones del Congreso, algo que en principio parecía “muy sencillo”, de acuerdo con la representante Goebertus, pero que implica una discusión de fondo más compleja: ¿cómo se van a repartir las 16 curules en esas comisiones?
La forma en que se haga esa repartición puede favorecer a los partidos tradicionales, pues el mecanismo actual implica que los cupos se reparten usando un coeficiente que depende de la votación que haya sacado cada partido. Esa votación es mucho más baja en todos los casos para los congresistas electos a las curules de paz, por la naturaleza especial de su circunscripción rural y dispersa.
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Por ello el mecanismo para fijar los cupos en las comisiones deja a los representantes de las víctimas “en una inmensa debilidad, dado las bajas votaciones de esos territorios”, apuntó Goebertus. Con la norma actual, que ella propone modificar, lo más probable es que queden “fuera de las comisiones más importantes, donde se discuten temas de paz, de desarrollo rural”, aseguró Goebertus, “lo que está en juego es hacer justicia en que las 16 curules no son para representar a los partidos, sino a las víctimas y las regiones más afectadas por la violencia”.
“El objetivo de las curules era sobrerepresentar a los territorios más golpeados por la pobreza y la violencia, llevar esos territorios al promedio nacional, territorios rurales dispersos donde usualmente no están los votos, aunque pesen menos electoralmente”, explicó Juanita Goebertus mientras defendía su propuesta.
Algunos sectores como el Centro Democrático mostraron su desacuerdo, aduciendo vicios legales. “Me preocupa que la asignación directa de las curules esté violando la Constitución”, dijo el representante por Risaralda Gabriel Jaime Vallejo Chujfi, quien adujo un supuesto principio de igualdad, según el cuál todos los congresistas debían regirse por las mismas normas.
La propuesta de Goebertus propone que en las comisiones “la Cámara de Representantes tendrá 16 representantes adicionales para los periodos constitucionales 2022-2026 y 2026-2030, que se distribuirán sumando dos (2) miembros en cada en cada una de las siete Comisiones Permanentes, y uno adicional en las comisiones Primera y Quinta”.
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Desvirtuando la tesis del uribismo, Jorge Alberto Gómez, representante por Antioquia, argumentó que “la asignación también debe ser diferencial, para que ellos mismos puedan elegir sus voceros en cada comisión”, explicando que el mismo espíritu de las Curules de Víctimas ya implica un trato diferencial y preferencial para ciertos territorios que nunca habían tenido representación. De acuerdo con Gómez, detrás del interés de ponerlos a jugar con las mismas reglas “no hay más que una cosa politiquera para mejorar las posiciones de los partidos mayoritarios”.
“Dejémoslos que ellos se articulen, se cohesionen como bancada, esto lo permite la proposición de la doctora Juanita”, pidió el representante John Jairo Cárdenas, cuestionando la ponencia mayoritaria suscrita por varios representantes, entre ellos César Lorduy y Jorge Eliécer Tamayo, quien a pesar de todo votó por la ponencia minoritaria.
La distibución de las 16 Curules de paz sería, según la ponencia, de dos representantes en todas las comisiones y tres en la comisión primera y quinta. En la práctica esto se traduce en mayor participación y mayor independencia para los 16 representantes electos por las Circunscripción Especial de Paz.
En el Senado había sido aprobado que la distribución de los representantes a curules de paz en las comisiones sería por el cociente electoral, lo que les obligaba a una negociación con los partidos. La asignación directa que propone la ponencia aprobada en la Cámara les garantiza mayor independencia a los representantes de las curules de paz, pues no deben negociar con nadie. En Senado también se aprobó que sólo actuarían como bancada para efectos facultativos, mientras que la ponencia aprobada por la plenaria en Cámara les permite actuar como bancada.
El texto aprobado por el Senado es diferente al aprobado por la Cámara en este punto, por ello el texto final deberá ir a conciliación entre ambas cámaras. Teniendo en cuenta que la agenda legislativa llega a su fin, esto probablemente deberá resolverlo el próximo Congreso de la República que se instalará el 20 de julio.
Acá puede leerse la ponencia completa que fue aprobada por la Cámara de Representantes: