Instalan otras 6 sedes regionales de mecanismo de verificación de cese al fuego con ELN

Las dos instancias regionales pendientes son Arauca y Quibdó (Chocó).

Foto: Twitter

Este miércoles, mediante una misiva, el Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) para el cese al fuego bilateral temporal con la guerrilla del ELN confirmó que en su sesión plenaria se instalaron las instancias regionales de Bucaramanga, Cali, Cúcuta, Medellín, Soacha y Valledupar.

Al igual que en el primer lanzamiento, que se realizó en Pasto (Nariño), el evento contó con la participación de la Conferencia Episcopal y la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia. A ellos se sumó la presencia de más de 100 personas, entre sociedad civil, Gobierno y demás componentes del MMV.

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Estas instancias regionales, como se lee en su documento de lanzamiento, “se conectaron de manera virtual con la instancia nacional del Mecanismo en Bogotá para dar inicio al funcionamiento y articulación de los niveles local, regional y nacional del MMV”.

Cabe indicar que la instancia nacional se instaló el 2 de agosto de 2023, cuando comenzó el cese al fuego, que tendrá una duración de 180 días, y aún están pendientes por instalar las locales y dos regionales (Arauca y Quibdó).

Las instancias regionales son parte del MMV, que en el protocolo de sus funciones establece que la mesa de diálogos es la única instancia que “acuerda y decide sobre los posibles ajustes, prórroga o suspensión” del cese al fuego. Se estableció entre las partes que “ningún incidente por sí mismo será causa de ruptura unilateral del acuerdo del cese al fuego”. La mesa de diálogos será la máxima vocera del proceso de cumplimiento y protocolos de este proceso.

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Cada dos meses se realizarán evaluaciones que permitan identificar aciertos y oportunidades de mejora para dar un avance y cumplimiento efectivo del cese al fuego bilateral temporal; vigente hasta enero de 2024.

A la espera de la apertura de las dos instancias regionales pendientes, las que ya están en marcha tendrán la responsabilidad de ser parte de un engranaje que vele por el fortalecimiento del monitoreo dirigido a prevenir o desescalar incidentes armados entre las partes, permitir e incentivar participación de sociedad civil en instancias de diálogo, reportar o alertar la presencia de acciones armadas contra la vida y la seguridad de las comunidades que pueda ocasionar cualquier actor armado y mejorar la situación humanitaria de la población.