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El Cinep cumple 50 años: este ha sido su trabajo en derechos humanos

El Centro de Investigación y Educación Popular - Programa por la Paz cumple 50 años de trabajo. Empezó apostándole a la educación de campesinos y sindicatos, y se convirtió en un referente en la documentación de violaciones a los derechos humanos, dinámicas territoriales y construcción de paz.

Silvia Corredor Rodríguez
01 de junio de 2022 - 12:00 p. m.
El Cinep cumple 50 años: este ha sido su trabajo en derechos humanos
Foto: Jonathan Bejarano

En 1996 circuló por primera vez la revista Noche y Niebla, una publicación editorial que recibe su nombre por un decreto de la Alemania nazi, que ordenaba capturar a los opositores de la política de Hitler en países ocupados por ese régimen y enviarlos a Alemania para ser asesinados. Un par de años antes, el padre Javier Giraldo y otros investigadores del Cinep habían evidenciado un aumento en las desapariciones forzadas en Colombia y decidieron escoger ese nombre para la revista que condensaría los registros de violaciones y agresiones a civiles documentadas en el Banco de Datos de Derechos Humanos de ese mismo centro.

Así lo narra hoy el padre Javier Giraldo, fundador de la revista y de ese banco de datos. Este último había nacido casi una década antes, a finales de los ochenta, cuando ya habían ocurrido las violaciones a derechos humanos por el Estado de Seguridad del presidente Julio César Turbay y había empezado la persecución a los militantes de la Unión Patriótica.

“A nosotros nos impresionaba el hecho de que esto no se sabía, eran tantos crímenes que la gente no los conocía, había un pequeño boletín del Comité Permanente de Derechos Humanos, pero eran unos recortes de prensa que ellos sacaban allí y no era algo regular, sino cuando se podía; entonces la falta de información, el hecho de que la sociedad colombiana no estuviera informada de lo que estaba pasando, fue la motivación para crear el banco de datos”, relata el padre Giraldo.

Lo dice ahora, mirando hacia atrás, recapitulando lo que han sido esos 50 años, que acaba de cumplir el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep). Su fundación fue el 30 de mayo de 1972, cuando el Ministerio de Justicia reconoció la personería jurídica de la fundación Centro de Investigación y Acción Social (CIAS), que tuvo sus inicios en 1965, cuando jesuitas y laicos se unieron para crear una coordinación de investigación y docencia en el país.

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Cuatro años después de su creación, en 1976 tomó el nombre de Cinep, que sigue manteniendo hasta hoy. Era una apuesta del centro de tener un acompañamiento no solo espiritual, sino también formativo con las organizaciones campesinas y sindicalistas del país. “El Cinep quiso ser un centro de estudio, de educación popular para campesinos y sindicalistas que no podían acceder a programas educativos privados, para brindarles una verdadera capacitación a los sindicalistas y liderazgos campesinos”, recuerda el padre Alejandro Angulo, coordinador del Banco de Datos de DD. HH.

Con el paso de los años fue fortaleciendo su trabajo en derechos humanos y consolidando sus líneas de investigación: interculturalidad, movimientos sociales, tierra y territorio, gestión y recuperación integral de territorios, construcción de Estado y paz en regiones conflictivas, y formación política y ciudadanía para la convivencia y la paz territorial.

La revista Noche y Niebla se ha mantenido vigente. Con una publicación trimestral desde 1996, actualmente cuenta con 64 ediciones en las que se han documentado ejecuciones extrajudiciales, homicidios fuera de combate, torturas, desapariciones forzadas, secuestros, entre otros. “En Noche y Niebla están registrados minuciosa y rigurosamente los casos de graves violaciones de derechos humanos desde la década del 70 hasta la actualidad, lo cual constituye un invaluable aporte a la justicia y a la memoria histórica del país, especialmente teniendo en cuenta que esta tarea no era realizada por nadie más en el país, ni siquiera por el Estado”, resaltó Gissell Medina, analista de prensa que trabajó en el Cinep.

Aunque la acogida que tuvo la publicación fue importante a escalas nacional e internacional, ante los ojos del Gobierno no fue bien vista, lo que generó amenazas y señalamientos al Cinep y las demás organizaciones que integraban el banco de datos. “Siempre nos tuvieron amenazados porque ellos creían que divulgar esa información dañaba su imagen, entonces nos amenazaban con que nos iban a poner denuncias por las publicaciones. Nosotros resistimos y no cedimos ante las amenazas, seguimos publicando”, comenta el padre Giraldo.

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El banco de datos se convirtió en uno de los grandes aportes del Cinep en derechos humanos, al ser pionero en llamar la atención sobre este asunto y consolidarse como una fuente de documentación para diferentes investigadores nacionales e internacionales. “Se volvió un aparato famoso en todo el país y tuvo la exclusividad durante muchos años, porque nadie sabía ni se atrevía a documentar las violaciones a los derechos humanos”, señala el padre Angulo.

Con el paso de los días se fue sumando información que provenía de organizaciones regionales y locales que denunciaban las violaciones que se vivían en sus municipios. De esta forma se fue consolidando la Red Nacional de Bancos de Datos de Derechos Humanos con el fin de unir esfuerzos en la búsqueda, recaudo, sistematización y difusión de información sobre derechos humanos fundamentales, infracciones al Derecho Internacional Humanitario y hechos de violencia relacionados con el conflicto social, político y armado del país. La red sigue vigente hoy y está integrada por 20 organizaciones repartidas en Meta, Bogotá, Quindío, Atlántico, Cauca, Nariño, Valle del Cauca, Chocó, Cundinamarca, Norte de Santander, Boyacá, Santander y Huila.

Dentro del trabajo con derechos humanos, el Cinep ha integrado la línea de movimientos sociales que han sido protagónicos en la historia del país no solo por su trabajo, sino también por las violaciones que han sufrido. Ana María Restrepo Rodríguez, investigadora de la línea Movilización, tierra y territorio, resaltó que uno de los principales aportes del equipo es crear una memoria de la movilización en Colombia y generar análisis que permitan entender las dinámicas políticas y de conflictividad que se han vivido a lo largo del país.

Además de Noche y Niebla, el Cinep ha creado otros espacios de publicación y divulgación de investigaciones sobre la realidad política, social y económica del país, como la revista Controversia y la revista Cien Días Vistos por el Cinep.

Sumando esfuerzos para la construcción de paz

En sus primeros años de creación, el Cinep se juntó al Programa por la Paz, creado por los jesuitas en el año 1987 como un fondo económico para apoyar a las víctimas de la guerra. “Teníamos una joya desde la Colonia, una custodia, que es un instrumento religioso hecho de oro que contiene piedras preciosas, entonces se vendió para crear ese programa que se juntó con el Cinep”, explica el padre Giraldo. Fue allí cuando el tema de la paz se convirtió en eje fundamental para el centro.

Tras la firma en 2016 del Acuerdo Final de La Habana, entre el Estado colombiano y las antiguas Farc, al Cinep se le delegó un mandato fundamental: ejercería la secretaría técnica de la verificación al cumplimiento de lo pactado. Desde entonces, y junto al Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), ha hecho un seguimiento minucioso a la implementación del Acuerdo y ha emitido informes periódicos sobre el avance en los compromisos, por ejemplo, en materia de enfoque de género, enfoque étnico o territoriales.

Vera Samudio, integrante del equipo de la Secretaría Técnica, explica que las tareas han estado encaminadas a seguir los avances en la implementación del Acuerdo, identificar retrasos o deficiencias y presentar recomendaciones de mejoramiento. “Se han presentado 10 informes generales de verificación de la implementación de los seis puntos del Acuerdo Final, seis informes sobre el enfoque de género y tres informes sobre el enfoque étnico”.

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Sebastián Beltrán, integrante de este equipo, resaltó que los dos años de pandemia dificultaron la recolección de información territorial, y la comunicación con el Gobierno Nacional no ha sido fluida, lo cual ha retrasado los procesos.

Hoy hay regiones del país a las que los investigadores del Cinep no pueden llegar. En departamentos como Arauca, Cauca y Vichada el acceso es prácticamente nulo y la información llega a través de los bancos de datos locales. Sin embargo, el centro busca continuar documentando las afectaciones a derechos humanos incluso en esas regiones remotas y en medio del recrudecimiento de la guerra.

Para el próximo año está prevista la publicación del libro conmemorativo de los 50 años del Cinep, que abordará los temas de investigación que han desarrollado en esta trayectoria, algunos hitos sobre la historia del centro y su apuesta para los próximos años.

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