Jorge Rodrigo Tovar Vélez se sentará el próximo 20 de julio en el Congreso de la República como el representante de las víctimas del conflicto en Cesar, La Guajira y Magdalena. Pese a la polémica nacional que suscitó su aspiración a esa curul, el joven de 31 años consiguió 11.510 votos (27%) y se quedó con ese escaño.
Tovar ha argumentado desde hace años que él es hijo de la guerra y que quiere ser padre de la paz. Cuando apenas tenía 8 años, su padre lo dejó al decidir enfilarse en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), donde terminaría comandando el temido Bloque Norte. Creció sin su papá, pero encontró en su tío, Sergio Tovar Pupo, una segunda figura paterna, que luego también le arrebataron cuando fue asesinado el 24 de diciembre de 2009. En medio de la persecución que lo obligó a salir del país, pasó años lejos de sus hermanos.
Luego volvió a Colombia convencido de que quería transitar el camino de la reconciliación. Empezó a recorrer colegios, universidades y conversatorios públicos en los que puso su experiencia de vida como ejemplo de reconciliación. El caso más concreto es el lazo de amistad que hoy ha estrechado con Jaime Palmera, hermano del guerrillero Ricardo Palmera, conocido como Simón Trinidad, preso hoy en Estados Unidos y antiguo amigo de su padre, antes de que se fueran a orillas opuestas en el conflicto. Precisamente, fue Palmera quien lo acompañó a inscribir su candidatura en la Registraduría de Valledupar en diciembre pasado.
Pero durante la campaña se conoció que Víctor Hugo Mosquera, director territorial de la Unidad de Víctimas en Cesar y La Guajira, habría ayudado a impulsar su candidatura. De hecho, el edificio donde funciona esa entidad en Valledupar es de propiedad de la familia Tovar.
Además, durante la contienda varios candidatos denunciaron que no podían entrar a hacer campaña a veredas en las zonas rurales por el control del grupo paramilitar que opera en la zona, pero que ‘Yoyo’ Tovar sí se podía mover allí.
Apenas cuatro días antes de las elecciones del domingo, cerca de 20 candidatos a la curul de paz en esa región terminaron renunciando masivamente tras denunciar falta de garantías para competir en igualdad de condiciones. No lo decían solo por Jorge Tovar. De segundo, por ejemplo, quedó Sebastián Ochoa, con 5.715 votos, a quien se le señaló de estar respaldado por maquinarias tradicionales en la región. Y de tercero, por su parte, quedó William Romero, con 5.597 votos, quien estaba apalancado por el clan Gnecco.
En la mañana del domingo de elecciones, se conoció que en las veredas ubicadas a lo largo de la Troncal del Caribe, entre Santa Marta y La Guajira, las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra sabotearon las elecciones y prohibieron a los pobladores salir a votar. De hecho, ante ese panorama, líderes de 43 veredas de esa zona solicitaron, sin éxito, que las elecciones allí se aplazaran.