Después de un silencio decidido, las Mujeres Caminando por la Verdad y la Corporación Jurídica Libertad se reunieron esta semana a la entrada de La Escombrera, la fosa común a cielo abierto más grande de América Latina, vistiendo camisetas con la foto de su ser querido desaparecido y pañoletas con la frase “Las cuchas tenían razón”.
Llevaron flores y las depositaron a los pies de siluetas de cartón que representaban a los desaparecidos. Seis de ellos llevaban en su pecho la fecha de su hallazgo en este reciente año de excavaciones marcado por la desarticulación institucional en la búsqueda.
Dibujaron una mandala que llevaba en el centro unas botas de caucho de las que brotaban flores color naranja. “Hace un año, comenzamos un camino difícil, pero necesario: regresar a La Escombrera, no solo con el recuerdo del horror, sino con la esperanza de encontrar respuestas que durante años nos fueron negadas”, dijo Luz Elena Galeano, integrante del colectivo Mujeres Caminando por la Verdad.
El 26 de julio de 2024 iniciaron las intervenciones luego de que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) dictara medidas cautelares sobre el terreno. Cinco meses después, los equipos forenses de esa entidad, junto con la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), encontraron los primeros restos óseos de dos personas. El hecho marcó un hito, pues con el hallazgo se comenzaba a asomar una verdad que había estado escondida.
Según la Corporación Jurídica Libertad, en esa zona podría haber más de 400 cuerpos de personas desaparecidas de la Comuna 13, unos 100 de los cuales fueron víctimas de la Operación Orión. En este primer año de excavaciones se han removido más de 43.000 metros cúbicos de tierra y escombros para intervenir un polígono de 10.700 metros cuadrados, luego de que la JEP ordenara, en mayo de este año, la ampliación del área.
El trabajo mancomunado de ambas entidades del Sistema Integral para la Paz, junto con la lucha de las mujeres buscadoras, logró el hallazgo de otros cuatro cuerpos en julio de 2025.
“Durante estos doce meses, Mujeres Caminando por la Verdad hemos recorrido este proceso de búsqueda con dolor, dignidad y firmeza. Hemos llorado y resistido juntas, sosteniéndonos en el abrazo, la palabra y la memoria. Hoy, tras un año de haber comenzado esta excavación, nos conmueve profundamente decir que se han recuperado seis víctimas. Aunque no bastan frente al inmenso número de personas desaparecidas en la Comuna 13, estos hallazgos representan un paso importante en la lucha por la verdad”, agregó Galeano.
El acto, además, fue una oportunidad para reclamar más justicia y demostrar que siguen firmes, a pesar de las dificultades de la búsqueda en un terreno complejo por sus características. “Justicia es exponer a los verdaderos responsables sin máscaras, sin dilaciones. Justicia es que quienes permitieron que nuestros seres queridos fueran desaparecidos en este territorio acepten su responsabilidad. Justicia es garantizar recursos adecuados para la búsqueda. Justicia se hará cuando el último de los que nos faltan vuelva a casa”, leyó Luz Dary Córdoba, una de las mujeres del colectivo.
Al unísono, las mujeres buscadoras coreaban consignas de resistencia: “Por nuestros desaparecidos ni un minuto de silencio, toda una vida de lucha y búsqueda”; “no estamos locas, las cuchas tenemos la razón”; “la tierra continúa hablando” y “¡justicia, justicia!”.
Un llamado a la búsqueda en unidad
Durante las intervenciones de las mujeres buscadoras también se lanzó un mensaje de alerta frente a la pugna entre la JEP y la UBPD por la búsqueda en La Escombrera y señalaron que la génesis del asunto fue la ruptura de los protocolos de comunicación para entregar información sobre los hallazgos en esa montaña de la Comuna 13 de Medellín.
“No podemos dejar de expresar nuestra preocupación por el incumplimiento del protocolo de comunicaciones, que fue construido para garantizar el principio de centralidad de las víctimas. Las acciones unilaterales por parte de la Alcaldía, la JEP y la UBPD han roto acuerdos básicos de respeto, cuidado y corresponsabilidad con las familias”, reclamaron.
Tras el hallazgo de los primeros restos óseos de las dos personas desaparecidas, la JEP publicó un comunicado con detalles que podrían llevar a que se reconociera fácilmente quién era la persona hallada. El documento, que en un principio iba a ser firmado por la JEP y la Unidad de Búsqueda, tuvo varias revisiones, pero, al no llegar a un consenso, esa entidad no autorizó la firma.
Las mujeres buscadoras afirman que ellas deberían ser las primeras en revisar los comunicados sobre los hallazgos de sus seres queridos desaparecidos. “La primera instancia para sacar un comunicado debemos ser nosotras, de primera mano, incluyendo también a la Corporación Jurídica Libertad, que lleva nuestro proceso de acompañamiento”, dijeron.
Esa serie de desacuerdos entre las entidades, entre otras cosas, hoy tienen a la UBPD por fuera de ese plan de búsqueda, lo que alertó a la comunidad buscadora. “Reiteramos nuestra preocupación por la exclusión de la Unidad de Búsqueda de este proceso. No comprendemos por qué una entidad creada precisamente para liderar y coordinar la búsqueda no ha tenido un papel central. Esta omisión afecta la integridad, la transparencia y la legitimidad del proceso” leyeron en un comunicado.
Y agregaron: “La tierra ha comenzado a hablar, pero su voz necesita ser escuchada con compromiso, responsabilidad y respeto por la voz de las mujeres buscadoras. Con urgencia y con compromiso real”.
Sobre esa suerte de disputa entre la JEP y la UBPD, Adriana Arboleda, directora de la Corporación Jurídica Libertad, señala que es una discusión que no debería existir porque lo importante es encontrar a los desaparecidos, sea cual sea la entidad que los busque.
“La búsqueda siempre es humanitaria, hágala quien la haga. Hay una respuesta que se les tiene que dar a los familiares y el responsable de esa búsqueda es el Estado. Tiene que haber un esfuerzo mancomunado de todas las entidades. Nos parece que esa es una discusión que no debería darse. Por eso llamamos a la articulación. Nosotros creemos que no hay ningún problema entre el trabajo judicial que hace la JEP y el trabajo extrajudicial que hace la UBPD; eso se puede complementar”, explicó Arboleda.
Luz Elena Galeano, de Mujeres Caminando por la Verdad, opina que esa pugna ha ensombrecido el proceso de búsqueda y podría romper la confianza que se estaba construyendo con las entidades del Estado.
“Para nosotros es una afectación grande, porque siempre hemos hecho el llamado a las diferentes entidades que tienen la facultad en la búsqueda, la articulación. Antes teníamos mucha desconfianza en todas las instituciones y ver nuevamente esta desarticulación es una acción con daño, porque habíamos empezado a recuperar esa confianza y acá se rompe de nuevo una parte”, dijo Galeano.
En un comunicado conjunto, las organizaciones de víctimas dejaron clara su posición y su llamado a la unidad para lograr encontrar, después de tantos años de sufrimiento, a sus desaparecidos. “La intervención en La Escombrera es resultado de una medida cautelar de la JEP, pero su implementación requiere una coordinación real y articulada con la UBPD.
“Desde el Movice, la Corporación Jurídica Libertad y Mujeres Caminando por la Verdad, manifestamos que no estamos de acuerdo con la exclusión de la UBPD del proceso de búsqueda en La Escombrera. Esta desarticulación institucional ha implicado una acción con daño, genera frustración y desconfianza de las familias en instituciones que son resultados del Acuerdo de Paz”, concluyeron.
“No todos los desaparecidos están en La Escombrera”
Aunque ninguno de los seis cuerpos que han hallado en La Escombrera hasta el momento corresponde a las mujeres buscadoras que componen el colectivo de Mujeres Caminando por la Verdad, para ellas es una señal que reconforta la esperanza, pero también les permite hacer un llamado para buscar a los más de 500 desaparecidos de la Comuna 13 y las casi 6.000 víctimas del área metropolitana en el resto de la ciudad.
“Sobre el caso de la Comuna 13 ya han sido encontradas, además de estos seis cuerpos, dos personas más que fueron recuperadas en el cementerio de Santo Domingo y otra en el municipio de Anorí. Siempre hemos dicho que la búsqueda es importante acá en La Escombrera, pero se tiene que avanzar en otros lugares”, explicó Arboleda.
El llamado fue principalmente para la Unidad de Búsqueda. “Las organizaciones por años han denunciado que en esta comuna hay otros lugares que son de interés forense y que es necesario que actúe. Le compete a la UBPD poder avanzar también en esos otros lugares, poder desarrollar en su plan regional de búsqueda de Medellín y el área metropolitana una metodología que permita llegar a esos otros lugares y poder ampliar las investigaciones para saber dónde están. Tenemos que romper el mito de que todos los desaparecidos de la comuna 13 y de Medellín están en La Escombrera, eso no es así”, agregó Arboleda.
Sobre la búsqueda en La Escombrera, la Corporación Jurídica Libertad reconoce que todavía hay retos por superar. “Los desafíos son múltiples y urgentes: garantizar continuidad técnica, política y financiera; ampliar la intervención al nuevo polígono de la fase VI, avanzar en la identificación de los dos cuerpos hallados hace poco y fortalecer la coordinación JEP–UBPD, como lo ordena el mandato de búsqueda humanitaria y extrajudicial", explicaron.
Y agregaron: “Se necesita justicia. La tierra no solo está hablando de los desaparecidos, también está revelando crímenes atroces, complicidad estatal, torturas, desapariciones y ejecuciones. Están saliendo a la luz la impunidad y el silencio de quienes se beneficiaron de esta violencia”, destacaron en un comunicado.
Un año después de las excavaciones más recientes en La Escombrera, las víctimas llevan marcado el proceso como un hito histórico, político, jurídico y forense, pues representa el reconocimiento de las víctimas como sujetos políticos de verdad que vencieron el negacionismo de los anteriores gobiernos locales. “Por fin hay una oportunidad real de encontrar fragmentos de verdad que estuvieron ocultos junto a los cuerpos”, concluyeron.
Las mujeres buscadoras suben casi a diario a La Escombrera para ser testigos principales de que la tierra ha comenzado a hablar y seguirá hablando sobre la verdad de una de las épocas más violentas del conflicto armado en Medellín y el Valle de Aburrá. Mientras tanto, se preparan para seguir recibiendo a sus seres queridos que un día no regresaron a casa.
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