Llegada de víctimas a Bogotá aumentó en el primer trimestre del año

Según el alto consejero Gustavo Quintero, la mayoría proviene de Chocó, Cauca y Catatumbo. Su reto será fortalecer la política pública y renovar el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.

Mónica Rivera Rueda / @Yomonriver
12 de abril de 2018 - 02:00 a. m.
 Gustavo Quintero ha trabajado por más de 10 años con políticas públicas.  / Alta Consejería para las Víctimas
Gustavo Quintero ha trabajado por más de 10 años con políticas públicas. / Alta Consejería para las Víctimas
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Con los cambios en el gabinete distrital y el paso de Ángela Anzola a la Secretaría de la Mujer, le llegó a Gustavo Quintero la oportunidad de ser titular. Desde el comienzo de la administración Peñalosa él trabajó en la elaboración de las políticas públicas para la atención y reparación integral de las personas afectadas por el conflicto. Ahora, tras su nombramiento como Alto Consejero para las Víctimas, la Paz y la Reconciliación de Bogotá, tiene la tarea de ponerlas en marcha.

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Y con un reto adicional: el aumento de la llegada de víctimas a la capital, oriundas de Cauca y Chocó, en el primer trimestre del año. A pesar de esto, él parece tener claro el camino: fortalecer todas las estrategias, renovar el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, y reforzar los programas de formación y emprendimiento para los desplazados que deciden quedarse en Bogotá.

El año pasado empezaron las mesas de víctimas. ¿Qué se ha hecho?

Logramos que la participación de las víctimas tuviera una incidencia real en la política pública. Por ejemplo, en el Plan de Acción Distrital de este año las víctimas hicieron 422 propuestas e incluimos casi el 80 %. Algunas eran nuevas y a otras básicamente les faltaba divulgación. Eso marca un poco la tendencia de lo que queremos.

¿Cuáles son los planes este año?

Tenemos varias apuestas. La primera es crear un modelo de integración local que, en general, es un deber del Estado. Por ejemplo, casi el 90 % de las víctimas que llegan a Bogotá se quedan y nuestra obligación es darles las mejores condiciones en educación, salud, servicios sociales y acceso a rutas de empleabilidad, y de la mano con otras entidades damos algunos empujones en temas estratégicos. El año pasado, por ejemplo, con la Alianza por Nuevos Comienzos, logramos que el Distrito y la nación pusieran recursos para ciertos programas.

¿Qué tipo de proyectos?

Ampliar la oferta en educación superior para las víctimas. Ofrecimos 154 becas para entrar a la universidad que ellos seleccionaran. Por el otro lado, logramos un empujón a temas de emprendimiento, en compañía de la Secretaría de Desarrollo Económico, a través del Fondo Emprender, que es del Sena.

¿Y la atención a las víctimas?

Es una de las grandes apuestas, ya que nuestra principal tarea es entregar ayudas inmediatas a las personas que llegan a la ciudad después de un hecho victimizante. Queremos que en los siete centros locales de atención encuentren experiencias, desde el acompañamiento psicosocial, que les permita construir su proyecto de vida, sin dejar lo que les pasó. La idea es que acá puedan encontrar oportunidades para hacerlo.

¿Qué papel cumple el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación?

Estamos enfocando las acciones para que se convierta en el eje de construcción de paz y para que las víctimas puedan estar ahí participando todo el tiempo. Tenemos oficios de memoria donde las víctimas, a través de sus tradiciones, nos ayudan a construir memoria, pero también queremos que haya discusiones que construyan documentos, visiones de política de víctimas y de reconciliación en Bogotá. Además, tenemos el programa “Paz al 100 %”, una apuesta del Distrito, ya que pasados los Acuerdos de Paz y el plebiscito, lo que se demostró es que la sociedad está dividida. Con esta iniciativa queremos hablar con ambas partes para entender sus lógicas y miradas para encontrar puntos en común que nos permitan llegar a una paz para todos y todas.

¿Cómo se dará la integración del Observatorio Distrital de Víctimas con los habitantes de la ciudad?

La idea es que, visitando nuestra página, las autoridades, las víctimas y toda la ciudadanía puedan ver los avances en materia de política pública de víctimas por sector y por nivel de avance, entre otras cosas. Esto contribuye a la transparencia y, de paso, nos permite ser más juiciosos con la implementación de políticas.

¿Cuándo estará esa plataforma?

Estamos en pruebas, así que nuestro reto es que esté al aire antes de que acabe el primer semestre.

¿Cuáles son los planes en cuanto a la educación de las víctimas?

Estamos trabajando con el Icetex, el Ministerio de Educación y la Unidad de Víctimas. Este año hay 154 víctimas estudiando, de las cuales sólo 12 escogieron estudiar en universidad pública. Obviamente hay mayor concentración en trabajo social, psicología y en derecho, pero también en otras carreras. Por ejemplo, la persona que sacó el primer puesto es un joven que estudiará ingeniería química en la Universidad Nacional. La apuesta es reducir la deserción. En estos momentos es cercana al 40 %, cifra significa si se tiene en cuenta la inversión que debe hacer en una persona durante la carrera, quien también cuenta con un acompañamiento económico semestral de 1,5 salarios mínimos mensuales. Si la persona se retira, la pérdida para el Distrito y otras víctimas es enorme, ya que estamos haciendo una importante inversión.

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¿Hubo un aumento en el número de víctimas que llegaron a la ciudad?

Hay varios elementos. En 2017 tuvimos una baja importante en el número de personas que llegaron a la ciudad por algún hecho del conflicto armado, pero en los primeros tres meses de este año tuvimos un aumento importante y llegamos a tener unos niveles de ocupación bastante altos. Sin embargo, en las últimas semanas hemos reportado un descenso de quienes llegan solicitando la ayuda humanitaria inmediata. Aunque sí hubo un comportamiento anormal en los meses de febrero y la mayoría de marzo, esperamos que se vuelva a nivelar en los próximos meses.

¿Cuáles pueden ser las razones?

Hay varias hipótesis. Más que buscar las razones, lo que hacemos es brindarles alojamiento, alimentación, acceso a salud, entre algunas otras cosas. A partir del seguimiento de lo que nos dice la Unidad de Víctimas, ha habido desplazamientos en el bajo Cauca; hay una situación difícil en Chocó, y hay algunas otras situaciones en el Catatumbo, que hacen que las personas decidan llegar a la ciudad.

¿Es decir, que la migración es de Chocó, Cauca y Catatumbo?

En parte sí. Esos son los destinos de donde vienen la mayoría de personas que han hecho que crezcan nuestros indicadores, pero estamos volviendo a un comportamiento habitual. Por ahora, no podemos decir que es una tendencia, porque tenemos que esperar cuál es el comportamiento en abril.

Por Mónica Rivera Rueda / @Yomonriver

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