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No es la primera vez que Digno Palomino, jefe de la banda criminal “Los Pepes” de Barranquilla le pide entrada al presidente Gustavo Petro en su apuesta de paz total. La propuesta la ha hecho dos veces más, pero ha sido rechazada.
Esta semana se conoció una carta de Palomino dirigida al presidente Gustavo Petro y a la senadora Isabel Zuleta, quien además coordina el espacio de diálogo socio jurídico con las bandas criminales de Medellín y Valle de Aburrá.
En el documento, con fecha del 7 de julio, Palomino señala sus intenciones de adherirse a una propuesta de Andrés Marín, también conocido como Pipe Tuluá y jefe de la banda criminal La Inmaculada del Valle del Cauca, quien actualmente enfrenta un proceso de extradición a Estados Unidos por narcotráfico.
“Solicito al Gobierno Nacional tener en cuenta nuestra disposición y voluntad de participar activamente en las mesas urbanas de paz (...) reitero mi compromiso absoluto con la búsqueda de la paz total en el territorio nacional liderado por el señor Andrés Felipe Marín”, se lee en la carta enviada por Digno Palomino.
Para concluir la propuesta, el jefe de Los Pepes señaló que en el marco de la paz urbana promoverá uniones entre organizaciones y estructuras involucradas para lograr “acuerdos conjuntos que contribuyan a la consolidación de una agenda común de paz”. Asimismo explicó que dicha unión permitiría abrir espacios de diálogo para establecer más compromisos.
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Hasta el momento, el Gobierno no ha emitido una respuesta para rechazar o aceptar la propuesta de Digno Palomino, sin embargo, fuentes oficiales aseguran que se adelantan diálogos exploratorios con las estructuras criminales en Barranquilla.
Esto se da en el marco de una propuesta que lanzó el presidente Gustavo Petro a mediados de mayo sobre la intención de abrir una mesa de diálogo urbano con las bandas criminales con el objetivo de “pacificar” Barranquilla.
Como antesala a esa propuesta, la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico le enviaron una carta al consejero comisionado Otty Patiño para solicitar una reunión y abordar la situación de las estructuras criminales.
El documento conocido por el diario El Tiempo con fecha del 4 de abril solicitaba articular esfuerzos y estrategias para la construcción de paz total en los territorios con el objetivo de contribuir a la tranquilidad y seguridad.
Según información recogida por la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) solo en abril el departamento registró 54 homicidios, 29 de ellos en Barranquilla, seguido de Soledad con 14 casos, Malambo con 9, Puerto Colombia y Galapa con 2 homicidios. Esa crítica situación impulsó la búsqueda de vías de escape a la violencia.
“Consideramos fundamental articular esfuerzos con su despacho, en el marco de las estrategias nacionales para la construcción de la paz total, con el objetivo de coordinar posibles rutas de acción conjunta y construir alternativas que contribuyan a la seguridad y tranquilidad del territorio. Nos permitimos manifestar nuestra total disposición para asistir al encuentro en la fecha y lugar que usted disponga, ya sea en la ciudad de Bogotá, Barranquilla o cualquier otro espacio que facilite el desarrollo de este importante diálogo”, se lee en la carta firmada por la Oficina para la Seguridad del Distrito de Barranquilla y la Secretaría del Interior del Departamento del Atlántico.
Los intentos de las bandas para subirse a la paz total
La situación de seguridad en Barranquilla ha sido un punto neurálgico para la paz total. En 2023 se registró un pico de violencia en esa ciudad por cuenta de la guerra entre las principales bandas criminales al mando de Digno Palomino; Jorge Eliécer Díaz Collazos, conocido como Castor Y jefe de Los Costeños; Y Ober Ricardo Martínez, conocido como el Negro Ober, jefe de Los Rastrojos Costeños.
A mediados de marzo se conoció el episodio en que hombres armados ingresaron al diario El Heraldo, en Barranquilla, para exigir la publicación de una entrevista con Digno Palomino y días antes exigieron una con Castor. Posteriormente se conocieron extorsiones a comerciantes y disputas al interior de las bandas criminales lo que provocó más violencia.
En ese contexto, las estructuras armadas le solicitaron al gobierno Petro y al entonces comisionado de paz, Danilo Rueda, acercamientos en Barranquilla para una mesa de paz total. Sin embargo, la propuesta no fue aceptada. El entonces ministro de Interior, Alfonso Prada, le envió un mensaje a las bandas.
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“Al señor (Digno) Palomino, al señor Castor, al señor Negro Ober, que nos han retado desde las cárceles, desde sus sitios, algunos de ellos que quieren entrar en los procesos de Paz Total. El que quiera estar en vía del diálogo con el Gobierno Nacional dentro del marco de la Constitución y la ley -que nos permite hacerlo-, solamente tendrá un asiento en la medida que demuestre claramente su voluntad real de respeto con la ciudadanía”.
Y agregó: “que ni sueñen que este camino es para tener una doble vida que les permita seguir delinquiendo y tener un camino de paz total; para nada este camino es para que se burlen de la sociedad colombiana. La generosidad del presidente solamente puede ser respondida con respeto y voluntad de paz real, que podamos verificar”.
En abril de este año, la Consejería Comisionada de Paz en cabeza de Otty Patiño recibió una carta de los principales cabecillas para solicitar, otra vez, espacio en la paz urbana.
Las estructuras “Los Costeños” y “Los Pepes” le pidieron al comisionado Patiño instalar una mesa de paz en la capital del Atlántico, apoyaron la petición en una especie de tregua que las mismas bandas establecieron para reducir los índices de homicidios en la ciudad e incluso mencionaron una posible entrega de armas.
Frente a esa solicitud, el comisionado señaló una serie de condiciones para avanzar en un espacio socio-jurídico. “Si esos grupos ya quieren desmovilizarse, bienvenidos a la paz. Si solo quieren mesa y diálogos, no”, dijo en diálogo con Caracol Radio.
Hasta el momento, ninguna de las propuestas que han enviado los cabecillas de las bandas en Barranquilla ha sido aceptada por el gobierno. Sin embargo, ahora que el presidente Petro lanzó el anuncio de la posibilidad de un laboratorio de paz en Barranquilla, habrá que esperar para saber si la tercera será la vencida.
Mientras tanto, esa propuesta se cocina al calor de los otros laboratorios de paz instalados desde hace dos años en Medellín, Quibdó y Buenaventura, de los cuales solo la mesa con las bandas criminales de Medellín avanza, pues las otras dos entraron en un estado de crisis. De ahí que la nueva carta de Palomino también esté dirigida a la senadora Zuleta, encargada del diálogo en el Valle de Aburrá.
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