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La Embajada de Alemania en Colombia lamentó la muerte de Peter Ptassek, quien fue embajador en el país durante casi cuatro años.
“Lamentamos profundamente la muerte prematura de Kerstin Malin y Peter Ptassek, quienes en años recientes lideraron y enriquecieron nuestro equipo. Acompañamos a sus familias en estos duros momentos y estamos seguros de que muchos conservarán un bello recuerdo de ambos”, escribió la Embajada a través de sus redes sociales.
Peter Ptassek asumió como embajador en Colombia en agosto de 2018. Durante su periodo fue un ferviente defensor del Acuerdo de Paz entre el Estado y las FARC. No solo porque su gobierno ha sido el encargado de seguir la implementación del punto 5 de víctimas, sino porque estuvo convencido siempre de que la firma fue ejemplo para el mundo de la forma cómo se puso fin a un conflicto de más de 50 años. “Sabíamos desde el inicio que no sería fácil. El Acuerdo tiene unos capítulos muy exigentes sobre la tierra y la participación política, que abarcan soluciones a casi todos los problemas estructurales del país y estos no desaparecen con la firma de un texto”, dijo a El Espectador en una entrevista cuando finalizó su misión en el país, en junio de 2022.
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Ptassek era doctor en filosofía y durante los cuatro años que estuvo en Colombia viajó a varios lugares para conocer de primera mano la situación social del país. En esa tarea lo acompañó su sensibilidad para escuchar a las comunidades, también una cámara Cannon para fotografiar los hermosos paisajes que conoció.
Al terminar su periodo e irse de Colombia contó que llevaba cerca de 200.000 imágenes de lugares como las cuevas de Santander, el cañón del Chicamocha, los páramos y nevados, los desiertos de la Tatacoa y de La Guajira. Antes de irse hizo una exposición con las mejores fotografías.
Ptassek fue un gran aliado de Colombia+20 de El Espectador. Gracias a su apoyo se produjo el documental No Odiarás, que contó la historia de tres mujeres que vivieron el conflicto armado desde diferentes orillas y que, a pesar de su afectación, trabajan por la paz y la reconciliación del país.
El entonces embajador apoyó los encuentros Hablemos de Verdad en los que logramos reunir a exmiembros de las FARC, de las AUC y de las Fuerzas Militares que se combatieron entre sí y que, tras la invitación de El Espectador aceptaron conocerse personalmente, hablar sobre lo ocurrido durante el conflicto e incluso reconocer sus delitos frente a las víctimas. Esos encuentros se realizaron en Bogotá, Cúcuta, Valledupar, Villavicencio y Neiva.
Ptaseek acompañó los encuentros para observar de primera mano estos ejercicios de diálogo y reconciliación y para alentar con sus palabras para que tanto víctimas como responsables siguieran en ese camino de reconocimiento para darle sentido a la implementación del Acuerdo de Paz
Pero además de su apoyo a la implementación del Acuerdo y sus contundentes frases para proponer reflexiones profundas sobre la búsqueda de la paz, Ptassek se destacó por su carisma y la manera como rompió los esquemas de los diplomáticos con su particular estilo de comunicar a través de redes sociales.
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En pocos días obtuvo más de 70.000 seguidores en Twitter (hoy X), con mensajes atrevidos y creativos; respondía con humor y sátira a sus contradictores y llevó sus mensajes políticos con frases ingeniosas. Al despedirse del país dijo que en su maleta se llevaba una lección para toda la vida: el optimismo a toda prueba de los colombianos.
Fueron muchas las reflexiones que nos dejó en su paso por Colombia, como esta que sigue siendo vigente en la actual coyuntura: “El Acuerdo logró abrir una puerta muy pesada hacia el futuro que permitió pensar en un diálogo sobre el futuro del país, pero esto se cubrió con la polarización del referendo. Colombia debe atreverse a un diálogo sobre el futuro del país, porque tras la firma ha sido más la polarización que la oportunidad. Esa polarización es normal; pero no es útil, hace parte de un proceso de cambio que no se ha materializado, aunque ya hay realizaciones como el Sistema Integral de Paz, algo que nunca ha existido en el mundo, pero es un modelo que ofrece dos cosas que generalmente se excluyen: una paz negociada y evitar la impunidad”.
Su sensibilidad por los temas relacionados con la paz y su cercanía con las comunidades lo convirtieron en una persona que dejó huella en Colombia. Paz en su tumba.
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