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Tras el acuerdo en Catatumbo entre el Gobierno y el Frente 33 de la disidencia Estado Mayor de Bloques y Frente sobre la instalación de una Zona de Ubicación Temporal (ZUT) en Tibú, Andrey Avendaño, delegado del grupo armado y uno de los mandos políticos, explicó el objetivo de esa medida en el marco de los diálogos de paz.
“Le apostaremos a las iniciativas que vayan encaminadas a ayudar a resolver el problema de conflictividad en la región. Una de esas medidas es la ZUT donde aspiramos seguir adelante con el diálogo y la implementación de las diversas agendas aprobadas en los ciclos de la negociación”, señaló Avendaño a través de un video.
Asimismo, el jefe disidente aclaró algunos puntos que siguen generando dudas tras el anuncio de la instalación de la ZUT.
“Esta zona de ubicación temporal tiene como finalidad mostrar el estado avanzando del proceso. Como lo reglamenta la ley 2272, no es una zona de distención y mucho menos busca generar más violencia. Lo que busca es bajar la intensidad del conflicto armado en Catatumbo”, agregó.
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Si bien el comunicado en video no aclara si habrá una dejación de armas por parte de la disidencia, Avendaño entrega un aparente parte de tranquilidad sobre la voluntad de paz del Frente 33.
En ese sentido, señaló que ese desescalamiento de la violencia en Catatumbo no será solo con “el silencio de los fusiles” del Frente, sino que también esperan generar tranquilidad y posibilidad de retorno a las comunidades que fueron desplazadas tras la ola de violencia en esa región del país.
El Frente 33 del EMBF tiene mayor presencia en Catatumbo y ha sido uno de los protagonistas en la reciente crisis humanitaria a raíz de las confrontaciones con la guerrilla del ELN que ha dejado más de una centena de muertos, más de 60.000 desplazados y 16.000 personas confinadas.
En ese contexto, aunque la idea del preagrupamiento del Frente 33 se viene cocinando, según conoció este diario, desde que se desató la crisis en Catatumbo, pues esa disidencia habría quedado disminuida y el Gobierno buscaba hacer una transición a la vida civil, Avendaño señaló que no se trata de una derrota sino una muestra de voluntad de paz y compromiso.
“Este no es el fin del proceso sino el inicio de una nueva fase y única en el país. Es una muestra de nuestro real compromiso con la paz de Colombia”, concluyó el jefe disidente.
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Sin embargo, la decisión todavía deja algunas dudas sobre el funcionamiento, viabilidad e impacto de una zona de ubicación en Tibú, un territorio principalmente azotado por la ola de violencia entre ELN y disidencia.
Algunos analistas señalan que podrían existir repercusiones en las comunidades rurales en un escenario en que el ELN decida volver a atacar. A eso se le suma que todavía no están claras las garantías de seguridad para la población civil. Hasta el momento se sabe que la zona de ubicación tendrá un cordón de seguridad con miembros del Ejército Nacional.
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