
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El presidente Gustavo Petro planteó este martes un nuevo tablero de diálogos -ya tiene nueve entre guerrillas, bandas y disidencias- entre el Gobierno y las bandas criminales juveniles de Barranquilla, a las que describió como producto de la exclusión educativa, la falta de oportunidades y el control territorial del narcotráfico en los puertos del Caribe colombiano.
El evento en la capital del Atlántico fue la inauguración de los cabildos populares y una de las actividades para mover el tema de la consulta popular. Desde allí, Petro trazó una línea directa entre el auge de las economías ilegales, el abandono estatal y la precariedad de acceso a la educación superior. “Esos muchachos que por miles están siendo enrolados en ese tipo de organizaciones que llaman bandas lo hacen porque no tienen universidad”, a dijo el mandatario durante la alocución realizada desde el Paseo de Bolívar.
En su intervención, el presidente abordó también el papel de los puertos como epicentros del tráfico de drogas y armas. “Hay que preguntarse por qué (pasa ese fenómeno), porque ahí no están haciendo ninguna revolución. Olvídense, ahí están traqueteando. Están usando el puerto de Barranquilla para sacar cocaína, para traer textiles que arruinan a los industriales y armas para que el pueblo se mate entre sí”, denunció. Además, señaló un patrón que calificó de preocupante: el crecimiento de los homicidios en zonas de frontera y puertos estratégicos como Buenaventura, Tumaco, Cartagena y Santa Marta.
Petro relacionó esta expansión del narcotráfico no con una insurgencia política, sino con redes criminales que operan con apoyo de actores políticos locales corruptos: “Ya no había guerras contra la insurgencia. Lo que había eran guerras del narcotráfico contra el pueblo. Y había políticos que eran amigos no del pueblo, sino de los narcotraficantes”, sostuvo.
Frente a este panorama, el presidente propuso abrir una mesa de conversaciones entre el Gobierno y las bandas juveniles barriales de Barranquilla. Citó como ejemplo el caso de Medellín, donde se lleva un diálogo con las bandas criminales del Valle de Aburrá. Según dijo, ese proceso ha logrado una significativa reducción de homicidios pese a las tensiones con las autoridades locales. “Medellín está a punto de tener solo un dígito en tasa de homicidios, aunque el alcalde no lo quiera reconocer”, remarcó.
Las críticas también alcanzaron al alcalde de Barranquilla, Alejandro Char.
“Antes de hablar de la consulta, a lo que hemos venido, yo quiero hablar en Barranquilla a esas bandas y a esos jóvenes porque voy a iniciar un diálogo de conversaciones del Gobierno con las bandas juveniles de Barranquilla. Queremos reunirlos, que hagan la paz, que no ataquen a su vecino, que no ataquen al otro joven, que le dejen de prestar servicios al traqueto y al político que van de la mano, que empiecen con nosotros la formación del liderazgo popular. Este Gobierno les ofrece la mano, que a sus presos en las cárceles los vamos a escuchar, que vamos a pacificar a Barranquilla, ya que el alcalde no pudo”, dijo.
El presidente fue más allá al criticar directamente el estado de la Universidad del Atlántico y urgir a las autoridades a acelerar la apertura de espacios de formación sin esperar infraestructuras que tardarían años. Propuso “módulos rápidos” y ampliación de cupos educativos como una estrategia urgente para disputar la juventud al crimen organizado.
De acuerdo con organizaciones que hacen seguimiento al conflicto en el país, en Barranquilla tienen presencia tres bandas criminales conocidas como Los Costeños, Los Leones, Los Rastrojos Costeños y Los Pepes, que hacen presencia en su mayoría en sectores del sur y surorientes de la ciudad en sectores como La Luz, La Chinita y Rebolo.
“Barranquilla ha venido consolidándose como uno de los principales focos urbanos de criminalidad en el país. Su posición geoestratégica resulta atractiva para distintos tipos de organizaciones delincuenciales: por un lado, porque permite acceder con facilidad a la desembocadura del Río Magdalena, por otro, por su fácil acceso a un puerto vital para el flujo de mercancía”, dijo un informe de Pares, publicado a finales del año pasado.
Con esta intervención, Petro lanza un nuevo frente dentro de su política de “paz total”, esta vez centrado en el fenómeno urbano de las bandas juveniles en la Costa Caribe, una problemática que ha crecido al tiempo de la expansión del Clan del Golfo en esa zona.
En su intervención, Petro también dijo que su Gobierno estaba para la victoria. “Estamos definiendo de nuevo, 30 años después, si la Constitución del 91 rige o no. Con sorpresa empieza uno a ver personas, dirigentes le llaman, líderes que pareciera que no se hubieran leído la Constitución”, aseguró.
Aseguró que en su Ejecutivo “no hay codicia” y volvió a lanzar contra sus opositores, entre quienes incluyó al presidente del Congreso, Efraín Cepeda (Partido Conservador) y el alcalde Char.
✉️ Si le interesan los temas de paz, conflicto y derechos humanos o tiene información que quiera compartirnos, puede escribirnos a: cmorales@elespectador.com;jrios@elespectador.com;pmesa@elespectador.comoaosorio@elespectador.com.