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En Pasto hay indignación por el caso de Carolina Burbano Tapia, joven de 20 años que falleció el 20 de diciembre de 2018 tras ser embestida por una camioneta.
El accidente de tránsito ocurrió en las horas de la madrugada, en el sector de Maridías, calle 18 con carrera 36. La universitaria se transportaba junto con Omar David Apraez en una motocicleta, cuando una camioneta chocó contra ellos. El vehículo era conducido por Héctor Eduardo Pepinoza, quien iba acompañado de otros dos docentes.
Para enero de 2019, el director de la fiscalía seccional de Nariño, Nelson Andrés Escobar, explicó que, a los 20 minutos de ocurrido el hecho, las autoridades localizaron el vehículo y recolectaron los elementos materiales probatorios.
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Además, aseguró que tenía la evidencia necesaria para hacer las actuaciones correspondientes. “El acusado se ha presentado a las autoridades desde un principio y ha entregado los elementos de prueba que establecen una relación directa con el accidente”.
Sin embargo, Escobar también dijo que la entidad se rige por una serie de principios constitucionales y legales que no han permitido avanzar con el proceso.
La Fiscalía pudo establecer que los docentes se encontraban en estado de alicoramiento, por elementos hallados al interior del vehículo. Asimismo, comprobó que momentos antes del accidente, se encontraban en un lugar donde vendían alcohol. Por esto, no fue necesaria una prueba de alcoholemia.
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En entrevista con el periódico Extra, Sandra Tapia, madre de Carolina, comentó que las investigaciones avanzan, pero aún no hay resultados.
“Estamos haciendo valer nuestros derechos como víctimas. Sabemos que la Fiscalía está haciendo su trabajo, confiamos en su profesionalismo y en las capacidades de las personas que trabajan allí, pero pedimos celeridad”.
Este viernes 15 de febrero, en el lugar del accidente, familiares y amigos de Carolina realizaron un acto simbólico con flores, velas y carteleras para pedir a las autoridades tomar acciones de justicia más efectivas.
“La justicia es muy laxa, hay muchos procesos que han quedado impunes o se demoran tanto que los casos vencen sus términos. El castigo debe ser ejemplar, la sociedad lo exige”, agregó Tapia.