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Querida Jasmín.
Desde la escuela pobre que dirijo en tu ya no heroica Cartagena, y en nombre de todas las niñas que aquí se educan, te envío mi mensaje de solidaridad por la vil agresión de la que fuiste víctima.
Ese acto repudiable y cobarde denota el grado de descomposición a que hemos llegado. Me sumo sin ambages, al grupo de hombres y mujeres, que sienten rabia por el dolor físico y moral que te causó ese indigno hombre, que a nombre de la barbarie y de la fuerza, mancilló tu honor.
Pero no, mi amada y dulce Jasmín, tú has demostrado que eres una guerrera y pronto te levantarás erguida y radiante, como todas las mujeres de tu raza, para sumarte a la noble causa de la lucha por el respeto y el derecho a ser mujer, sin que nadie pretenda o vuelva a atropellarte, por tu belleza o el escote sexi de tu vestido.
Fuerza, Jasmín! Esa es la voz de las niñas de mi escuela, a quien tú representas y encarnas. Ellas también están tristes, pero llenas de esperanza, porque saben, que tus heridas van a sanar y tu ejemplo y tu fortaleza, servirán para detener el ímpetu de la cobardía, de quien a nombre del machismo y la fuerza brutal, laceraron tu cuerpo y tu alma.
Ahora que te recuperes y salgas de la clínica radiante y bella, queremos que visites nuestro colegio, para que en un acto sencillo pero lleno de amor y de cariño, profesores y alumnos, te brindemos y manifestemos nuestro tributo de admiración y respeto.
“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.
Fuerza Jasmín.
*Rector de la Institución Educativa Soledad Acosta De Samper
*Esta carta hace parte de la serie de #CartasAJasmín, publicada por El Espectador, en la que amigos y desconocidos le envían un mensaje de fortaleza a Jasmín Álvarez Romero, quien hasta hace cinco días estaba en coma inducido tras ser víctima de una brutal agresión en Cartagena. Si quiere publicar una carta puede enviarla a pcuartas@elespectador.com
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