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La educación de los jóvenes cundinamarqueses, que viven en municipios alejados, acaba de recibir una nueva inyección de capital. Esta semana, la Gobernación de Cundinamarca anunció que se hará una inversión de COP 4.200 millones para entregar aulas STEM a escuelas de 17 municipios.
Los salones, equipados con herramientas para que los alumnos puedan adquirir mayores conocimientos a través de la tecnología, se complementa con otra gran apuesta de la Gobernación que apunta a que miles de estudiantes en municipios con poca oferta educativa accedan a educación sin necesidad de salir de sus territorios o renuncien a la idea de un futuro profesional por falta de oportunidades o financiación.
Las aulas STEM, como lo han descrito expertos tanto estatales como de otros sectores de la educación, llegan a reforzar un sistema escolar que, durante los últimos dos años, ha sido impulsado por el gobernador Jorge Emilio Rey.
Y es que, a diferencia de los salones convencionales en donde los únicos recursos son pupitres y un tablero, estas salas están diseñadas para adaptarse a los cambios tecnológicos y educativos que, por supuesto, también se han sentido en el mundo de la educación. Las aulas cuentan, por ejemplo, con gafas de realidad virtual, pizarras inteligentes, impresora 3D y conectividad para que los jóvenes puedan ampliar sus conocimientos a través de un computador.
“Estas aulas representan un avance concreto hacia una educación moderna, inclusiva y de calidad, que reduce brechas entre lo urbano y lo rural y amplía las oportunidades para los jóvenes del territorio”, explica la Gobernación.
Enfoque inclusivo
La inversión es importante para un departamento en el que la mayoría de sus municipios son pequeños, de quinta o sexta categoría, lo que significa que hay menor disponibilidad presupuestal para solventar algunas de las necesidades más urgentes, entre ellas, modernizar la educación.
Según explicó la Gobernación, las aulas se habilitarán en 17 municipios que, además de ofrecer mayor baraja educativa en los territorios, también consoliden apuestas educativas de alto impacto. “En la Secretaría de Educación hemos trabajado con rigor técnico y compromiso para que estas aulas VIDA–STEM sean una realidad en cada institución beneficiaria. Realizamos visitas de verificación, capacitamos a los docentes responsables, ajustamos el cronograma con el contratista y garantizamos que cada equipo quedara inventariado y en perfectas condiciones”, afirmó Genny Milena Padilla, secretaria de Educación.
La Gobernación estima que al menos 20.044 estudiantes se verán beneficiados en un corto plazo por la implementación de estas aulas en los municipios de Gama, Guaduas, Apulo, San Francisco, Subachoque, Tabio, Ubaté, Anapoima, Cajicá, Cogua, La Mesa, Nilo, Sibaté, Silvania, El Rosal, Tocaima y Yacopí.
Apuesta eficiente
Este tipo de inversiones han demostrado retornos no solo para la educación de un municipio o departamento puntual. Además, son sinónimo de desarrollo territorial en algunos sectores donde hay “fuga de cerebros”.
Así lo demostraron dos escuelas del departamento que, precisamente gracias a esta inyección de capital por parte de la Gobernación, han sido premiadas por implementar estrategias pedagógicas en la formación de los jóvenes del municipio. El primer caso, que corresponde a la Institución Educativa Roberto Lozano Medina, del municipio de Cogua, que recibió el galardón de Canapro 2025 en el que se aplaude su labor de fortalecer la educación en entornos lugares de manera innovadora.
El Instituto Marco Fidel Suárez Moreno, de Tenjo, también fue reconocida por haber implementado proyectos educativos que, además de cumplir con currículos escolares, fomenta la creatividad y, a largo plazo, el desarrollo del municipio.
Para Padilla, no hay duda de que estas inversiones demuestran la importancia de apostarle a la educación en el departamento. “Se trata de un reconocimiento que exalta la labor de administrativos, docentes, orientadores, coordinadores y rectores que lideran experiencias pedagógicas innovadoras y fortalecen la formación ciudadana, la cultura de paz y los valores cooperativos en instituciones educativas rurales y urbanas”, concluye la secretaria de Educación.
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