En los últimos dos meses de este año se cometieron 122 raponazos y cuatro asesinatos desde una motocicleta. El gobierno municipal y las autoridades policíacas despertaron la alerta al comparar las cifras con enero y febrero, cuando aún existía en la ciudad la ley de prohibición de parrillero, donde se cometieron 34 raponazos y ningún homicidio. Por tal motivo las autoridades municipales están considerando levantar de nuevo la norma.
La Secretaría de Gobierno Local y la Policía aumentaron los dispositivos de control en el área metropolitana, mientras que la Alcaldía ha considerado la idea pero no ha tomado medidas al respecto.
Por razones de seguridad, la Alcaldía de Bucaramanga había decidido prohibir a los parrilleros. Un estudio posterior sobre el uso que los ciudadanos tienen de ese vehículo determinó que los bumangueses lo utilizan para transportar a miembros de su familia, asistir a la universidad o al trabajo y por ese motivo se decidió levantar la prohibición.
El Secretario de Gobierno local invitó a los motociclistas a denunciar malos usos de las motos, "unos pocos le dañan la buena imagen que tiene este gremio", afirmó el funcionario Edgar Salcedo.