Este miércoles nuevamente los bonaverenses salieron a las calles a manifestarse. Al menos 30.000 personas se reunieron en el boulevard del centro, la Casa de la cultura y el puente del Piñal, entre otros lugares, para reclamar nuevas oportunidades de empleo digno, uno de los ocho puntos que los organizadores del paro incluyeron dentro de las peticiones que le hacen al Gobierno.
No es la primera vez que en el municipio del Valle del Cauca protesta, este es el tercer paro cívico que realizan para mejorar las condiciones de su población, que no cuenta con un suministro de agua 24 horas, tiene altas tasas de desempleo, a pesar de contar con uno de los puertos más grandes del país, e históricamente se ha visto afectada por grupos armados ilegales, que van en busca del control de las rutas del narcotráfico en la región. (Lea: El costo del paro en Buenaventura)
El transporte público, intermunicipal y marítimo está paralizado. Al menos 300 camiones de carga se encuentran parqueados a orillas de la carretera que conduce a la población valluna, en la que cerca de 114 organizaciones se encuentran en cese indefinido de actividades y como asegura John Reina, director de la Pastoral Social de Buenaventura, uno de los promotores del paro: “Ha transcurrido de una manera muy tranquila y de verdad que en eso se ha destacado Buenaventura, que hace las cosas de una forma muy pacífica, lo que no quiere decir que no estemos exigiendo nuestros derechos que han sido vulnerado por muchos años”.
Así mismo se ha visto afectada la economía portuaria. Según informó el presidente de la Cámara de Comercio de Buenaventura, Alexander Micolta, el primer día de paro dejó pérdidas cercanas a 10.000 millones de pesos, y este martes se registraron bajas por más de $25.000 millones en su mayoría por la parálisis de la venta de gasolina y del comercio, que ha impedido la exportación de productos como el azucar y el café.
Las peticiones por las que para Buenaventura
"Tenemos agua por arriba por abajo pero nada por los tubos", decía en su momento monseñor Rigoberto Corredor de la situación del agua potable en Buenaventura. Según Reina, no solo la falta del servicio las 24 horas afecta a la comunidad, sino también la turbiedad con la que llega a las viviendas y la falta de reservas para atender a la población en tiempo de sequía.
Al respecto el gobierno a tomado cartas en el asunto. Actualmente se adelanta la construcción del tanque de almacenamiento y las plantas de tratamiento de agua de Venecia y Escalerete, que realiza Findeter y que completa más de un año de retrasos. Ante la parálisis del municipio, la entidad emitió un comunicado, el pasado miércoles, en el que asegura que de continuar el paro retrasará aun más la entrega de las obras, acto que para Reina "es insignificante con todo lo que se han demorado. Se supone que las obras las iban a entregar en el 2015 y ya estamos en el 2017".
En cuanto a la seguridad, en Buenaventura como en el Chocó se está presentando casos de confrontación de bandas criminales por las rutas del narcotráfico hacia el Pacífico, además de esto hay altos índices de extorsión e inseguridad en los barrios, y a pesar que la cifra de asesinatos ha disminuido, la tasa de desempleo se encuentra sobre el 62 %, muy por encima del promedio nacional que bordea el 10 %, por lo que piden acciones del gobierno para la generación de empleos estables en la región.
Otro de los temas pendientes, y que quedó sin solución desde el pasado paro de 2014, fue el tema de la educación. Con el fin de mejorar las condiciones del puerto marítimo, el Ministerio de Educación se comprometió a liderar un Pacto por la Educación, en el que incluiría al Icetex, para superar las dificultades por las que atraviesa el municipio, pero según Reina, no se ha firmado dicho compromiso.
La reapertura del hospital de segundo nivel es un tema que tampoco dejan atrás. Según Reina, al nuevo centro hospitalario distrital le hacen falta adecuaciones como las pruebas de sismo-resistencia. Aunque el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, antes de que comenzará el paro aseguró que estaría listo en aproximadamente cuatro meses. “La buena noticia es que en septiembre por fin después de una larga espera, de muchas dificultades, vamos a reabrir el hospital. Un hospital público de segundo nivel, que no es lo que queremos, pero es un paso importante para remediar un problema en la prestación de servicios de salud en el Distrito de Buenaventura”, dijo el funcionario.
Por ahora la comunidad espera la llegada del ministro de Ambiente, delegado por el presidente Santos, para liderar las negociaciones, en las que tocarán los puntos que no se han cumplido de las anteriores negociaciones, además de las ocho peticiones que tienen sobre su situación actual.
Mientras comienzan las reuniones, el ministro ya comenzó sus pronunciamientos y envi+o una cartar al directivo de la Pastoral Social asegurando que “muestra de esto y como primera herramienta para desarrollar una estrategia de largo plazo, el Plan Nacional de Desarrollo (2014-2018) define por primera vez estrategias, objetivos y metas para la región. Adicionalmente, en 2014 se lanzó Plan Todos Somos PaZcífico como una estructura que garantice la gestión articulada con el territorio en la construcción de soluciones estructurales para el Pacífico”.