El cuarto día de paro en Buenaventura dejó de ser pacífico. Luego de tres días de manifestaciones para pedir al Gobierno que vire sus ojos hacia esa ciudad, la situación se hizo compleja por los choques entre Fuerza Pública y ciudadanía, ocurridos en dos de los ocho puntos de concentración que se acordaron para esta serie de movilizaciones.
Según denuncia la comunidad bonaverense, mientras decenas de habitantes de la ciudad se agolpaban en el puente del Piñal, uno de los puntos de congregación para las protestas y habitual escenario de los bloqueos al conectar la zona insular con la continental de Buenaventura, unas 20 motos y 5 camiones de la Policía llegaron a intentar dispersar la colectividad de inconformes arengando por acceso a salud, vivienda digna y agua potable. Esas, entre muchas otras peticiones a la Casa de Nariño por lo que, dicen, es apenas una retribución a lo que aporta el puerto al país.
Al llegar y ocupar el puente, los hombres del Esmad recurrieron al método típico para dispersar protestas. Arrojaron gases lacrimógenos, sin tener en cuenta que en la concentración estaban presentes niños y personas de la tercera edad. En ese punto se presentaron algunos encontronazos entre Esmad y comunidad, que no tuvo oportunidad de rechazar la intervención.
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Los ánimos ya estaban caldeados desde que en horas de la mañana se levantara la mesa conformada por delegados del Gobierno y promotores del paro cívico, en tanto no alcanzaron ningún acuerdo para empezar a dar solución al pliego de peticiones por las que decidieron iniciar el paro.
Así que, en La Delfina (kilómetro 40 vía Buenaventura), otro de los puntos en que estaban concentrados los manifestantes, se presentó la confrontación más grave del día: al lugar llegaron uniformados del Esmad que no solo utilizaron los gases para dispersar la manifestación, también usaron la violencia, según líderes sociales de la zona. Los choques dejaron varios heridos por inhalación de los gases, entre ellos dos niños, que fueron trasladados a la Clínica Santa Sofía del municipio, donde se espera que en las próximas horas se haga un consolidado sobre las cifras de lesionados tras los enfrentamientos.
“¡Compañeros, ya entró el Esmad a La Delfina!”, alertaba una promotora del paro mediante un audio que difundió en WhatsApp. “Han llegado a alto y bajo Zaragoza y han gaseado a toda la gente. Han perseguido a un muchacho y le han querido pegar. Vienen por toda la carretera y todo lo que se encuentren taponado, con comunidad ahí, la golpean y la agreden”, contaba por su parte a este diario un participante de la marcha.
El paro continuará y, pese a la represión, los promotores seguirán pidiendo una mesa con el Gobierno para negociar la declaratoria de la emergencia social, económica y ecológica que han solicitado los bonaverenses. Las demás solicitudes de la comunidad pasan por el restablecimiento de los niveles 2 y 3 del servicio en el hospital de Buenaventura, mejoras en seguridad y una solución a los problemas de agua potable.
“Rechazamos estas acciones que en primer lugar vulneran el derecho a la movilización, así como el tratamiento de guerra que le han dado a la misma al militarizar la zona. Hacemos un llamado al Gobierno Nacional a detener este ataque contra la población civil que en su legítimo derecho se moviliza. Por último, pedimos una intervención urgente a los organismos internacionales para que se garantice el derecho a la protesta social, a la vida y la integridad de estas comunidades”, concluye el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos sobre los hechos que se presentaron.
Fotos: Cortesía.