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Un motín se presentó en la noche del lunes 25 de agosto en la Estación Norte de Policía de Bucaramanga. Los internos generaron disturbios e incendiaron colchonetas como protesta por restricciones en llamadas telefónicas. La emergencia fue controlada por uniformados que activaron los protocolos correspondientes.
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Catorce de los internos resultaron con heridas leves autoinfringidas y fueron atendidos en el lugar. A la emergencia acudieron gestores de convivencia, la Defensoría del Pueblo y la Personería.
El secretario del Interior de Bucaramanga, Gildardo Rayo, explicó que las medidas adoptadas buscan mantener el orden, y que estas no fueron aceptadas por algunos de los internos. “Son medidas necesarias para mantener el orden, pero que no son del agrado de algunos internos. En la protesta intentaron quemar algunos elementos, pero todo fue controlado a tiempo”, afirmó. También indicó que el incendio fue atendido internamente y no fue necesario el apoyo de los Bomberos.
Además, durante los disturbios internos, familiares de los detenidos protestaron en la parte externa de la estación. Cerraron la carrera 15 entre calles 3 y 6 y denunciaron que no están permitiendo el ingreso de visitas ni la entrega de encomiendas y que están recibiendo una alimentación de mala calidad.
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Hernando Mantilla, veedor de los derechos carcelarios en Santander, aseguró que las causas del motín no solo son por las restricciones. “Estas estaciones se convirtieron en depósitos de seres humanos, donde no se respetan sus derechos. Lo que vimos hoy es la consecuencia del abandono y del hacinamiento”, enfatizó a Caracol Radio.
Esta Estación tiene capacidad para 15 personas y actualmente permanecen 139 sindicados. Por su parte, en la Estación Centro también estaría funcionando en las mismas condiciones ya que tienen 110 internos en un espacio diseñado de la misma forma para 15. Y algunos permanecen ahí hasta un año, en estas unidades que deben retener personas máximo por 36 horas.
Finalmente, las autoridades confirmaron que restablecieron el orden y que no hubo daños graves en la infraestructura ni agresiones contra el personal. Además de que mantendrán diálogos con los internos y sus familias para evitar nuevos disturbios y garantizar el respeto de los derechos humanos.