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A urgencias pediátricas del hospital Departamental Universitario del Quindío San Juan de Dios llegaron diez niños entre los ocho y diez años que en la mañana de pasado martes 30 de septiembre se intoxicaron con dulces que dos mujeres estaban entregando al ingreso de la Institución Educativa Cristóbal Colón, en el barrio Paraíso de Armenia.
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Según indicaron voceros de la institución, dos mujeres que estaban fuera del colegio a la hora de la entrada a clases, entregaron dulces de la marca Chely Chuladas a los niños. Posteriormente, varios de los menores de edad que los consumieron comenzaron a presentar mareo, dolor abdominal, vómito y dolor de cabeza.
El secretario de educación de Armenia, Antonio José Vélez, explicó que los profesores que acompañaban al grupo de estudiantes dieron aviso a los padres, luego de que uno de los niños de primaria explicó que consumieron los dulces.
“A los acudientes se les solicitó que, por favor, los llevaran al médico porque algunos presentaban vómito, dolores estomacales. En tercer lugar, se les dio trámite e información a las autoridades competentes en materia de salud y de seguridad”, añadió Vélez.
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Sobre el estado de salud de los niños, el hospital indicó que se encuentran estables. A todos se les realizaron exámenes toxicológicos para identificar el componente que produjo la intoxicación. Sumado a eso, señalaron que se descartó la presencia de cualquier sustancia psicoactiva.
“Invitamos a las familias y a la ciudadanía en general, especialmente durante este mes de octubre y sus festividades, a extremar precauciones con el consumo y la procedencia de los dulces que reciben los niños, procurando siempre su seguridad”, añadió en comunicado el centro asistencial.
Algo similar señaló Vélez, quien indicó que los dulces ya fueron puestos en custodia de las autoridades. “Este mes es muy delicado, recordemos que hay fiesta en torno a la niñez, hay muchos dulces y salidas. Este suceso debe ser una alerta para que prestemos mayor atención no solo en las instituciones educativas, sino en el entorno escolar y en nuestras comunidades. Es un campanazo para reforzar la seguridad y la vigilancia a nuestros menores”