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El drama continúa

Cerca de tres mil metros cúbicos de tierra han sido evacuados de la Cola del Zorro en El Poblado para facilitar el rescate de las víctimas.

Mary Luz Avendaño / Especial para El Espectador
17 de noviembre de 2008 - 10:00 p. m.

Doscientos integrantes de los organismos de socorro han trabajado sin tregua para rescatar los cuerpos de las víctimas que dejó el alud de tierra en la urbanización Alto Verde, en la Cola del Zorro en El Poblado. Cuarenta volquetas han evacuado del sitio cerca de tres mil metros cúbicos de tierra y escombros.

Entre las ruinas de las casas, los hombres de la Defensa Civil han encontrado libros, fotos y algunas pertenencias que de inmediato son llevados a una caseta cercana habilitada para los familiares de las víctimas. Allí todos esperan impacientes noticias de sus seres queridos.

Largas horas de dolor

A las cuatro de la tarde del lunes habían sido rescatados nueve cuerpos, sólo faltaban tres. De nuevo la lluvia inclemente sobre el lugar de la emergencia obligó a los organismos de rescate a tomar precauciones. A pocos metros del lugar los familiares aguardaban impacientes a que terminaran largas horas de espera.

Desde que se enteraron de la tragedia, no han tenido tregua, con la angustia se esfumó el sueño. “Es una zozobra de 30 horas. Uno quisiera que esto terminara ya. Yo tenía esperanzas de que esas casas por ser tan finas hubieran soportado algunas estructuras y en medio de ellas algún sobreviviente, pero ya vemos que es imposible”, comenta en voz baja y con sus ojos cargados de lágrimas Carlos Villegas, a quien el alud le arrebató a su hermano, su cuñada y sus dos sobrinos. “A las dos de la madrugada rescataron los cuerpos de Mauricio mi hermano y su esposa Luz María.

Faltan todavía mis sobrinos Simón y Tomás. Esto es muy duro porque él más que mi hermano era mi socio, mi amigo, mi confidente. La familia toda nos reuníamos siempre aquí en su casa, él vivía feliz hace seis años, la construyó con mucho amor”. Concluye Carlos mientras se acerca al lugar de los hechos   para conocer cómo avanzan los trabajos.


Otro drama similar viven los familiares de Denascar Gómez y su esposa Julieta Mejía.  El cuerpo de su hijo fue rescatado a las nueve de la mañana, pero ellos siguen bajo los escombros. “Yo hablé con mi hermana hace una semana, ella me había dado un juego de sala y un cuadro, la invité para que viera cómo había quedado y no alcanzó a ir. Julieta vivía feliz en su casa porque le gustaban los espacios amplios y la piscina en la terraza”, relató a El Espectador una familiar que pidió no revelar su nombre.

Juan Gonzalo Roldán, cuñado de Julieta, una de las víctimas, asegura que tenían problemas de filtración de aguas, “hace varios meses venían teniendo problemas porque aparecía agua en el piso. El sábado nos dijo que otra vez estaba saliendo mucha agua, que parecía que se había roto un tubo, pero no pensaron que era el presagio de algo tan grave”.

Siguen las investigaciones

La Alcaldía nombró una comisión para evaluar los terrenos y las condiciones de las urbanizaciones cercanas. Por su parte, el presidente del Concejo Municipal, Federico Gutiérrez, dijo que esta situación se veía venir, “hace dos años estábamos discutiendo la reforma al Plan de Ordenamiento Territorial para ponerles freno a tantas construcciones y en solo un mes, antes de la aprobación, las curadurías entregaron licencias a 80 proyectos nuevos. Ya es hora que la ciudad tome conciencia para proteger las laderas”.

Este miércoles, a las dos de la tarde, se espera la presencia del presidente de la República, Álvaro Uribe, en la zona de la emergencia.

Las pérdidas aún no han sido cuantificadas, pues cada vivienda tiene un costo cercano a los mil millones de pesos.

Por Mary Luz Avendaño / Especial para El Espectador

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