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El largo trasegar de una familia víctima del paramilitarismo

De cara a esclarecer la masacre de las hermanas Galárraga Meneses, ocurrida en enero de 2001 en el municipio de San Miguel (Putumayo), las autoridades reportaron la captura de tres personas.

Redacción Judicial
31 de mayo de 2014 - 02:29 p. m.

Han pasado más de 13 años desde que un grupo de paramilitares, pertenecientes al Bloque Sur del Putumayo, protagonizaron la denominada ‘Incursión a La Dorada’ en búsqueda de supuestos colaboradores de la guerrilla. Con esa excusa, los paramilitares asesinaron a cerca de 2.500 personas según cifras de la Unidad Nacional de Fiscalías de Justicia y Paz.

En dicha incursión, los subversivos cegaron la vida de cuatro hermanas, pertenecientes a la familia Galárraga Meneses –Jenny Patricia de 19 años; las gemelas Nelsy Milena y Mónica Liliana de 18, y una menor de 13 años– cuyos cuerpos fueron hallados en varias fosas en 2010 con aparentes signos de violencia sexual y descuartizamiento.

“Las causas de la muerte corresponden a heridas producidas con arma de fuego, así como traumas generados con elementos corto contundentes, con patrón de descuartizamiento y desmembración; respecto de la violencia sexual, el peritaje estableció que una vez realizado el análisis a la ropa de las víctimas, se infirió que fueron desnudadas y sus prendas desgarradas, acto que se conoce en el Derecho Penal Internacional como desnudez forzada”, señaló la Policía con base en su investigación.

Recientemente, miembros de la Sijín en coordinación con la Fiscalía General de la Nación reportaron la captura de los presuntos responsables del asesinato de las hermanas Galárraga Meneses, un hecho que se suma a la entrega de sus restos a sus familiares en julio de 2010 de cara a hacer justicia.

Los detenidos fueron identificados como Jorge Luis Altamar Rodríguez alias ‘Cobra’ o ‘Flaco’, Alba Gloria Culcha y su esposo, Diego Hernán Guerra Vásquez, alias ‘Cocoliso’, quienes en 2001 habrían brindado información a los paramilitares del Bloque Sur del Putumayo para asesinar a las cuatro mujeres.

“Los hechos al parecer obedecieron a motivos pasionales, ligados a una situación de celos de la señora Alba Gloria Culcha, lo que la habría llevado a dar indicaciones a cabecillas urbanos del Bloque Sur del Putumayo sobre los supuestos nexos afectivos de las hermanas Galárraga Meneses con subversivos, señalándolas de auxiliadoras de la guerrilla”, indicó la Sijín a través de un comunicado de prensa.

Las tres personas fueron capturadas en operaciones conjuntas realizadas en las ciudades de Cali y Santa Marta, luego de haber sido identificadas por testigos como miembros urbanos del grupo paramilitar. La detención de los subversivos representa un avance más de una justicia que quedó en deuda con la familia tras la masacre.

“Se las llevaron delante de la comunidad, de las autoridades y la Policía; cuando yo gritaba clamando con mi madre, delante del público, diciendo que me las entregaran. Fue imposible”, manifestó en una entrevista a Noticias Uno Nancy Galárraga, la hermana mayor de la familia Galárraga Meneses.

Recientemente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos le concedió medidas cautelares a los miembros de la familia Galárraga Meneses, quienes también presentaron una denuncia internacional contra el Estado colombiano por su inoperancia frente a la investigación y condena de los responsables de estos hechos.
 

Por Redacción Judicial

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