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Cuando el Eln anunció el inicio de un paro armado de 72 horas, que comenzó a las 6 de la mañana de este viernes y finalizará a la misma hora el lunes 17 de febrero, los habitantes en el municipio de Hacarí, Norte de Santander, ya estaban confinados. Desde el 3 de febrero, más de 800 campesinos ya habían recibido amenazas por parte del Eln y el Epl, para que no salieran de sus viviendas.
El Ejército de Liberación Popular (Epl) anunció desde la semana pasada el inicio de un paro indefinido en la región del Catatumbo.
En la noche del jueves, 13 de febrero, se produjo un combate entre ambos grupos armados ilegales en la vereda La Arenosa, municipio de Abrego, y ese mismo día, tres torres de comunicación (dos en el casco urbano de Hacarí y una en la vereda Mesa Laguneta), instaladas por el MinTIC, fueron derribadas.
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Un habitante de la región del Catatumbo, que prefiere no revelar su identidad por motivos de seguridad, le dijo a El Espectador que la razón por la que derrumbaron las torres es porque "les habían advertido que con eso pretendían interceptar las comunicaciones de los grupos al margen de la ley".
Según el denunciante, por las constantes amenazas y tomas de las zonas rurales del Eln y el Epl, cerca de 300 familias han decidido desplazarse hacia el municipio de Bucarasica, Norte de Santander.
"Aunque el paro armado del Eln comenzó hoy (14 de febrero), por las amenazas del Epl la gente lleva 10 días sin poder salir de sus casas. El Epl atravesó unos camiones en la vereda de El Espejo, en la vía que comunica Hacarí con La Playa, para impedir el paso de la gente", dijo.
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Otros de los municipios afectados por los grupos armados ilegales han sido Ábrego, San Calixto y Convención.
En la madrugada de este viernes, al inicio del paro armado del Eln, instalaron una carga explosiva que afectó la vía que comunica a Cúcuta con Ocaña, Norte de Santander. El artefacto fue instalado en el kilómetro 37 de la vía a Sardinata, en la región del Catatumbo.
La confrontación entre el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y el Ejército Popular de Liberación (Epl), más conocidos como Los Pelusos, se disputa por el control de las rutas del narcotráfico en esta zona de frontera con Venezuela.