Opinión: Bolsonaro está solo, por Fernando Vallejo
En su decimotercera crónica del coronavirus el escritor colombiano respalda al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y dice que el de Estados Unidos, Donald Trump, no dio la talla.
Fernando Vallejo * / Exclusivo para El Espectador
¿Solo? ¿Y yo qué? Yo estoy con él. ¿Acaso no existo? Yo existo en Colombia y él existe en Brasil. Y unidos venceremos al mundo. Tú, Bolsonaro, da la batalla en Brasil por mí que yo en Colombia la doy por ti. Juntos combatiremos en el Armagedón del lado del Bien contra las fuerzas del Mal hasta que lo exterminemos. No dejaremos piedra sobre piedra ni cuarentena sin violar ni puto COVID respirando. El cual COVID es una simple gripa mataviejos, como bien dijiste tú leyéndome el pensamiento. Yo también te leo el tuyo. Tengo una aplicación taiwanesa que me enchufé en el cerebro, el lector de los pensamientos y las almas. ¡Cuánta porquería no carga el hombre en la suya! Sé, por ejemplo, qué piensa Uribe, qué piensa Santos, qué piensa Duque, qué piensa Claudia López, nuestra Safo colombiana nacida para los más altos designios. Tú no los conoces pero ni te los presento. Te dan la mano y te contagian el COVID. Son las más grandes alimañas de Colombia y dos de ellas ocuparon aquí el puesto que tú ocupas allá en Brsilia. El tercer pensante es el que lo ocupa hoy, y la cuarta nuestra más grande aspiradora, la que vive, come, ama, aspira y sueña con que lo va a ocupar mañana. ¿Cómo permite Dios todo esto? ¿Por qué no los mata? ¡Cómo puede ser Todopoderoso uno que no mata!
Me perdonás en este punto que no te siga hablando de tú porque me cansa. Ya sé que los brasileños hablan de você, que quiere decir "usted". Entonces el você de ustedes lo convierto en el vos de los antioqueños, pa' sentirme cómodo. No hay como la comodidad del terruño. Y a mí no me gustan los pantalones entubados. "Vos sos, vos decís, vos comés, vos cantás, vos me encantás, vos sos una hermosura". Cuando vengás a Antioquia, Bolsonaro, ya con nociones de lengua antioqueña, te llevo a La Cascada para que conozcás la belleza. La finca más hermosa de Colombia con una cascada de seis caídas, de las que no creo que haya en Brasil. Te lo informo aquí pasito, donde no me oigan porque es un negociazo: parece que la están vendiendo.
Claro que me encantaría ir a Brasilia a entrevistarme con vos y comentarte en persona varias cosas importantes referentes al COVID y a la cobardía del planeta. Se están cagando de miedo, como si el COVID tuviera que ver con el sistema digestivo y excretorio y no con el respiratorio. Noooo. Se equivocan. El COVID no suelta, ¡asfixia!
Como ya no hay vuelos entre nuestros dos países, me tendré que ir a Brasilia a pie a verte. No me quemés entonces, antes de yo cruzar, la Amazonia brasileña porque si sí, ¿por dónde paso? ¿Por sobre tizones encendidos, por sobre rescoldos y brasas? Me voy a ir bien provisto de quinina antipalúdica y con botas pantaneras. Ganas no me faltan de ponerme, antes de emprender viaje, la vacuna contra la malaria de Patarroyo. Cosa imposible por tres razones: Una, porque no se consigue. Dos, porque no sirve. Y tres, porque no existe. A mí que no me venga a usar Patarroyo de conejillo de indias para inyectarme su porquería de vacuna y determinar si el cianuro mata.
Trump no nos dio la medida, Bolsonaro. En él tenés conjuntado un estafador, un calumniador, un mentiroso, un traidor. Traiciona a Judas y a su sombra. Ya vos te habrás dado cuenta porque fuiste a verlo hasta allá. Güevón que sos. ¡Qué tenías que ir a rendirle pleitesía! Con él no podés contar. Hacé de cuenta que estás metiendo una cobra en tu cama. Y mirá que te lo dice uno que quiere a los animales.
Y con López Obrador, el de México, tampoco podemos contar. Este a duras penas puede con su alma. Está haciendo el pobre lo que puede con los pobres pero en especial con Slim, el mexicano más rico, que según la revista Forbes vale la bobadita de ¡cuarenta y ocho mil quinientos millones de dólares! Sin su López Obrador, Slim saldría de Forbes de una patada en el cu***, con una mano atrás y otra adelante como empezó, antes de que el asesino Salinas de Gortari le diera a Telmex. ¿Y vos, Bolsonaro, tenés platica? No te lo pregunto para pedirte prestado sino para saber más de vos porque soy tu seguidor. Me interesa todo lo tuyo. Se me hace que tenés más que Sebastián Piñera, ¿o me equivoco? Este Piñera, gracias a sus "fideicomisos ciegos", y según la misma revista Forbes que leo como iban los niños pobres de Medellín al Parque de Bolívar a ver comer paletas, vale dos mil cuatrocientos millones de dólares. En su hoja de vida, que siempre ponen en la revista, dicen: "Source of Wealth: "Theft". No sé qué quiere decir "theft" en inglés.
En cuanto a lo que valgo yo, Bolsonaro, hoy por hoy nada. Lo que valía me lo robó un pícaro muy conocido en Colombia de apellido Carrasquilla, a través de una Central Artera de Atraco que llaman DIAN. Como Diana, pero sin a. ¡Qué difícil es vivir en Colombia, vos no sabés! Con cuarentena o sin cuarentena, aquí la vida pesa.
Lo que más me ha gustado de vos es tu desafío al COVID ante una multitud en Brasilia que pasaron ayer en You Tube. Y la tos que te dio. Un ataque de tos seca, la peligrosa, no la violenta que en español llamamos "estornudo" y que es inocente. A mí la tos seca también me da, pero poco. Y como no hablo en público, peligro no corro, no me preocupo. La humanidad siempre ha tosido, ¿o no? ¿O es que la rasquiña del perro es signo infalible de que tiene pulgas? Un perro se puede rascar también por nervios y sin pulgas. Por ejemplo porque no lo quiere el dueño. Yo a Brusca, mi perra, la amo. Ya la vas a conocer cuando vengás a Antioquia a conocer La Cascada. ¿Sí te dije que la están vendiendo?
Estoy seguro que lo de la tos, Bolsonaro, lo planeaste, te creo capaz. Porque a vos no te ha dado el COVID, ¿o sí? A mí cuatro veces. Y mirá como estoy. Me paro en una pata y con la otra hago el cuatro.
Y pasando a otra cosa te pregunto una cosa: ¿De dónde sacaste, Bolsi, que el 70% de los infectados por el COVID, al haber quedado protegidos por sus propios anticuerpos, sirven de barrera social, como una especie de cortafuegos para que el 30% restante no se infecte? Eso es lo que se llama en inglés la herd immunity o inmunidad general o del rebaño. Decime una cosa: ¿vos tenés entre bastidores a un sabio como yo aconsejándote? Confesame. No desconfiés de mí, que estamos del mismo lado de la trinchera. Te diré entre nos, Bolsonaro, que no creo mucho en la herd immunity. En la protección de los anticuerpos sí, y en los portadores sanos también. Pero en la herd immunity... Yo la uso como punta de lanza para joder hijueputas.
¡Cómo me gustó tu tesis! Que con cuarentena o sin cuarentena la epidemia de coronavirus se parará en Brasil cuando el 70% de la población esté infectado. Y que con cuarentena el país se irá a la ruina, y sin cuarentena no. Lo cual es mi tesis trasladando el asunto a Colombia. El que coincide conmigo está en la verdad. El que discrepa, en el error. Te felicito, Bolsonaro. Sos muy inteligente.
En cuanto a los viejos, por A o por B o por C se morirán por montones, con curentena o sin. Viejos de cincuenta, sesenta, setenta. ¡Qué más quieren! ¿Vivir ciento cincuenta? ¿Doscientos? Mirá, Bolsonaro, yo quiero a los viejos, p'allá vamos todos, y yo malo no soy. Además yo puedo con toda facilidad, dado lo bien que estoy y me siento, llegar a los sesenta, a los setenta, a los ochenta... Y no me voy a instalar en un asilo a gastarme la plata pública en remedios. ¿Que se murieron cien viejos dice la prensa alharacosa? ¡Que se mueran doscientos! Tampoco es para tanto escándalo ni tanta alharaca. Los viejos son como los niños: parásitos.
¿Y qué pensás de la vacuna, Bolsonaro? Pero no me digás, no hablés, callá Bolsi, que ya te leí el pensamiento. Pensaste: "Los brasileños saltamos alcantarillas y cloacas. ¡Para qué necesitamos entonces esa mierda!" Muy bien pensado, te felicito. Se diría que me leíste el pensamiento. La vacuna es el gran negocio que sigue, para lo que resta del año, de la Industria Farmacéutica Internacional Corrupta, que piensa seguir haciendo hasta diciembre su agosto.
Colombianos: Bolsonaro no es malo. Con él contamos para darle palo como se lo merece a Venezuela. ¿Que él está quemando la Amazonia? Sí, pero un incendio es un incendio, un incendio es otra cosa. ¿Que es de los de "Dios es amor" y "Cristo te ama"? ¡Y qué importa, déjenlo tranquilo! Si Dios lo quiere, que lo quiera Dios. Y si Cristo lo ama, que lo ame Cristo. No todo es del todo bueno, ni todo es del todo malo, sino todo lo contrario.
Pero Bolsonaro es antihomosexual. Tampoco es que él esté tan bonito... Él no corre ningún peligro.
* Autor de La tautología darwinista y otros ensayos de biología, obra publicada por la UNAM de México y el sello Taurus de España.
¿Solo? ¿Y yo qué? Yo estoy con él. ¿Acaso no existo? Yo existo en Colombia y él existe en Brasil. Y unidos venceremos al mundo. Tú, Bolsonaro, da la batalla en Brasil por mí que yo en Colombia la doy por ti. Juntos combatiremos en el Armagedón del lado del Bien contra las fuerzas del Mal hasta que lo exterminemos. No dejaremos piedra sobre piedra ni cuarentena sin violar ni puto COVID respirando. El cual COVID es una simple gripa mataviejos, como bien dijiste tú leyéndome el pensamiento. Yo también te leo el tuyo. Tengo una aplicación taiwanesa que me enchufé en el cerebro, el lector de los pensamientos y las almas. ¡Cuánta porquería no carga el hombre en la suya! Sé, por ejemplo, qué piensa Uribe, qué piensa Santos, qué piensa Duque, qué piensa Claudia López, nuestra Safo colombiana nacida para los más altos designios. Tú no los conoces pero ni te los presento. Te dan la mano y te contagian el COVID. Son las más grandes alimañas de Colombia y dos de ellas ocuparon aquí el puesto que tú ocupas allá en Brsilia. El tercer pensante es el que lo ocupa hoy, y la cuarta nuestra más grande aspiradora, la que vive, come, ama, aspira y sueña con que lo va a ocupar mañana. ¿Cómo permite Dios todo esto? ¿Por qué no los mata? ¡Cómo puede ser Todopoderoso uno que no mata!
Me perdonás en este punto que no te siga hablando de tú porque me cansa. Ya sé que los brasileños hablan de você, que quiere decir "usted". Entonces el você de ustedes lo convierto en el vos de los antioqueños, pa' sentirme cómodo. No hay como la comodidad del terruño. Y a mí no me gustan los pantalones entubados. "Vos sos, vos decís, vos comés, vos cantás, vos me encantás, vos sos una hermosura". Cuando vengás a Antioquia, Bolsonaro, ya con nociones de lengua antioqueña, te llevo a La Cascada para que conozcás la belleza. La finca más hermosa de Colombia con una cascada de seis caídas, de las que no creo que haya en Brasil. Te lo informo aquí pasito, donde no me oigan porque es un negociazo: parece que la están vendiendo.
Claro que me encantaría ir a Brasilia a entrevistarme con vos y comentarte en persona varias cosas importantes referentes al COVID y a la cobardía del planeta. Se están cagando de miedo, como si el COVID tuviera que ver con el sistema digestivo y excretorio y no con el respiratorio. Noooo. Se equivocan. El COVID no suelta, ¡asfixia!
Como ya no hay vuelos entre nuestros dos países, me tendré que ir a Brasilia a pie a verte. No me quemés entonces, antes de yo cruzar, la Amazonia brasileña porque si sí, ¿por dónde paso? ¿Por sobre tizones encendidos, por sobre rescoldos y brasas? Me voy a ir bien provisto de quinina antipalúdica y con botas pantaneras. Ganas no me faltan de ponerme, antes de emprender viaje, la vacuna contra la malaria de Patarroyo. Cosa imposible por tres razones: Una, porque no se consigue. Dos, porque no sirve. Y tres, porque no existe. A mí que no me venga a usar Patarroyo de conejillo de indias para inyectarme su porquería de vacuna y determinar si el cianuro mata.
Trump no nos dio la medida, Bolsonaro. En él tenés conjuntado un estafador, un calumniador, un mentiroso, un traidor. Traiciona a Judas y a su sombra. Ya vos te habrás dado cuenta porque fuiste a verlo hasta allá. Güevón que sos. ¡Qué tenías que ir a rendirle pleitesía! Con él no podés contar. Hacé de cuenta que estás metiendo una cobra en tu cama. Y mirá que te lo dice uno que quiere a los animales.
Y con López Obrador, el de México, tampoco podemos contar. Este a duras penas puede con su alma. Está haciendo el pobre lo que puede con los pobres pero en especial con Slim, el mexicano más rico, que según la revista Forbes vale la bobadita de ¡cuarenta y ocho mil quinientos millones de dólares! Sin su López Obrador, Slim saldría de Forbes de una patada en el cu***, con una mano atrás y otra adelante como empezó, antes de que el asesino Salinas de Gortari le diera a Telmex. ¿Y vos, Bolsonaro, tenés platica? No te lo pregunto para pedirte prestado sino para saber más de vos porque soy tu seguidor. Me interesa todo lo tuyo. Se me hace que tenés más que Sebastián Piñera, ¿o me equivoco? Este Piñera, gracias a sus "fideicomisos ciegos", y según la misma revista Forbes que leo como iban los niños pobres de Medellín al Parque de Bolívar a ver comer paletas, vale dos mil cuatrocientos millones de dólares. En su hoja de vida, que siempre ponen en la revista, dicen: "Source of Wealth: "Theft". No sé qué quiere decir "theft" en inglés.
En cuanto a lo que valgo yo, Bolsonaro, hoy por hoy nada. Lo que valía me lo robó un pícaro muy conocido en Colombia de apellido Carrasquilla, a través de una Central Artera de Atraco que llaman DIAN. Como Diana, pero sin a. ¡Qué difícil es vivir en Colombia, vos no sabés! Con cuarentena o sin cuarentena, aquí la vida pesa.
Lo que más me ha gustado de vos es tu desafío al COVID ante una multitud en Brasilia que pasaron ayer en You Tube. Y la tos que te dio. Un ataque de tos seca, la peligrosa, no la violenta que en español llamamos "estornudo" y que es inocente. A mí la tos seca también me da, pero poco. Y como no hablo en público, peligro no corro, no me preocupo. La humanidad siempre ha tosido, ¿o no? ¿O es que la rasquiña del perro es signo infalible de que tiene pulgas? Un perro se puede rascar también por nervios y sin pulgas. Por ejemplo porque no lo quiere el dueño. Yo a Brusca, mi perra, la amo. Ya la vas a conocer cuando vengás a Antioquia a conocer La Cascada. ¿Sí te dije que la están vendiendo?
Estoy seguro que lo de la tos, Bolsonaro, lo planeaste, te creo capaz. Porque a vos no te ha dado el COVID, ¿o sí? A mí cuatro veces. Y mirá como estoy. Me paro en una pata y con la otra hago el cuatro.
Y pasando a otra cosa te pregunto una cosa: ¿De dónde sacaste, Bolsi, que el 70% de los infectados por el COVID, al haber quedado protegidos por sus propios anticuerpos, sirven de barrera social, como una especie de cortafuegos para que el 30% restante no se infecte? Eso es lo que se llama en inglés la herd immunity o inmunidad general o del rebaño. Decime una cosa: ¿vos tenés entre bastidores a un sabio como yo aconsejándote? Confesame. No desconfiés de mí, que estamos del mismo lado de la trinchera. Te diré entre nos, Bolsonaro, que no creo mucho en la herd immunity. En la protección de los anticuerpos sí, y en los portadores sanos también. Pero en la herd immunity... Yo la uso como punta de lanza para joder hijueputas.
¡Cómo me gustó tu tesis! Que con cuarentena o sin cuarentena la epidemia de coronavirus se parará en Brasil cuando el 70% de la población esté infectado. Y que con cuarentena el país se irá a la ruina, y sin cuarentena no. Lo cual es mi tesis trasladando el asunto a Colombia. El que coincide conmigo está en la verdad. El que discrepa, en el error. Te felicito, Bolsonaro. Sos muy inteligente.
En cuanto a los viejos, por A o por B o por C se morirán por montones, con curentena o sin. Viejos de cincuenta, sesenta, setenta. ¡Qué más quieren! ¿Vivir ciento cincuenta? ¿Doscientos? Mirá, Bolsonaro, yo quiero a los viejos, p'allá vamos todos, y yo malo no soy. Además yo puedo con toda facilidad, dado lo bien que estoy y me siento, llegar a los sesenta, a los setenta, a los ochenta... Y no me voy a instalar en un asilo a gastarme la plata pública en remedios. ¿Que se murieron cien viejos dice la prensa alharacosa? ¡Que se mueran doscientos! Tampoco es para tanto escándalo ni tanta alharaca. Los viejos son como los niños: parásitos.
¿Y qué pensás de la vacuna, Bolsonaro? Pero no me digás, no hablés, callá Bolsi, que ya te leí el pensamiento. Pensaste: "Los brasileños saltamos alcantarillas y cloacas. ¡Para qué necesitamos entonces esa mierda!" Muy bien pensado, te felicito. Se diría que me leíste el pensamiento. La vacuna es el gran negocio que sigue, para lo que resta del año, de la Industria Farmacéutica Internacional Corrupta, que piensa seguir haciendo hasta diciembre su agosto.
Colombianos: Bolsonaro no es malo. Con él contamos para darle palo como se lo merece a Venezuela. ¿Que él está quemando la Amazonia? Sí, pero un incendio es un incendio, un incendio es otra cosa. ¿Que es de los de "Dios es amor" y "Cristo te ama"? ¡Y qué importa, déjenlo tranquilo! Si Dios lo quiere, que lo quiera Dios. Y si Cristo lo ama, que lo ame Cristo. No todo es del todo bueno, ni todo es del todo malo, sino todo lo contrario.
Pero Bolsonaro es antihomosexual. Tampoco es que él esté tan bonito... Él no corre ningún peligro.
* Autor de La tautología darwinista y otros ensayos de biología, obra publicada por la UNAM de México y el sello Taurus de España.