“Bogotá, Palacio Presidencial, octubre 19 de 1973.
Coronel Álvaro Riveros Abella, Comandante Cuarta Brigada, Medellín:
No solo como gobernante sino como colombiano hago llegar a usted, señor comandante, a sus oficiales, suboficiales y soldados, la voz de la Nación agradecida por la tarea que con tanta abnegación, sacrificio y valor han cumplido para devolver la paz, la tranquilidad y la seguridad a regiones del Departamento de Antioquia en donde estaba todavía arraigados los residuos de una cruel violencia que tantas vidas había sacrificado y tantos bienes había destruido. La acción adelantada en estas últimas semanas contra el grupo sedicioso de delincuentes que durante años quisieron inútilmente socavar las bases institucionales de nuestra democracia con el ejercicio metódico de las más bajas formas de la criminalidad es noticia que la Nación toda ha recibido con beneplácito, ya que marca el definitivo principio del fin de esa aventura que solo males y perturbaciones ha dejado al país.
Al asumir la Presidencia manifesté a la Nación nuestra voluntad de lograr, con el decidido concurso de nuestras Fuerzas Armadas, el pleno restablecimiento de la paz, convencido de que solo sobre ella era posible encauzar al país por verdaderos y bien cimentados caminos de progreso. Gracias a la vigilante y valerosa actitud de los soldados de nuestra patria podemos decir hoy que ese propósito se ha cumplido en grado sumo, pues estamos seguros de que los grupos que en lugares lejanos y aislados mantienen todavía su presencia delictiva pronto serán también disueltos ante la determinación de esas Fuerzas Armadas a las que además rodea en su noble empeño un país reconocido y solidario. Le solicito, señor comandante, hacer llegar estos sentimientos a los oficiales y personal de tropa que han cumplido una misión que merece la admiración y la gratitud ciudadanas. Compatriota y amigo, Presidente Pastrana Borrero”.