Los habitantes de Chocó se resisten a callar los males que aquejan a su departamento y los derechos básicos que denuncian habérseles negado por cuenta del abandono estatal y la falta de garantías para llevar una vida digna. Por este motivo, la zona se declaró en paro cívico desde este miércoles y se realizan distintas marchas para reclamar que el Gobierno mire hacia ese departamento y dé soluciones. (Lea aquí: Así robaban la plata de la salud en el Chocó)
Locales comerciales, empresas de transporte y colegios cerraron sus puertas para salir a protestar y manifestar los descontentos. La iniciativa, promovida por el Comité Cívico por la Dignidad del Chocó, exige varios puntos en materia de infraestructura, educación, salud, navegabilidad, entre otros.
Algunas de las razones de este cese de actividades, según el comité, son que el Gobierno favorece a las grandes firmas contratistas para la construcción de vías y que los costos son “descomunales” en especial en la vía Quibdó-Medellín, que carreteras como la que conecta a Istmina y Puerto Meluk no están pavimentadas, que no hay recursos para la interconexión eléctrica de 11 municipios chocoanos, y que Belén de Bajirá (territorio disputado con Antioquia) será entregado al departamento vecino.
Los chocoanos también exigen que se construyan los puertos de Tribugá, Tarena y Bahía Solano, que se destinen recursos para el alcantarillado en Chocó y que se den soluciones sobre la crisis del hospital San Francisco de Asís, el único de segundo nivel que será liquidado. La salud es precisamente uno de los temas más críticos. La Defensoría del Pueblo alertó que el hacinamiento de los pacientes es del 150%, que faltan medicamentos para la atención y que las condiciones de atención en el área de maternidad y en la planta física del Hospital San Francisco de Asís son malas. (Lea aquí: Así robaban la plata de la salud en el Chocó)
La infraestructura, dice la Defensoría, presenta goteras y techos a punto de caerse, en habitaciones y hasta en las zonas cercanas a los quirófanos. “El mayor riesgo lo enfrentan las madres y los bebés que se ubican en el área de maternidad, donde se registró la peor situación: paredes con humedad y moho, goteras, camas y equipos médicos deteriorados y oxidados, así como habitaciones sin puertas”. Las 42 camas disponibles son insuficientes, por lo que los usuarios deben ser acomodados en pasillos.
Jorge Salgado, uno de los coordinadores de la protesta, asegura que los 11 de los 30 municipios del departamento están sin luz, por lo que los hogares se iluminan con mechones de petróleo y cocinan con leña. “El pueblo chocoano se está muriendo, las EPS no dan las remisiones; la gente tiene que llevarse a sus familiares a Medellín y Bogotá. Tenemos los índices más altos de pobreza extrema, los niños se mueren de hambre y tienen pésima educación, las escuelas son una vergüenza”, concluye.
La iglesia también se unió a este llamado. “Acompañamos este paro cívico pacifico que reclama los justos derechos del departamento consecuencia del abandono del estado y la mala administración d los recursos públicos”, agregó monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó. El paro será indefinido hasta que el Gobierno se siente a acordar soluciones.