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“¿Qué vale más: 7.000 niños muertos o la pataleta de una funcionaria?: Gonzalo Guillén

El investigador ratifica que Cristina Plazas, quien preside la entidad, es “una funcionaria corrupta” porque, según él, se está despilfarrando la plata de la comida de los niños y se la están regalando a los corruptos.

Camila Zuluaga
26 de enero de 2016 - 03:24 a. m.

La semana pasada la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Cristina Plazas, anunció que interpondría una acción de tutela en contra del periodista Gonzalo Guillén, por considerar que éste la matonea, acosa y calumnia sistemáticamente a través de su cuenta en Twitter. Entre las peticiones de la acción legal se encuentra la solicitud de cerrar la cuenta del periodista en la red social. El Espectador habló con Guillén sobre su trabajo en La Guajira, sus denuncias sobre la situación de este departamento y la razón de sus acusaciones contra la funcionaria.

El trabajo que usted ha venido realizando en La Guajira ha hecho que el país se dé cuenta de la situación de la niñez en ese departamento. ¿Cómo empezó esta labor?

Un día me llamó una señora llamada Yandra Brito, que ha sido alcaldesa en La Guajira, a decirme que Kiko Gómez le había asesinado el marido y que la iba a matar a ella. Estaba desesperada, quería denunciar eso. Yo le recomendé que pusiera un denuncio, que avisara, que advirtiera y que luego mirábamos qué se podía hacer para denunciar. Dos meses después de que ella me llamó, pregunté por esa señora y me dijeron que Kiko Gómez la había asesinado, ahí comencé a hacer todo lo que estoy haciendo en La Guajira.

¿En qué año fue la llamada?

En 2003. Desde entonces empecé a trabajar en las denuncias contra Kiko Gómez que ya el país conoce, pero me di cuenta de que en La Guajira lo más grave era la situación de los niños, y eso estaba asociado con la falta de agua, el hambre y la corrupción.

¿Qué trabajo resultó de sus viajes e investigaciones en La Guajira?

Hice un documental que se llama El río que se robaron”, que habla de cómo se robaron el río Ranchería, que es la única fuente de agua de La Guajira, guardaron el agua en una represa y la dejaron solamente para las fincas de los mafiosos, y la gente muriéndose de sed. A eso se le sumaba la corrupción absoluta del ICBF, miles y miles de millones de pesos enterrados y robados a través de contrataciones con políticos y mafiosos a los que les dan contratos, todo eso es la causa de la mortandad de los niños.

¿Qué respuesta obtuvo usted del ICBF al publicar ese trabajo?

El ICBF nunca quiso dar explicaciones, yo me dediqué a denunciar eso, a hacer derechos de petición, que al final contestaron parcialmente.

¿Por qué en Colombia no se ha visto ese documental?

Porque en ninguna parte se ha querido mostrar.

Entiendo que usted estuvo trabajando, después de la realización de ese documental, en una demanda contra el Estado colombiano en la CIDH por lo que viven los niños en La Guajira.

Nos metimos en eso con Carolina Sáchica, que es especialista en el Sistema Interamericano, pedimos las medidas cautelares para empezar un proceso contra el Estado colombiano, fue muy difícil, pero finalmente las medidas se ordenaron a finales del año pasado.

¿Por qué decidieron irse a la Corte Interamericana y no agotar las instancias judiciales nacionales? ¿Qué pasó aquí?

Se pierden todas las solicitudes de amparo de los indígenas.

¿Qué se le exige al Estado colombiano en las medidas cautelares?

Que intervenga inmediatamente e informe periódicamente sobre las acciones que empiece a tomar en defensa de esta gente.

Una de estas es la intervención del ICBF. ¿Esta entidad ya la empezó a hacer?

Nada, no existe ningún estudio o censo ni nada.

¿Qué respuesta dan para no haber hecho nada?

No dan ninguna respuesta. Tiene que haber una primera reunión en donde se determine qué se va a hacer con la comunidad wayuu y el Gobierno. Todos los responsables de eso deberán irse a la cárcel, ojalá aquí hubiera cadena perpetua.

En síntesis, ¿qué es específicamente lo que falta por hacer?

Tienen que devolverle el agua a la comunidad, darle el agua suficiente que necesita la gente para vivir, tienen que darle salud, los mínimos elementos vitales que un Estado tiene que dar.

Usted ha dicho que la directora del ICBF es una corrupta. ¿Por qué hace esa afirmación?

Porque contrata a todos los corruptos. Cuando se descubre la corrupción en un contrato, primero no cancelan el contrato, dejan que se cumpla el tiempo de contrato ideal, después recontratan con los mismos dueños de esa empresa que crean otra y siguen robando. Además, porque el ICBF es un fortín político.

Pero la misma Cristina Plazas, desde que llegó a la entidad, ha hecho varias denuncias sobre las irregularidades que encontró. ¿Por qué entonces la tilda de corrupta si pareciera que ella está trabajando en contra de eso?

Es corrupta porque contrata a los corruptos. Y si no le gusta lo que digo, que se debata en un juicio y no en una tutela ridícula que no le va a funcionar.

Lo que ella ha dicho es que con sus mensajes se le han vulnerado sus derechos sistemáticamente. ¿Por qué ridícula la tutela?

Ella publicó una carta en El Colombiano diciendo que los niños wayuus se morían porque los padres se la pasaban rascándose la barriga, entonces yo pongo los tuits diciendo que los niños se mueren mientras ella se rasca la barriga. Finalmente, este problema no es de esa señora, si ella tiene o no derechos, el problema de esto es un drama tenebroso, que es el exterminio de un pueblo.

¿No le parece que fueron muy fuertes sus trinos?

Al que no le gusten que me enjuicie.

¿Realmente cree usted que hay que enjuiciar a la gente porque opine en Twitter?

Claro que no y hay jurisprudencia suficiente contra eso. Las opiniones no se pueden juzgar. Ahora, la opinión sí fue muy fuerte y habrá personas que prefieren no opinar, yo considero que sí.

¿Usted cree que es factible que por cuenta de esta tutela que anunció Cristina Plazas en su contra le pueden cerrar su cuenta en Twitter?

Yo aspiro a que me cierren la cuenta, porque si cierran esa cuenta sería la gran oportunidad para que se dé un debate de libertad de expresión sobre corrupción y derechos humanos. ¿Qué vale más: 7.000 niños muertos o la pataleta de una señora borracha?

¿Por qué hace esa afirmación de la conducta de la directora del ICBF?

Porque ella entiende que lo que yo le estoy diciendo es que es una señora borracha, entonces me imagino que es una señora borracha. Que ella presente un certificado de salud de la Clínica del Country, me hace pensar que tenía un guayabo espantoso, pero eso a mí no me interesa. A mí lo que me interesa es la situación de los niños.

Ella presenta esa prueba de la Clínica del Country porque usted entrega una información que ella dice es falsa, sobre su permanencia en un hotel de La Guajira…

¿Quién está diciendo la verdad, ella o yo? Lo ideal sería que en un juicio ella presentara sus pruebas, y yo las mías.

¿Usted está esperando que haya un juicio más allá de una tutela?

Sí, y ojalá haya un juicio o muchísimos juicios, porque es la única manera de que la justicia de este país intervenga en la situación de los wayuus.

Entiendo sus explicaciones, pero pareciera que tuviera un tema personal con la directora del ICBF…

¿Cómo puedo tener un problema personal contra alguien que no conozco? No sé dónde vive, nunca la he visto, no entiendo qué problema personal puedo tener. Si ella dice que la calumnié, tiene que ir a un juzgado. Lo que no entiendo es por qué a esta señora la afectan mis trinos, curiosamente ahora cuando ya tiene el agua al cuello con la tragedia wayuu. Antes no le afectaba, sólo le afecta lo que yo digo, porque cosas terribles que dicen otras personas no parecen afectarle.

Claro, pero ella tiene derecho a protestar si le parece que usted está diciendo algo que no es cierto, ¿o no?

Ella tiene derechos, pero como es una funcionaria pública tiene un régimen diferente, por lo tanto, tiene que ser mucho más tolerante que cualquier otro ciudadano. Si yo digo que ella está gastando mal su sueldo tiene todo el derecho a protestar, pero si yo protesto porque se está despilfarrando la plata de la comida de los niños porque se la están regalando a los corruptos, eso es completamente distinto.

Ahora, ¿qué más sigue después del enfrentamiento con Cristina, frente a ese trabajo suyo?

No tengo ningún enfrentamiento ni me voy a poner a perder tiempo en eso. Lo que sigue es que estamos organizando un grupo de presión internacional de gente muy importante que va a hacer el acompañamiento de las reuniones con el Gobierno. Y hay gente que va a venir acá a insistir que se salve la comunidad wayuu. Y el Estado tiene que salvarlos y reconocerlos como seres humanos, no como animales.

¿Va a seguir trinando de esa forma contra la directora del ICBF?

Sí, los voy a seguir poniendo, pero no porque sea ella, sino porque es la única manera que se le ponga atención a la infame situación que viven los niños en La Guajira. Lo hago deliberadamente, no soy tonto, pero sí sé que no hay grosería suficiente a la monstruosidad que se ha vivido en La Guajira, que es la muerte de 7.000 niños.

Por Camila Zuluaga

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