Jessica García Molina, una mujer lesbiana de 26 años, fue asesinada este jueves por dos personas que se movilizaban en una moto y dispararon siete veces contra su cuerpo en una plaza de Cereté (Córdoba). La joven había sido blanco de amenazas e intimidaciones por sus propios vecinos, y el caso fue denunciado por la corporación Caribe Afirmativo ante la Defensoría del Pueblo y la Policía para que se le brindara protección a la víctima, pero esto nunca ocurrió.
García había sido vinculada a una investigación en meses pasados debido a que sus vecinos la acusaron de abusar sexualmente de un menor de 18 meses, hijo de su pareja. Sin embargo, la Fiscalía nunca encontró pruebas para imputarle los cargos que los denunciantes pedían por los delitos de acto sexual y violencia intrafamiliar. (Lea aquí: “Esta guerra nos ha impedido amar (nos)”: los estragos del conflicto en los LGBT)
Desde entonces, la mujer empezó a recibir constantemente amenazas y llamadas por parte de sus propios vecinos, quienes insistían en hacerla responsable de los delitos. Caribe Afirmativo aseguró que espera que “la impunidad no sea el resultado final de este caso y que las reacciones de las autoridades no se limiten a actuar a través de conductas discriminatorias en la región, sino que se propongan estrategias y políticas públicas de protección, salvaguarda y cuidado de las personas LGBTI”.
La corporación le hizo un llamado a la Fiscalía, para que avance con celeridad la investigación de homicidio; y a la Policía y la Defensoría del Pueblo para fortalecer las medidas de protección y prevención de la violencia contra las personas LGBTI. Esta última entidad se comprometió a citar de manera extraordinaria a las autoridades del departamento para revisar este tema.