Casi tres semanas después de que el CTI de la Fiscalía capturara a su exesposo Sebastián Murillo Echeverry, conocido como alias Lindolfo y señalado de ser uno de los hombres clave de la Oficina de Envigado, la modelo y presentadora Vaneza Peláez publico en su cuenta de Instagram un mensaje sobre el momento que atraviesa. (Lea: Capturado exesposo de Vaneza Peláez)
"Mi vida siempre ha sido una realidad, una verdad de valores que la gente conoce de mi, construida con amor, pulso y decisión; hoy el destino me confronta con una situación que jamás creí y de la cual solo salen las personas creyentes y valientes", dice Peláez quien no se había referido al escándalo judicial que sacude a su expareja.
De acuerdo con las autoridades, Lindolfo era el que se encargaba de cobrar deudas superiores a los $1.000 millones, producto de actividades ilícitas a favor de terceros y a cambio de buena parte del dinero.
Igualmente, los investigadores señalan que a través de organizaciones delincuenciales integradas al narcotráfico, el grupo dirigido por Murillo Echeverry obligaba a sus víctimas a firmar documentos de traspaso de propiedades para cubrir el pago de deudas. (Lea: “Lindolfo” pretendía expandir su accionar ilegal a Cartagena: Fiscalía)
Vaneza Peláez, quien se concontraba en el apartamento de Lindolfo (en Medellín) el día de su captura, envió también un mensaje tanto a quienes la han criticado como a quienes la han apoyado.
"A los que dan mensajes destructivos les agradezco por fortalecer mi alma y a los que diariamente me dan mensajes de apoyo, les regalo la sonrisa de hoy y la de todos los días", concluyó.
La Fiscalía busca esclarecer si Peláez utilizó recursos de él, provenientes del negocio de la droga, para adquirir bienes o fundar negocios, en cuyo caso entrarían a extinción de dominio.
En total, la pareja tiene a su nombre, ante oficinas de registro público, 10 propiedades –incluidos garajes– y, con excepción de un apartamento que la modelo compró en 2009, todas fueron adquiridas en conjunto o después de su matrimonio en febrero de 2012 en Santa Fe de Antioquia. En ese municipio, Murillo es dueño de una enorme y lujosa finca en la cual, según, investigadores de la Dijín, tenía hasta aves exóticas —como guacamayas— avaluadas cada una en más de $30 millones.