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Continúa la preocupación en San Antonio de Prado, corregimiento en el suroccidente de Medellín, como consecuencia del hallazgo del otros puntos de riesgo que amenazarían a la comunidad por futuros deslizamientos.
Hace una semana ocurrió un gran movimiento en masa que dejó dos víctimas mortales: una mujer de 30 años y un niño de 2 años. “¡Señor, Dios mío! ¿Qué pasó? Yo pensé que eran truenos, y mira”, pronunció una mujer mientras otra grababa cómo parte de la montaña en la vereda Las Playas se venía abajo con parte de un galpón en la mitad de la ladera, junto a una gran cantidad de tierra que comenzó a taponar la quebrada Doña María, importante afluente que desemboca en el río Medellín.
Ahora, en un documento redactado por la Secretaría de Infraestructura de Medellín, se advirtió de afectaciones en las veredas La Florida, Potrerito, Yarumalito, La Verde, y otras.
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Por ejemplo, en La Florida ya se había hablado del posible deslizamiento de un muro de cimentación superficial ubicado en la calle 5D con la carrera 14. Allí, según la Secretaría de Infraestructura, hay rastros de pasados movimientos en masa.
En el Potrerito hay una serie de grietas y un declive en el terreno que cuenta con una extensión de 1,5 metros sobre una de las vías del territorio.
En la vereda La Verde se registró un deslizamiento de gran magnitud en la carrera 6 este, con grietas y desgarres en el terreno. Allí ha habido pérdida parcial de la calzada, y una corriente de agua que se descarga sobre el sitio de la contingencia.
Además, la Secretaría de Infraestructura está analizando afectaciones en la vía Heliconia donde ocurrió un movimiento en masa y, de nuevo, una pérdida parcial de la calzada. También sobre la vía Astillero se encontraron pequeños deslizamientos, material orgánico y árboles sobre la vía.
“Actualmente desde la Secretaría de Infraestructura Física se adelantan gestiones con las distintas dependencias coligadas en el proceso con el fin de buscar los recursos necesarios para su intervención”, añadió la administración municipal.
Respecto al derrumbe que se presentó hace una semana, y que prendió las alarmas sobre San Antonio de Prado, tanto la alcaldía de Medellín como el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (DAGRD), han sido enfáticos en afirmar que la contingencia se presentó en una zona clasificada como de bajo riesgo, a pesar de que semanas antes del suceso, varios miembros de la comunidad acudieran al Concejo de Medellín para advertir sobre grietas de alrededor de 2 metros en la misma montaña que se vino abajo.
De manera más puntual, la Alcaldía de Medellín declaró que “el movimiento en masa registrado el 13 de julio no está asociado a los puntos detectados previamente y reportados por la comunidad desde el pasado 21 de junio. El evento presentado está condicionado por las características geológicas, geomorfológicas e hidrológicas de la zona establecidas en el Plan de Ordenamiento Territorial, lo cual expone un evento de origen natural y con unas características establecidas que hacen de este un evento impredecible e imprevisible en una escala temporal”.
Por la misma línea, la Alcaldía afirmó que “el reporte realizado por la comunidad y líderes del sector días previos fue de la parte baja, en inmediaciones a la quebrada (Doña María). De acuerdo con el Plan de Ordenamiento Territorial vigente, el área donde se presentó el deslizamiento se clasifica como Zona de Amenaza Baja por Movimiento en Masa”.
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Sin embargo, se sabe que alrededor de 130 familias han tenido que evacuar sus hogares tras la contingencia, y se mantiene la alerta sobre la quebrada Doña María, importante afluente que quedó parcialmente taponado tras el deslizamiento en San Antonio de Prado.