“Mejorar la calidad del aire es un compromiso social”: Eugenio Prieto

Los municipios del Valle de Aburrá definieron las prácticas ciudadanas y administrativas necesarias para alcanzar metas de calidad del aire para los próximos años. Para 2019 se espera una disminución de 3 microgramos de PM 2.5.

Yorley Ruiz M.
10 de noviembre de 2017 - 10:01 p. m.
Foto: archivo El Espectador.
Foto: archivo El Espectador.

En  los últimos años la calidad del aire de Medellín ha encendido las alarmas ambientales. Por eso, los 10 municipios que conforman el Área Metropolitana han venido trabajando durante dos años en el desarrollo de un plan de acción, llamado PIGECA –Plan Integral de Gestión de la Calidad del Aire–, que espera ser aprobado a final de 2017. En él se busca integrar diferentes estrategias que involucren a la ciudadanía, los colectivos ambientales, el sector privado y la academia.

“Lo que estamos haciendo con este territorio es dándole garantías de que lo tenemos que proteger y lo tenemos que cuidar. Si esto no se vuelve un tema de sociedad, sino que se piensa como la responsabilidad de una autoridad, de un alcalde o dos, estamos perdidos”, señala Eugenio Prieto, director del área Metropolitana del Valle de Aburrá.

El plan busca establecer metas para cada tres años, en las que se pretende disminuir la emisión de PM 2.5, también conocidas como partículas finas, producidas por procesos químicos a causa de la concentración de gases contaminantes en la atmósfera. Estos son respirables y pueden llegar a concentrarse en las vías respiratorias, ocasionando graves daños a la salud.

Para el año 2019 se tiene previsto una reducción de 3 microgramos de PM 2.5, para ello se han planteado 10 estrategias entre las que se resaltan: la generación de conocimiento científico y tecnológico, el fortalecimiento de las ciclorutas, la siembra de árboles y el cuidado de los ecosistemas.

En marzo y abril pasados, en la ciudad hubo alerta roja y naranja por la concentración atmosférica de PM 2.5, que incentivó medidas como la restricción temporal de la circulación de vehículos y la promoción del uso de bicicletas.

“Marzo y abril es el momento más complejo para nosotros, por ejemplo cuando hay fenómeno de El Niño, se amarra mucho la lluvia, se baja la nubosidad. Pareciera como si al valle se le pusiera un tapón, como una tapa a una chimenea cuando está prendida”, explica Prieto.

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Aclara, además, que el Área Metropolitana cuenta con 30 kilómetros de ancho, por más de 1.100 km de largo, lo que impide la expansión de los gases contaminantes, generando, por épocas, una concentración tal que afecta la salud, "sobre todo, en temas respiratorios. Hay una población más susceptible, que pueden ser los niños, los mayores de edad o las personas que tienen deficiencias respiratorias”, indica el docente e investigador de la Universidad Medellín, Gabriel Jaime Maya.

El crecimiento demográfico, el desarrollo urbano, los patrones de producción y de movilidad, el estado de tecnología y de combustibles, y los factores culturales son las principales causas que afectan la calidad del aire en las ciudades.

Actualmente el área metropolitana cuenta con más de 4 millones de habitantes y sobre sus vías circulan un 1,3 millones de vehículos, aproximadamente. Según Prieto, los que más contaminan son las 40 mil volquetas y 750 mil motos que aportan gran cantidad del PM 2.5.

Por ello pretenden generar un diálogo y una corresponsabilidad con la ciudadanía a través de pedagogía ambiental y el fortalecimiento de la cultura ciudadana, complementado con procesos de seguimiento y control del mismo. “Se deben tomar medidas a nivel nacional más fuertes, tanto en el tema de desarrollo de tecnologías limpias y de transporte público como los metros, la mejora de los combustibles y el cambio de carros viejos por nuevos. Esto es más que una decisión política, es una decisión de país”, agrega el profesor Maya. 

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Este proceso se suma al trabajo que se viene realizando desde 2008 por el Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (SIATA), el cual ha instalado 18 monitores de la calidad del aire en la ciudad y en el que se han desarrollado unas tecnologías parecidas, ubicadas en 100 hogares, como parte del proyecto Ciudadanos Científicos.

Este programa, que va para su segunda versión, a finales de este año, pretende integrar, desde la parte formativa y funcional en el tema de la calidad del aire, a 250 ciudadanos, entre docentes, alumnos y amas de casa.

Tal es el caso de César Olmos, ingeniero ambiental, quien acompaña el proceso desde hace cuatro años y tiene en su casa una de las nubes de monitoreo desarrolladas por el SIATA, en conjunto con diversas universidades. “Uno ve la distribución de la contaminación desde la aplicación del celular, en una zona u otra, ya que estas nubes lo registran. Por ejemplo, cuando hay un incendio de inmediato las nubes se activan”, describe Olmos.

Por su parte Jaime Andrés Rodríguez, docente de Lengua Castellana en Medellín, ha realizado procesos de sensibilización con sus estudiantes.

“Uno cree que una persona no hace la diferencia -‘una golondrina no hace verano’-, pero no nos podemos quedar con las manos cruzadas, tenemos que hacer esfuerzos por mejorar la calidad del aire, utilizar más el transporte público –el Metro en el caso de Medellín–, aportar desde la educación, no solo desde los colegios, sino también desde las familias”, insiste Rodríguez.

“Uno cree que una persona no hace la diferencia -‘una golondrina no hace verano’-, pero no nos podemos quedar con las manos cruzadas, tenemos que hacer esfuerzos por mejorar la calidad del aire, utilizar más el transporte público –el Metro en el caso de Medellín–, aportar desde la educación, no solo desde los colegios, sino también desde las familias”, insiste Rodríguez.

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A pesar de que el proyecto no ha sido aprobado hasta el momento, hay algunas actividades que se desarrollarán antes, como la siembra de árboles y la creación de más estaciones de bicicletas públicas, con el fin de proporcionarle medios a la los paisas para que contribuyan a la calidad del aire y a la salud de sus vecinos. Modelo que podría ser mirado por otras regiones del país. 

Por Yorley Ruiz M.

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