El técnico de Chapecoense Caio Júnior tenía apenas 51 años, pero todo un camino recorrido en el fútbol. Se había dado el lujo de dirigir los equipos más tradicionales de Brasil como Paraná, Bahia, Goiás, Flamengo, Botafogo, Gremio, Vitória y Criciúma, además de algunos del exterior como Vissel Kobe de Japón; Al-Gharafa, de Qatar, y Al Jazira, dos Emirados Árabes.
Todos sus sueños quedaron enterrados en lunes en la noche, cuando se accidentara entre el municipio de la Ceja y la Unión un avión de la aerolínea Lamia Corpotation SRL, de Bolivia, de matrícula CP2933, que provenía de Santa Cruz de la Sierra y transportaba al equipo, que iba a disputar este miércoles la final de la Copa Sudamericana contra Atlético Nacional.
Antes de viajar, el Caio Júnior había hecho un análisis de lo que sería la final. Sus palabra hoy retumban: “Nacional es favorito porque es el actual campeón de la Libertadores y va a disputar el Mundial de Clubes después de jugar contra nosotros”. No obstante, el entrenador brasileño se había declarado optimista con respecto a las posibilidades de sus jugadores puesto que “entienden muy bien lo que tienen que hacer”.
“En el torneo brasileño podemos ser como máximo octavos, por eso ahora estamos concentrados en el título de la Sudamericana, en entender al rival. Me voy a concentrar en eso”, había dicho.
Caio Júnior, que había llegado al Chapecoense en junio de este año, se había vestido de héroe luego de clasificar al modesto equipo brasilero a la final de la Sudamericana (su primera final continental) luego de vencer en la ronda semifinal al San Lorenzo argentino.
De hecho, tras eliminar al equipo argentino, Caio Júnior pronunció una frase escalofriante: “Si muriera hoy, moriría feliz”, dijo feliz la noche del miércoles 23 de noviembre, tras lograr el tiquete a la gran final.
Caio Júnior comenzó su carrera como futbolista en las divisiones juveniles de Cascavel, pero fue en el Gremio que se hizo profesional, logrando el tricampeonato. En 1985 fue el máximo goleador del Campeonato Gaucho.
Luego se fue al fútbol del exterior. Partió al portugués a jugar con Vitoria Guimaraes. Regresó a su país en 1994 y vistió la camiseta del Internacional. En 1999 se retiró de la canchas y comenzó su camino como entrenador. Dirigió: Palmeiras, Flamenco, Botafogo, Gremio, Bahía, Victoria, Criciuma y chapecoense. Los títulos en sus vitrinas como entrenador los obtuvo en Qatar y Emiratos Árabes.
Había nacido el 8 de marzo de 1965, en Cascavel, Estado de Paraná. Su esposa, Adriana Mânica Saroli; y sus hijos, Matheus Saroliy Gabriel Saroli.