Villavicencio, como Puerta del Llano y Capital del Piedemonte, enmarca una riqueza cultural de tradiciones ancestrales, expresiones creativas y manifestaciones urbanas y rurales, propias de los jóvenes y de una ciudad que está construyendo su identidad y su arraigo.
La ciudad tiene necesidades puntuales no resueltas, que la han mantenido sumergida en el retraso durante décadas, comparada con otras ciudades intermedias. Es por eso que transformar la cultura y cambiar los imaginarios es uno de los mayores retos del alcalde de Villavicencio, Felipe Harman, quien tiene la responsabilidad de saldar una deuda histórica del Gobierno con los artistas y la ciudadanía.
Desde diferentes sectores culturales hay una fuerte apuesta por la promoción, la preservación y exploración de narrativas para llegarle a la ciudadanía y reconocer, precisamente, esa diversidad que acoge al ser una ciudad de encuentro entre la Orinoquía, la capital del país y la Amazonía.
Y en ese sentido, surge en 2020 el Carnaval de Mitos y Leyendas, una apuesta institucional de fiesta popular y artística que se origina a partir de la necesidad de oxigenar el desarrollo y la proyección que la pandemia redujo para la capital del Meta, y que busca cada año seguir llenando las calles de danza, música, artes plásticas, diversidad y acercar espacios culturales a las comunidades; ese fue el propósito de la Corporación Municipal de Cultura de Villavicencio y la administración municipal.
Carnaval de Mitos y Leyendas, identidad popular en las calles
En su primera versión, este evento reunió más de 45 carrozas y comparsas, cerca de 700 artistas, la mayoría provenientes de barrios periféricos y populares de Villavicencio, que en medio de la coyuntura económica a causa de la pandemia encontraron en este escenario la oportunidad de reactivarse de manera conjunta.
Esta fiesta popular y artística nació para nutrir de un sentir colectivo la construcción de lo que significa la cultura para una ciudad que ha tenido notables cambios. Un evento que no solo es una oportunidad de resaltar la capacidad creativa de sus habitantes, sino que se proyecta como un espectáculo a la altura del Carnaval de Barranquilla, de Pasto o de Medellín.
“Esperamos que cada año se posicione más como una oportunidad de resaltar esa capacidad creativa de nuestra gente, que sea un proceso apropiado por las comunidades también, que muestren otro potencial relacionado con el turismo, con los espectáculos de reconocimiento y valor cultural. Es un camino de apropiación por parte de quienes quieren una Villavicencio diferente”, enfatiza la directora de la Corporación Cultural Municipal de Villavicencio (Corcumvi), Edith Agudelo.
La segunda versión del carnaval será el 18 de diciembre. Para este año, el presupuesto en premiación ascendió un 180 % e incluye estímulos previos a la premiación y espera tener 15 ganadores más que la versión anterior. En esta oportunidad hay un capítulo especial para población indígena, LGTBI, afrodescendiente, víctimas del conflicto, personas con discapacidad, mujeres y jóvenes.
Asimismo, con el objetivo de posicionarse como un destino turístico destacado, el gobierno local tiene el reto de consolidar más oferta para propios y visitantes en la ciudad, “No podemos seguir siendo una vitrina turística sin tener salones, teatros, museos. Ese sigue siendo uno de los desafíos más importantes en la economía de la Puerta del Llano”, expresó un gestor cultural de la capital del Meta.
Y frente a este compromiso, la administración Villavicencio Cambia Contigo ha demostrado una postura clara, pues la cultura es una de sus principales banderas. Por esa razón, el aumento presupuestal ha sido significativo: lo que anteriormente era el recurso para ejecutar en cuatro años de gobierno, en este gobierno pasó a ser un poco más de la inversión anual.
“Villavicencio tiene otro relato, creemos que la cultura debe preservar el patrimonio y fomentar las tradiciones, pero a su vez queremos que florezca en escenarios 100 % públicos, con el acceso para todos y que diferentes expresiones, alternas y diversas, tengan cabida. Es prioridad para nosotros reivindicar a través de hechos, de inversión. Eso es fundamental para construir una nueva ciudad”, afirma el mandatario de la ciudad, Felipe Harman, quien fue reconocido por segundo año como el mejor alcalde del país.
Primera Fiesta del Libro
Tal vez uno de los eventos anuales que se proyectan con mayor importancia para Villavicencio es su primera Fiesta del Libro 2021. Los villavicenses se dejaron abrazar de las letras y las historias con una programación gratuita y de acceso libre que, sin precedentes, recibió a cerca de 6 mil personas y dejó atrás un sinnúmero de restricciones que privilegiaban siempre a un pequeño número de personas, dando paso a las garantías de participación de toda la ciudadanía.
Este espacio de cinco días contó con invitados nacionales, locales, intercambio de experiencias, debates sobre periodismo, literatura, diálogo y memoria, y fue una herramienta para consolidar símbolos de literatura en una partida histórica con la que la Capital del Piedemonte no contaba.
“El evento estuvo increíble, estos espacios no existían para los amantes de la literatura, es un plan familiar que nos permite intercambiar ideas, poder conocer el trabajo de escritores regionales, formar a los más chiquitos en lectura, fue un evento inolvidable para crecer como ciudad, esperamos con ansias el próximo año”, manifestó Doris Guerrero, asistente al evento.
Esta primera versión de la Fiesta del Libro es una apuesta por la promoción de la lectura, pero sobre todo un ejercicio que buscará cada año la formación de públicos y convertir la lectura en una herramienta de transformación.
En la misma vía de promover y descentralizar la cultura, la Ruta de la Lectura Rural (RURU), una estrategia para acercar los libros a los hogares, recorrió las comunas y corregimientos de la ciudad, logrando realizar cerca de 600 talleres y beneficiar a 44.000 personas, principalmente niños y niñas de sectores vulnerables y de difícil acceso.
“Nos volvimos una biblioteca que llega a la gente, que va a las veredas, que se acerca a los niños y los enamora para que mejoren en sus colegios, en su comprensión y reflexión, y eso lo reconocen a nivel nacional”, resalta José Yepes, bibliotecólogo de la ciudad.
Estímulos y espacios dignos para los artistas
Hace 25 años, Villavicencio no tiene un nuevo lugar para la formación y oferta cultural, la única infraestructura realmente pública que existe es la Biblioteca Germán Arciniegas. Este hecho revela la baja oferta en materia de bibliotecas, museos y equipamientos de libre acceso para la cultura.
“En una ciudad de 500 mil habitantes es crítico que antes no se haya dado ningún esfuerzo local para habilitar espacios que son demandados por los niños, niñas y jóvenes, que terminan formándose en los pasillos y en la cafetería”, destaca el alcalde Felipe Harman.
Y es que precisamente la baja oferta pública en bibliotecas, museos y equipamientos de libre acceso es una de las limitantes para la ciudad. Por esa razón, uno de los objetivos fue adoptar un predio abandonado e iniciar los diseños para la construcción de un Centro Cultural, el cual se ubicará en el corazón de la ciudad, un lugar que surge para dignificar la cultura y enaltecer los conocimientos locales.
Un proyecto de gran alcance que contará con 2.500 metros cuadrados para salones de danza, música, artes y estudios de grabación para artistas locales. “Empezaremos desde cero a escribir una nueva historia para el arte en la ciudad”, indicó la directora de la Corporación Cultural de Villavicencio.
Esta ciudad, día a día trabaja para convertirse en la capital cultural de la Orinoquia, y en ese ejercicio ha generado herramientas para reconocer los talentos, incentivar y fortalecer la vocación artística, cultural y creativa de artistas y gestores culturales a través de alternativas de formación e incentivos económicos que apoyen y promuevan la cultura en Villavicencio.
Esa ha sido otra línea clara para avanzar en el propósito de construir una ciudadanía que valore a sus artistas y no genere fuga de talentos hacia otras ciudades. Por eso, en convenio con la Universidad de los Llanos, la Alcaldía de Villavicencio avanzó en la generación de becas del 70 % del valor de la matrícula para que 15 profesionales de áreas relacionadas con las artes se convirtieran en maestrantes en gestión cultural, aportando a una proyección investigativa y académica de alto nivel para la ciudad.
En Villavicencio, los incentivos para los artistas, a pesar de ser una estrategia anual, no lograban satisfacer la demanda de los actores culturales, por esa razón, el programa de estímulos para artistas aumentó cinco veces más frente al presupuesto asignado por gobiernos anteriores y ha logrado beneficiar a cerca de 800 artistas en un año en que la cultura fue rezagada a causa de la pandemia. Este año se proyecta, al finalizar la vigencia, la entrega de más de $900 millones que van directamente a seguir fortaleciendo la reactivación económica de este sector.
Estímulos para artistas crecieron en un 584 % en el nuevo gobierno