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El sector cultural y de entretenimiento en el país, ha sido sin duda, otro de los grandes afectados por la pandemia del coronavirus. Desde mediados de marzo cuando el Gobierno nacional prohibió las aglomeraciones de más de 500 personas, diferentes empresas de teatros, cines, conciertos y parques de diversiones tuvieron que cerrar sus puertas.
Hoy, casi cuatro meses después, siguen sin poder abrir las puertas al público. En entrevista con Ramiro Osorio, director general del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo cuenta las novedades que tendrá la compañía para los asistentes y cómo se están preparando para su próximo encuentro.
¿Cómo será la nueva experiencia de visitar el Teatro Mayor después de la pandemia?
La naturaleza de las artes escénicas es ese encuentro presencial entre el público y los artistas, un encuentro que enriquece la vida. Ese encuentro se dará en la medida en que lo permitan nuestras autoridades. El Teatro ya está preparado para tomar todas las precauciones y las medidas sanitarias que hasta este momento se han establecido. Habrá cambios en la interacción social al interior del teatro para garantizar la seguridad de los asistentes.
¿Qué medidas de bioseguridad están implementando para cuando vuelvan a abrir las puertas al público?
Se va a hacer control de temperatura al ingreso, tanto para el personal que trabaja en el Teatro como para el público; se va a promover el lavado de manos constante, y vamos a mantener toda la norma de distanciamiento. En detalle, el Teatro ha desarrollado un protocolo de bioseguridad que establece las medidas orientadas a evitar la propagación, así como a mitigar, controlar y realizar el adecuado manejo del coronavirus, en concordancia con el protocolo general expedido por el Ministerio de Salud y Protección Social.
El protocolo, que se desarrollará en cuatro fases, se aplicará a los empleados del Teatro, contratistas, proveedores, compañías artísticas, medios de comunicación, empresas de mensajería y todas las personas que se relacionen con el Centro Cultural.
¿Qué mensaje les envían a los colombianos que guardan cierto escepticismo de volver a una sala de teatro por miedo a la cercanía con otras personas?
Si cumplimos todas las medidas sanitarias deberíamos poder volver a las actividades en los tiempos que vayan estableciendo nuestras autoridades. Tenemos el caso de Europa y de los teatros que ya empiezan a trabajar. Por ejemplo, el Teatro Real de Madrid, que el primero de julio comenzó con la ópera La traviata, con el 50 por ciento del aforo.
¿Han pensado en alguna estrategia para cautivar nuevamente al público?
El Teatro Mayor se ha caracterizado por tener una oferta de excelencia, diversa, abierta a todos los géneros y tendencias de la creación contemporánea, donde dialoga lo mejor de la cultura de Colombia con lo mejor de la cultura del mundo, y en eso seguiremos empeñados. Quizás, la novedad es que ahora nosotros en esta primera etapa, en el 2020, cuando nos permitan volver, el tema de lo virtual va a ocupar un lugar mucho más importante del que tenía antes. La gran mayoría de los espectáculos que hagamos ahora en el Teatro Mayor siempre tendrá incluida su realización presencial y virtual.
¿Cómo ven el panorama del sector en los próximos seis meses?
Primero hay que invertir para tener todos los elementos que nos permitan cumplir con los requerimientos sanitarios; hay que ir recuperando poco a poco, hay que dar todas las seguridades para que podamos tener la absoluta certeza de volver a las salas libres de cualquier posibilidad de contagio del coronavirus. Esos son los grandes retos, recuperar la programación artística, cumplir todas las medidas de bioseguridad, lograr mantener los equipos de trabajo en lo que falta del año y ofrecer una gran programación y unas nuevas estrategias que interesen al público para que el 2021 sea el año del renacimiento.
El Teatro está privilegiando al artista nacional sobre todas las cosas y esa va a ser la gran apuesta del segundo semestre para ayudar a esa recuperación del sector.
Obviamente, el sector está paralizado básicamente porque, al no permitir la operación, tanto los artistas como los promotores no tienen una fuente de ingresos estable. Los teatros han logrado ofrecer una programación digital que permite de alguna manera ayudar a los artistas y al sector.