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La búsqueda de Alquería en ser una inspiración como Empresa B

Ver las ganancias más allá del rendimiento económico y entender que todo debe estar medido en los beneficios que recibe la gente, sus colaboradores y entorno.

21 de abril de 2022 - 05:25 p. m.
Ser una Empresa B certificada requiere replantear el modelo de impacto de cada negocio.
Ser una Empresa B certificada requiere replantear el modelo de impacto de cada negocio.
Foto: Luz Andrea Martinez

Ser una Empresa B significa ser parte de un movimiento global que busca redefinir el éxito en los negocios, incorporando métricas sociales y ambientales al mismo nivel de las económicas. Este concepto de ser una empresa B es algo que Alquería viene promoviendo en cada uno de los espacios en los que está presente.

“Las empresas necesitan producir capital y dividendos para sobrevivir; eso es natural, pero no debe ser su propósito. Hoy existen conceptos como empresa B, en el que las empresas privadas deben ir más allá. En donde debemos pensarnos como empresas en cómo solucionar los problemas sociales y ambientales de nuestro entorno. Ser una empresa B es medir el éxito de un negocio no solo en lo económico, sino por su contribución social y ambiental”, afirma Adriana Velásquez, gerente de sostenibilidad de Alquería.

Lo anterior surgió a partir de un conversatorio que desarrolló Alquería en colaboración con El Espectador. En él se tocó el deber ser de una empresa al entenderse como empresa B.

Ser una Empresa B certificada requiere replantear el modelo de impacto de cada negocio, para encontrar soluciones que contribuyan a los principales problemas de la sociedad y el planeta. Como resultado de esto, lo que se pretende es generar empresas que equilibren su propósito superior y sus ganancias.

“Es muy positivo porque te miden con los mejores del mundo. Y lo hacen a partir de cinco ejes, en los que no existe un parametro para saber sí es bueno o no, sino que te preguntan, usted como empresa qué hace en cada uno de estos campos”, dice Velásquez, quien estuvo a cargo de la elaboración de los primeros parques elaborados a partir de plásticos reciclados. Una iniciativa que pasa a ser valiosa desde el punto de vista, no solo ecológico, sino formativo.

Estos parques elaborados a partir de plásticos reciclados, plásticos que logran un segundo uso, mitigando así el impacto, fueron trabajados de la mano de las comunidades de estudiantes, en los que también Alquería trabaja para fortalecer su calidad educativa.

La búsqueda en la que está Alquería en pro de incentivar a nuevas empresas a transformarse en empresas B es que cada vez más, el sector empresarial entienda y comprenda que el mundo, no solo por lo ocurrido en pandemia, necesita cambios. Necesita que los grandes actores de la economía trabajen por reducir las brechas educativas, formativas, que cuiden el medio ambiente y que se esfuercen al máximo en entregarle un bienestar emocional y económico a sus trabajadores y comunidades.

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