El cáncer se origina cuando las células de alguna parte del cuerpo comienzan a crecer de forma descontrolada, esto puede ocurrir en el cerebro, los huesos, músculos o incluso la sangre. Los especialistas de la EPS Famisanar explican que el cáncer infantil engloba numerosas enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de estas células que se dividen, crecen y se esparcen sin control, pudiendo aparecer en cualquier momento de la niñez y la adolescencia.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cuando se habla de cáncer pediátrico los tipos más comunes son la leucemia (sangre), el cáncer cerebral, el linfoma y los tumores sólidos como el neuroblastoma y el tumor de Wilms.
Estas condiciones son una de las principales causas de mortalidad en la niñez y adolescencia, ya que cada año se diagnostica algún tipo de cáncer a cerca de 280.000 niños, niñas y jóvenes entre los 0 y 19 años, según la OPS; y en la región de las Américas y el Caribe se estima que cada año, al menos 29.000 niños, niñas y adolescentes menores de 19 años resultarán afectados por el cáncer.
Y aunque para el cáncer pediátrico no existe la prevención primaria, como las vacunas, ni detección mediante cribado, expertos de las EPS Famisanar destacan la importancia de estar pendiente de algunos cambios o síntomas de alarma que puede presentar el niño, que, de ser repetitivos o constantes, y al ser evaluado por expertos, podría resultar en un diagnóstico precoz.
Diagnóstico precoz
Los especialistas de la EPS Famisanar recalcan que los síntomas pueden ser variados y confundirse con otras patologías, sin embargo, atender a estos cambios podría facilitar la detección del cáncer en una fase temprana, lo que facilita su tratamiento eficaz, eleva la probabilidad de supervivencia, disminuye el sufrimiento y, a menudo, exige un procedimiento más económico y menos intensivo.
Un diagnóstico precoz tiene tres componentes:
- · Conocimiento de los síntomas por parte de las familias y los profesionales de la atención primaria de salud.
- · Precisión y puntualidad en la evaluación clínica, el diagnóstico y la determinación del estadio de la enfermedad (es decir, la medida en que el cáncer está extendido).
- · Inicio rápido del tratamiento.
Signos y síntomas
Muchos de los síntomas de la leucemia en menores de edad pueden deberse también a otras causas, pero existen algunos signos que, de acuerdo con los expertos de la EPS Famisanar, podrían derivarse de la pérdida de glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas, y estas carencias se manifiestan finalmente en las pruebas de sangre.
Los síntomas de sospecha del cáncer infantil pueden variar, por eso es importante el constante acompañamiento de madres y cuidadores que puedan evidenciar algunos de los cambios más comunes:
- · Fiebre elevada e inespecífica
- · Sudoración abundante por las noches
- · Sangrado nasal sin causa aparente
- · Dolor osteo-articular
- · Palidez, cansancio y fatiga sin causa aparente
- · Sangrado de encías
- · Mareo constante
- · Supuración de oídos
- · Aparición espontánea de moretones
- · Aparición de puntos o manchas rojas en la piel
- · Ganglios inflamados en cuello, axilas o región inguinal
- · Pérdida de equilibrio, tropiezos o caídas frecuentes
- · Crecimiento inusual o rápido del abdomen
- · Pérdida de peso repentina y sin causa aparente
- · Aparición de puntos blancos en uno o ambos ojos
- · Náuseas y vómitos sin causa aparente
Siempre tenga en cuenta lo que el menor de edad le manifiesta: que se siente cansado, que le duelen los huesos o que le aparecen extraños moretones. Y tenga presente que la aparición de uno o más de estos signos y síntomas en los últimos tres meses, y si persisten por más de dos semanas, son un signo de alerta para el diagnóstico temprano de cáncer en la infancia y la adolescencia. Por ello, desde EPS Famisanar se recomienda solicitar cita en la IPS Primaria.
Pensando en estos pacientes la EPS Famisanar ha diseñado un proceso especial para promover el autocuidado y orientado principalmente hacia la familia y el acceso oportuno de la consulta médica especializada, en las fases de confirmación diagnóstica e inicio de tratamiento. Este modelo de atención integral de cáncer infantil recibió un reconocimiento en el año 2017 y otro en el 2018, por haber reportado 0 % de recaídas y de abandono en tratamiento de cáncer en menores de 18 años.
Tratamientos
Para la mayoría de los tratamientos de cáncer (que no sea leucemia), el médico tendrá que saber qué tanto se ha propagado, el tipo de cáncer, la edad y el estado general de salud para poder asignar el tratamiento que mejor ayude al paciente. Esto es para contar con un diagnóstico correcto y así poder prescribir un tratamiento adecuado para el tipo de cáncer y su grado de extensión. Los tratamientos habituales son:
- · Quimioterapia: Se refiere al uso de medicamentos para combatir el cáncer, a menudo se suministran como inyecciones o píldoras.
- · Radioterapia: La radiación mata las células cancerosas.
- · Trasplante de médula ósea: Este tratamiento reemplaza las células de la médula ósea, y está indicado para leucemias.
También existe el tratamiento farmacológico que, para algunos casos, suelen prescribir medicamentos genéricos de bajo costo que figuran en la Lista Modelo OMS de Medicamentos Pediátricos Esenciales. Cuando un niño acaba un tratamiento se le debe hacer un seguimiento permanente para detectar recidivas y posibles efectos tóxicos del tratamiento a largo plazo.
Es importante resaltar que el niño o adolescente con cáncer requiere tratamiento y seguimiento en un centro especializado, donde el manejo del paciente sea integral, con un equipo multidisciplinario que incluya apoyo psicológico para el niño y su familia.
Un factor importante en durante el tratamiento y la recuperación de los pacientes son los cuidados paliativos, que permiten aliviar los síntomas provocados por el cáncer y mejora la calidad de vida de pacientes y familiares. Aunque no se consigue curar a todos los niños con cáncer, siempre se puede aliviar su proceso, y para ello, los cuidados paliativos pediátricos son considerados un elemento básico de la atención integral, y se dispensan siempre, independientemente de que el niño reciba o no un tratamiento con finalidad curativa.
¿Qué sucede después del tratamiento? Después del tratamiento, el médico le hará exámenes frecuentes al niño para comprobar que la enfermedad no haya vuelto a aparecer.
Un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado contra las leucemias y linfomas en niños aumenta sus probabilidades de curación y supervivencia cerca del 70 %. Por eso la EPS Famisanar tiene una Ruta Integral de Atención en Salud -RIAS para pacientes con leucemias y linfomas en población pediátrica.
¿Qué actividades incluye la ruta?
- Valoración de acuerdo con curso de vida.
- Oportunidad en la confirmación diagnóstica.
- Clasificación del riesgo.
- Oportunidad en el tratamiento.
- Seguimiento por equipo r interdisciplinario.
Adicionalmente, también detalla el plan de autocuidado para ponerlo en práctica, así como plan de acciones colectivas con otras instituciones. Aunque el cáncer en los niños puede ser difícil de detectar, realizar exámenes médicos regulares y estar alerta ante signos y síntomas inusuales o persistentes puede ayudar a diagnosticarlo a tiempo y a salvar vidas.
Fatores de riesgo
Todavía no existe una causa específica responsable de originar el cáncer. Sólo existen sospechas de algunas situaciones que pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad. Los factores de riesgo asociados al estilo de vida como el consumo de tabaco, la alimentación, el peso corporal y la actividad física, desempeñan un papel importante en muchos cánceres de adultos, sin embargo, generalmente pasan muchos años para que estos factores influyan en el riesgo de cáncer, y no se cree que desempeñen un papel significativo en los cánceres en niños, incluyendo leucemias.
La Sociedad Americana de Cáncer destaca que existen pocos factores de riesgo conocidos para la leucemia en niños. Y aunque algunos factores genéticos aumentan el riesgo de desarrollar leucemia en menores de edad, la mayoría de las leucemias no están relacionadas con ninguna causa genética conocida.
No obstante, para el caso de los niños, estar en un ambiente cargado de humo, ser hijo de una madre que consume drogas o que se ha expuesto a rayos X durante el embarazo, o ser portador del virus de la hepatitis B, son situaciones que pueden predisponer a padecer un cáncer.
Para más información ingrese a www.famisanar.com.co.