La Asamblea General de las Naciones Unidas, como consecuencia de las enormes pérdidas en vidas humanas que dejaban en el mundo los siniestros viales, declaró en el año 2005, el Día Mundial en Memoria de las Víctimas de Siniestros Viales cada tercer domingo de noviembre.
Desde ese momento, la Liga Contra la Violencia Vial, que lleva 15 años trabajando por la seguridad vial en Colombia, ha reunido todos sus esfuerzos para enviar un contundente clamor social que permita movilizar las conciencias de los actores viales, de las instituciones y las voluntades políticas porque esto tiene que parar.
Como parte de este trabajo, desde el jueves 17 de noviembre se ha venido conmemorando en la Plaza de Bolívar de Bogotá el Día Mundial en Memoria de las Víctimas de Siniestros Viales. Allí, justo en el Capitolio Nacional, se encuentrará hasta el domingo 20 de noviembre una exposición de ropa, zapatos, maletas, juguetes, cascos y partes de motocicletas rotas, que representan lo que queda en el asfalto colombiano tras la muerte de las víctimas. El jueves, en el primer día de homenaje, Mary Bottagisio, directora ejecutiva de la Liga Contra la Violencia Vial, expuso las principales razones de esta lucha.
“No hay ninguna guerra en Colombia, ni en los peores años del narcotráfico, ni del conflicto armado, que haya dejado tantas bajas en la población civil como los mal llamados accidentes de tránsito. Tenemos niños huérfanos, viudas, padres que tienen que padecer una condición de discapacidad de por vida. Por eso es tiempo de no seguir soportando esta forma de violencia, cuando sabemos que la mayoría de las muertes en las vías se pueden evitar. En ese orden de ideas, un país que no es capaz de yugular un flagelo que se sabe que se puede combatir, es una nación condenada al fracaso”. Estas fueron sus primeras palabras para explicar el problema que requiere de atención inmediata.
Y es que, en sus palabras, las vías se han convertido en campos de batalla, que han acabado con 6.011 vidas entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2022, siendo los motociclistas los actores viales más vulnerables. De hecho, entre enero de 2021 y agosto de 2022, 7.522 motociclistas perdieron la vida en las vías, teniendo una participación del 70 % de las fatalidades viales en el país, siendo sus víctimas, en su mayoría, jóvenes en plena edad productiva.
“Hombres y mujeres, con toda su vida por delante no están muriendo a manos de la guerrilla, ni de riñas por el narcotráfico, están muriendo en el asfalto colombiano, en una moto”, aseguró Mary Bottagisio.
Por otro lado, expresó que lo primero que hace falta es una verdadera voluntad política. Es hora de que dejemos “solo de echarle la culpa a los actores viales y decir que solo es un problema de cultura vial, para verlo como un problema de todas las capas del sistema vial. Si es un sistema desordenado, la gente se comporta de forma desordenada. Necesitamos infraestructuras que protejan la vida para todos los actores viales, pacificar las vías y exigir carros y motos más seguras”, enfatizó la directora.
Con este contundente mensaje, dejó la reflexión de que, aunque cada vez se proclame la igualdad de género, o, aunque Colombia tenga uno de los mejores programas de vacunación de primera infancia en América Latina, se necesita prestar atención especial a los siniestros viales, que son la primera causa de muerte violenta por lesión externa en la población femenina (por encima de los feminicidios), y la segunda causa de muerte entre menos de 5 y 14 años.
Este llamado se extenderá hasta el domingo 20 de noviembre en la Plaza de Bolívar, pero la Liga Contra la Violencia Vial, compuesta por un grupo de investigadores, víctimas, familias de víctimas, académicos y solidarios colaboradores multidisciplinarios, multisectoriales y benévolos, seguirán contribuyendo a trazar la hoja de ruta de las acciones que se deben adecuar para evitar la tragedia humana de todas las víctimas de la violencia vial.