A pesar de los grandes esfuerzos del gobierno nacional en materia de política pública y financiación de programas de empleo, la problemática del desempleo ha seguido latente en el país, especialmente para poblaciones vulnerables. Si bien los programas tradicionales de empleo buscan enfrentar esta problemática, la mayoría de estos se centran en el cumplimiento de actividades como la capacitación y formación de personas, sin estar necesariamente ligado a resultados concretos como la colocación de las mismas. En búsqueda de alcanzar resultados medibles y concretos, el país ha empezado a trabajar con mecanismos de pago por resultados en los que se ejecutan los recursos solo cuando se alcanzan metas específicas y preestablecidas. Esto no solo garantiza un mejor uso de los recursos, sino que también impulsa nuevas alianzas entre actores públicos y privados para generar mayor impacto.
Por ello hablamos con Daniel Uribe, director ejecutivo de la Fundación Corona, agencia ejecutora del Programa SIBs.CO, que ha venido impulsando el uso de estos mecanismos en el sector empleo del país desde hace casi 7 años.
La Fundación Corona cuenta con experiencia y trayectoria en temas de empleo, ¿qué los motivó a impulsar programas de contratación desde una lógica diferente?
Llevamos 60 años trabajando por la equidad del país, trayectoria en la que hemos leído las necesidades en cada momento y hemos buscado generar, innovar y dinamizar un mayor impacto y movilidad social.
En este trayecto reconocimos el empleo inclusivo como una de las apuestas más importantes, pero requeríamos un cambio en la mentalidad de los actores para que el uso de los recursos y la contratación de programas de empleo se enfocaran en resultados concretos y en mejores prácticas, así como en alianzas que aunaran esfuerzos entre actores públicos y privados.
Por ello creamos, junto con nuestros aliados, una ruta que sabíamos funcionaba para el acceso y la permanencia de personas en situación de vulnerabilidad. Fue así como el laboratorio de innovación del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab) y la Cooperación Económica y Desarrollo (SECO) del gobierno suizo nos invitaron a participar de un programa que promovía un esquema que ataba la financiación a la consecución de estos resultados, enfocando los recursos en personas ubicadas en empleos formales y no en las diferentes acciones que tomáramos para conseguirlo. Así nació SIBsCo en 2016.
¿Cuál ha sido el principal reto con los mecanismos de pago por resultados?
Con SIBsCO sabíamos que teníamos un reto interesante: promover una transformación en la mentalidad y en el sistema frente al uso de los recursos que hay para dar solución a problemáticas sociales complejas. Sabíamos que lo más importante era construir alianzas y prácticas orientadas al impacto y enfocarnos en conseguir resultados concretos. La visión de la fundación y del programa ha sido construir un ecosistema diverso que pueda seguir escalando sobre los aprendizajes y consolidando así un cambio sistémico. Es un planteamiento innovador, así que sabíamos que iba a ser un proceso de aprender haciendo.
Colombia fue el primer país en desarrollo en implementar un bono de Impacto Social (BIS); sin embargo, motivar y habilitar la innovación pública ha sido crítico, porque convencer a los tomadores de decisiones, y a cambiar la mentalidad de sus equipos, nos ha tomado tiempo y esfuerzo. El liderazgo de los “campeones” que promovieron estos cambios nos ha permitido avanzar.
El programa lleva más de seis años trabajando en Colombia. En ese tiempo, ¿qué transformaciones han evidenciado?
Nos gusta decir que ya existe un ecosistema de pago por resultados en el país y que avanzamos en la transformación de la mentalidad cuando contratamos e implementamos programas que buscan lograr resultados en empleo.
Tras haber impulsado cuatro bonos de impacto social, y acompañado técnicamente el desarrollo de varios contratos basados en desempeño, así como de un fondo de pago por resultados, vemos que el sector entiende mucho mejor la utilidad de los mecanismos de pago por resultados y ya hay una formalización de esto en la política pública, así como en las prácticas y la gestión de desempeño de los prestadores de servicios.
Nuestro esfuerzo por contar con evidencia y mejores datos en cada programa que apoyamos soporta su pertinencia para abordar problemáticas que afrontamos. Un ejemplo de ello es que en la medición de impacto del primer bono de impacto social identificamos un aumento de la formalización laboral de los participantes en un 12 %.
¿Qué objetivos tienen ahora en materia de pago por resultados?, ¿cuál debería ser la ruta para continuar?
Con SIBs.Co nos enfocamos en demostrar que sí es posible trabajar con estos mecanismos y en equipo. Por eso estuvimos recolectando durante años lecciones aprendidas y conocimiento sobre el uso de mecanismos de pago por resultados, primero en empleo, para trasladarlo a otros sectores.
Gracias a los resultados que logramos juntos hemos sido referenciados en casos de estudio y publicaciones realizadas por organizaciones y centros de pensamiento relevantes, como Brookings Institution y Social Finance. También hemos inspirado y compartido conocimientos con países de la región como Argentina, Perú y Uruguay.
El cambio de mentalidad hacia el mejor uso de nuestros recursos requiere la construcción colectiva y soluciones innovadoras. Si bien desde SIBs.Co hemos avanzado en este proceso, sabemos que aún hay un potencial enorme para continuar explorando y escalando los mecanismos de pago por resultados y usarlos como herramientas claves para resolver problemáticas sociales de diferentes índoles.