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Panorama de la industria del cannabis en Colombia

Expertos de la consultora 613partners hablaron para El Espectador sobre los modelos de negocio existentes, los aprendizajes y desafíos que tiene el país para convertirse en un referente a nivel mundial en esta industria.

31 de octubre de 2021 - 02:00 p. m.
Para octubre de 2021, el Ministerio de Justicia colombiano ha otorgado 1026 licencias para cultivo no psicoactivo y 651 para cultivo psicoactivo de cannabis.
Para octubre de 2021, el Ministerio de Justicia colombiano ha otorgado 1026 licencias para cultivo no psicoactivo y 651 para cultivo psicoactivo de cannabis.
Foto: Cortesía

613partners es una firma consultora de origen español especializada en la industria del cannabis. 613 cuenta con oficinas en España, Colombia, Ecuador y México; y atiende clientes en Europa, Suramérica y Norteamérica. En los últimos años, trabajando estrechamente con varias empresas, la firma ha podido conocer en detalle los diferentes modelos de negocio, identificar las estrategias más exitosas y señalar los pasos a seguir para continuar facilitando la consolidación de la industria en los próximos años.

Stephanie Meoz, directora comercial de la compañía y Esteban Rossi, director de negocios internacionales hablaron para El Espectador sobre el panorama del cannabis en el país, las proyecciones que tiene esta industria a futuro, así como los desafíos más importantes por superar.

¿Cuáles son los principales modelos de negocio que tiene la industria del cannabis en Colombia?

Stephanie Meoz: Actualmente, los principales modelos de negocio que hemos podido conocer en la industria nacional son: la producción de flor para uso industrial o para exportación; la fabricación de derivados como extractos, destilados y aislados para la elaboración de formulaciones magistrales y productos farmacéuticos; y la manufactura de cosméticos, dermocosméticos y cosmecéuticos.

¿Cuáles son las propiedades y beneficios para la salud del cannabis medicinal?

Stephanie Meoz: Las resinas que se acumulan en las flores del cannabis contienen diversos compuestos entre los que se destacan: cannabinoides, terpenos, flavonoides, esteroides y enzimas. Los cannabinoides, como el THC y el CBD, interactúan con un sistema de regulación del cuerpo humano que se denomina el sistema endocannabinoide.

Este sistema cumple importantes funciones regulatorias en procesos como el metabolismo, la memoria, la temperatura, el apetito, el estado anímico, y la inflamación.

Hasta el momento se conocen 2 receptores principales en el sistema endocannabinoide: el CB1, distribuido ampliamente en el cuerpo humano, pero abundante en el cerebro y algunos órganos. Y el CB2, asociado al sistema inmune. Los dos cannabinoides más abundantes y mejor conocidos son: el Δ9-tetrahidrocannabinol (THC), que se utiliza ampliamente para el manejo del dolor crónico, y el cannabidiol (CBD), que se utiliza ampliamente para el manejo del sueño y la regulación del sistema inmune, entre otros.

Los cannabinoides presentan numerosas propiedades terapéuticas. Entre las propiedades de mayor interés, que son objeto de investigación básica y de ensayos clínicos se encuentran: antiinflamatorios, efectos antialérgicos, sedación, estimulación del apetito, antiemesis, disminución de la presión intraocular, neuroprotección y efectos antineoplásicos.

¿Cuáles han sido los principales desafíos que ha tenido esta industria para tener un mayor crecimiento en el país?

Esteban Rossi PhD: La industria colombiana ha experimentado tres desafíos importantes desde sus inicios en 2017. Primero, una curva de aprendizaje muy exigente en todos los niveles: cultivo, procesamiento, manufactura y distribución.

Luego encontramos grandes obstáculos regulatorios, algunos causados por la excesiva cautela de las agencias del Estado y otros por simple falta de articulación. Y finalmente, problemas de planeación y ejecución. Las empresas, casi sin excepción, experimentaron retrasos y sobrecostos que se debieron principalmente a la necesidad de crecer ágilmente y a la falta de información confiable. Afortunadamente estos desafíos se han venido resolviendo.

¿Considera que ha faltado voluntad política o de Estado para apoyar esta industria?

Esteban Rossi PhD: Para el sector es claro que en este gobierno la industria del cannabis no contó con el apoyo decidido del gobierno. En los primeros años observamos problemas con los procesos de licencias y cupos, particularmente ante el Fondo de Estupefacientes. Asimismo, en 2018 el gobierno buscó penalizar nuevamente la dosis mínima y en 2019 señaló que en la industria colombiana no habría espacio para “empresas de garaje”. Estas posturas generaron incertidumbre y confusión entre los empresarios, los productores y el público en general.

Luego, mientras las empresas líderes de Uruguay avanzaban en sus exportaciones a Europa, en Colombia observamos un fuerte rechazo a la exportación de flor seca, por razones que el gobierno nunca ha aclarado a cabalidad. Afortunadamente, gracias al trabajo del gremio, las asociaciones y los inversionistas en colaboración con la consejería presidencial para la competitividad; se publicó el nuevo decreto (811) en julio de 2021, y se reactivó el sector. Con el nuevo decreto se amplía el acceso a fórmulas magistrales y se permite la exportación de flor seca, medidas importantes para que las empresas puedan empezar a tener ventas y generar mayores ingresos.

En los próximos años, o en el próximo gobierno, la industria debe avanzar más ágilmente con los procesos regulatorios y ampliar los esfuerzos comerciales. Es muy importante crear un mercado nacional legal donde los productores pequeños y medianos y el emprendimiento tengan espacio. Posteriormente será crucial articular adecuadamente las políticas de cannabis con las políticas de control de drogas y establecer un esquema público para financiar la investigación biomédica. Es tiempo de crear un mercado nacional dinámico, incluyente y bien regulado. Afortunadamente contamos con ejemplos exitosos en diversas jurisdicciones. Si Uruguay, Alemania, California y Florida han tenido buenos resultados, no hay razón para que Colombia no pueda intentarlo.

¿Cuáles han sido las lecciones que ha dejado con el pasar del tiempo la industria cannábica?

Esteban Rossi PhD: La principal lección, tanto en Colombia como en otros países de la región, es que abrir mercados o crear mercados regulados, es un proceso difícil. La transición del mercado ilícito al mercado regulado es un proceso lento. A la fecha las exportaciones de Colombia siguen siendo muy pequeñas en relación con la inversión que atrajo el sector. Lo mismo ocurre con el mercado doméstico de fórmulas magistrales. Por consiguiente, los inversionistas y las empresas deben hacer grandes esfuerzos para llegar a los mercados internacionales. Por otra parte, se estima que el mercado ilícito de Latinoamérica es de aproximadamente doce ($12) mil millones de dólares USD al año, por lo que la industria colombiana tiene enormes oportunidades de crecimiento.

¿Cuáles son las perspectivas a futuro para esta industria en Colombia?

Stephanie Meoz: Considero que para que la industria cumpla con los objetivos planteados en los planes de negocio y ampliamente difundidos en los medios de comunicación, es necesario trabajar con disciplina sobre los siguientes puntos claves.

Como primer punto está la implementación de cultivos de cannabis para la producción de flor de cannabis para la exportación. Para esto, los cultivadores deben planificar su cultivo de tal forma que pueda cumplir con certificaciones internacionales.

Por otra parte, consolidar una industria de fabricación de productos terminados que no sean solo cosméticos, implica un compromiso del Invima en la regulación de registros sanitarios para productos industriales. En Colombia ya tenemos semillas, una regulación sólida y tierras, pero todavía debemos establecer cómo serán los procesos industriales para transformar este cáñamo en productos a nivel industrial con el desarrollo de cultivos a gran escala.

Otros de los puntos clave son:

- Invertir en la investigación de otros cannabinoides menores que pueden tener potencial medicinal, en procesos que sean amigables con el medio ambiente, utilizando subproductos de la cadena para el desarrollo de otros materiales o materias primas.

- Educación en la sociedad general y los profesionales de la salud en el tratamiento de condiciones médicas, estamos ampliando las posibilidades para el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes.

Finalmente, Colombia probablemente debe avanzar hacia la regulación del uso adulto. La comercialización cuidadosa de productos con THC, utilizando canales supervisados por el estado será un hito crucial para el progreso de las políticas de drogas en el país y la región. El trabajo llevado a cabo por la agencia de cannabis de Uruguay (IRCCA) indica que establecer un mercado local cuidadosamente vigilado está al alcance de pioneros en la industria como Colombia. Las condiciones están dadas para que alcancemos el potencial del cannabis desde la legalidad y desarrollemos su alcance para la salud pública y la prosperidad: llegó la hora del cannabis.

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Pathos(78770)31 de octubre de 2021 - 06:23 p. m.
Cómo siempre Colombia no explota las posibilidadades q tiene como país privilegiado q es por los recursos naturales,variedad de climas,posicion geográfica,capacidad industrial.
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