Una forma de garantizar la educación y promover el bienestar infantil

Foto: Pixabay

Trabajar para fomentar una educación de calidad e incluyente debe ser un propósito común. Por esa razón, en Colombia y gran parte del mundo se ha reconocido la necesidad de garantizar a los niños y jóvenes en estado de enfermedad el derecho a la educación, mediante programas y estrategias que, gracias a un trabajo multidisciplinario, fomentan el bienestar de los menores de edad.

“En este contexto toma gran importancia la pedagogía hospitalaria, la cual busca que los niños que están hospitalizados reciban toda la atención pedagógica, que incluye el juego, el arte y la literatura. Esto viene de la mano de todas las condiciones y orientaciones que da el equipo médico para que el niño se pueda recuperar”, explica Marcela Moreno, directora del programa de Licenciatura en Educaciín Infantil de la Universidad El Bosque.

Para ello, los estudiantes de octavo semestre del programa de Licenciatura en Educación Infantil toman prácticas de pedagogía hospitalaria, en donde reciben todos los fundamentos de acuerdo con lineamientos que se han establecido en torno a la pedagogía hospitalaria en Colombia y el mundo, para que, por medio de acciones pedagógicas, en donde se estimulan las dimensiones comunicativas, sociales y artísticas, puedan contribuir al mejoramiento del estado de ánimo, la recuperación del paciente y “sacar al niño del estado de tristeza o preocupación que tiene por su salud”, comenta la directora.

Cabe destacar que el perfil y el quehacer de un maestro de aula hospitalaria trasciende a lo establecido normalmente, pues solo el hecho de salir del contexto de un aula de colegio lo impulsa a buscar nuevas metodologías que promuevan cambios positivos en los menores de edad. Un maestro de aula hospitalaria tiene que ser sensible, empático y flexible; debe saber escuchar y poder identificar los gustos e intereses de los niños, para saber qué necesita el menor y, sobre todo, “ser consciente que no está en sus manos cambiar el estado de salud, pero sí impulsar ese proceso de recuperación”.

Los beneficios de la pedagogía hospitalaria para los menores de edad van desde apoyarlos en sus labores académicas hasta promover el bienestar de su salud mental. Asimismo, estos futuros maestros, que se mezclan en los pasillos y habitaciones de hospitales y clínicas, “son un apoyo para la familia y los médicos. Esa intervención pedagógica es un refresco. Con el acompañamiento pedagógico, buscamos que el niño pueda cambiar el comportamiento o estado de ánimo que tiene en el hospital”, destaca Marcela Moreno.

Además, en pro de alcanzar ese propósito común de fomentar la educación de calidad e incluyente, el Ministerio de Educación expidió el Decreto 1421 de 2017, que garantiza y reglamenta la educación inclusiva, en donde resalta la oferta hospitalaria. Mientras que la ONU, en el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible, invita a todos los gobiernos e instituciones públicas y privadas a promover “la educación inclusiva, equitativa, de calidad y las oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

Teniendo en cuenta esto y encaminados por su labor social, la Universidad El Bosque ha aportado a la renovación de los modelos de pedagogía hospitalaria con sus prácticas y algunas alianzas encaminadas a brindar mayor y mejor atención pedagógica a menores de edad que padezcan alguna enfermedad.

“Lo que se ha hecho en la Universidad El Bosque con Colsanitas es que los maestros en formación crean materiales pedagógicos basados en una propuesta que se llama Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), en donde se invita a que los materiales pedagógicos tengan múltiples formas de interactuar e impliquen o motiven al estudiante a participar. Entonces, cuando se identifica la necesidad del paciente y del centro médico, se propone el material basado en DUA y, al ser aprobado, los futuros maestros crean el material para ser aplicado con los niños. Y nuestro sello es dejar el material para que otros profesionales o los mismos niños lo sigan utilizando”, explica la directora.

Marcela también destaca el trabajo conjunto que ha realizado la Universidad El Bosque con la Fundación Pequeños Valientes, que se encarga de recibir menores de edad de todo Colombia que requieren tratamientos oncológicos y no tienen los recursos para vivir en Bogotá. Ese acompañamiento emocional y psicológico que se da desde la pedagogía hospitalaria permite que, sin importar lo fuerte de su procedimiento médico, los menores de edad tengan las ganas, la energía y la actitud para realizar actividades lúdicas en sus espacios de descanso.

Aunque el acceso y la inclusión en la educación aún tiene un largo camino por recorrer en el país, las decisiones nacionales e internacionales han promovido y estimulado que cada vez más instituciones, como la Universidad El Bosque, con sus prácticas de pedagogía hospitalaria, tomen acciones encaminadas a garantizar el acceso a la educación y propendan porque los niños y jóvenes que padecen alguna enfermedad puedan desarrollar habilidades y conocimientos que impulsen su mejoría y su calidad de vida.

Y para ello, la directora del Programa de Licenciatura en Educación Infantil de la Universidad El Bosque invita a que desde todas las licenciaturas se estudie y se practique la pedagogía hospitalaria, y hace un llamado para que los maestros se permitan trabajar en otros contextos y contribuir desde diversos entornos a mejorar el procesos que se desarrolla en las aulas tradicionales.