
Diversos estudios científicos confirman que pasar tiempo entre amigos mitiga el efecto negativo del estrés, previene enfermedades cardiovasculares y es un elemento fundamental en el bienestar psicológico.
La ciencia lo confirma: según la Universidad de Harward de nuestras relaciones de amistad, depende, en gran medida no solo nuestra felicidad, sino que vivamos más años, y para la Universidad de California un buen amigo se mantiene en el tiempo y sobrevive a todas nuestras relaciones sentimentales. Por eso, las rupturas o las pérdidas de estos compañeros en la vida pueden causar heridas difíciles de cerrar y dejar cicatrices que perduran en el tiempo.
Nos gusta contarles nuestros más íntimos secretos, llorar en sus hombros, planear vacaciones y fiesta monumentales, son como se dice, ese bolso sin que las mujeres no podrían vivir. La psicóloga Marta Sirois advierte que “si bien hay personas que mantienen esa relación desde la niñez, no es lo más común. La mayoría de las amistades sufre altibajos y épocas de distanciamiento emocional. Pero sin empatía o tolerancia caducan”.
Te puede interesar: ‘Encanto’: 5 personajes que están usando los psicólogos para hacer terapia
Las relaciones entre amigos son de iguales, pero la falta de confianza en el otro, el egoísmo, la crítica constante, la manipulación, la envidia o la exigencia de exclusividad de una de una de las partes, pueden producir un verdadero tsunami. “Si ese vínculo se debilita, absorbe la energía y no deja espacio para los intereses y necesidades de uno de los miembros, hay un problema”, reconoce la psicóloga Raquel Aldana. “Hay que tener en cuenta que es un lazo que elegimos, por lo que esa unión maravillosa debe proporcionarnos alas para volar y motivos para quedarnos”, añade la experta.
Como cualquier decisión importante no debemos actuar en caliente. Antes de dar de baja esa amistad debes considerar si es posible repararla, siempre y cuando las dos partes identifiquen el problema y estén dispuestas a cambiar. Raquel Aldana, recomienda, como un primer paso, hacer un autoanálisis de lo que está sucediendo, con la mente y el corazón dispuestos: “Nos cuesta ver nuestros errores y tendemos a externalizar las culpas. Por ello, primero debemos plantearnos nuestros conflictos y modos de actuar, para luego escuchar aquellos pensamientos que responsabilizan al otro de los problemas”.
En este ejercicio la doctora Sirois, revela una regla de oro: “Sé honesta contigo misma sobre lo que sientes, no te guardes nada. Y piensa que, para conservar una amistad, necesitamos mantener siempre los mismos cuidados que en una relación amorosa: debemos escuchar a la otra persona, asumir las consecuencias de nuestros propios actos y explorar vías para contribuir a una mejoría”.
Pero si ya has hecho un diagnóstico objetivo, es el momento de dar el paso definitivo. No todas las historias son como películas de Disney, con finales en las que todas las amistades se salvan. “Llegado el punto en que el otro no piensa prestarte atención o no respeta que necesitas un cambio positivo, lo mejor es asumir que no todo es eterno en este mundo, que el dolor es una parte natural de la vida y que forma parte de nuestro crecimiento personal decir adiós”, apunta María Sirois.
También puedes leer: ¿No puede dormir en la noche? Esto le pasa a su sistema inmune
Tipos de pérdidas de amigos que causan duelo
Se acaban
Los amigos se van porque las dos partes evolucionan y las circunstancias cambian. Atrás quedan los amigos adolescentes o los de la universidad, y aunque nos queda un sentimiento de melancolía, es un adiós sin drama. Será mejor pensar que el pasado ya no está y que los tiempos felices son los de ahora.
Falta de tiempo
Las verdaderas amistades sobreviven a las múltiples ocupaciones. Si no es así, es lo que se consideran amistades-puente, que nos ayudan a cruzar ciertas etapas de la vida. Esto sucede, por ejemplo, cuando el que parecía nuestro amigo del alma se enamora y desaparece. Es mejor que pasado el primer momento de desconcierto, lo despidas con afecto y le desees lo mejor en su nuevo camino.
Desengaños
Puede ser uno de los modos más dolorosos. Un amigo nos decepciona y no se comporta como esperamos. El shock que se produce es como el de una separación sentimental y al igual que como se supera una, hay que darnos tiempo para asimilar lo sucedido y cambiar la perspectiva de la situación vivida.
Nos traicionan
Es cuando faltan a los valores de la amistad, como la lealtad y el respeto. Provoca ira y es difícil de digerir. El proceso para deshacernos del dolor solo se consigue a través del perdón.
No te quedes sin leer: ¡Cuida tu cerebro! Después de los 30 años es necesario entrenarlo

