Cada día, más de 2.500 personas llegan al sur de Manhattan a visitar el espacio que ocupaban las Torres Gemelas y los siete rascacielos aledaños que fueron demolidos luego del ataque. La tragedia que vivió Nueva York hace ocho años dejó desiertas las 6,5 hectáreas donde hoy aún se planea construir seis edificios para oficinas, una zona comercial, dos estanques de agua rodeados de árboles, un monumento con los nombres de las cerca de 3.000 víctimas mortales; un museo, un centro de artes y una nueva estación del metro.
Este proyecto avanza lentamente y ha levantado más polvareda que la misma caída de las torres. Hace un año, en vísperas del aniversario número siete, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, había criticado fuertemente las demoras en las obras de reconstrucción, culpando directamente a “una estructura de gobierno compleja que socavó la responsabilidad desde el principio”.
Sigue a Cromos en WhatsAppSin embargo, este año el vicepresidente del Departamento de Construcción y Diseño de la Gran Manzana, Luis Mendes, anunció que ya se ha completado el 80% de la estructura de acero del complejo conmemorativo y que estaría terminado en diciembre. Por otro lado, los estanques de grandes cataratas artificiales deben de estar funcionando plenamente en 2011, cuando se cumpla el décimo aniversario de los atentados. Pero los espacios vacíos hacen evidente que no todo brillará para la conmemoración.
A pesar de que ya se han instalado las primeras piezas de acero de casi cinco metros de largo y 70 toneladas de peso del World Trade Center, la Torre de la Libertad no estará lista hasta 2013. Un largo camino para este edificio de 101 pisos que ha cambiado de arquitectos, nombre y diseño en medio de la expectativa de los neoyorquinos que quieren ver –¡al fin!– todo terminado para que la vida continúe.